Reconocemos que a estas velocidades casi no hay radar que se resista a lanzarnos la foto, es por ello que hemos querido recoger algunas de estas instantáneas periodísticas para hacer memoria de lo que han sido estos 200 números de la revista.
Comenzaremos recordando algo de lo que sucedió esa semana del 5 de septiembre de 2003, en que decidimos girar la llave de contacto y apretar el acelerador con la primera editorial que significaba nuestro pausado y tranquilo comienzo,
Elefante Digital. Desde el equipo editorial se daba la bienvenida a los lectores en este nuevo proyecto y se compartía con la sociedad el mensaje que en aquél momento se sintió desde la humilde redacción: “Tenemos un sueño”.
Y ese sueño hecho realidad empezó coronando la portada del número uno con el 40 aniversario de la proclamación de esa misma frase en boca de uno de los grandes del protestantismo, Martin Luther King.
En el ámbito internacional comenzaba lo que sería una
longa polémica en torno a la homosexualidad con la irrupción del primer obispo gay en la Iglesia anglicana, Gene Robinson. En el mismo número de la revista la Comunidad Anglicana en España (IERE) daba una clara respuesta sobre este caso y se definía totalmente contraria a ésta práctica.
En nuestra sección de Ciudades nos estrenamos con no pocas noticias, en total 21. De entre las cuales recordamos la triste información que nos llegaba desde Pinos Reales: El conocido centro de campamentos había sido arrasado por el fuego. Desde esa primera semana quisimos comprometernos y comprometer este medio a ser también un instrumento de ayuda y nexo de unión para unificar esfuerzos en la paliación de daños en desastres de cualquier tipo.
En el asiento del copiloto, justo a la derecha, teníamos a nuestros ocho primeros columnistas dispuestos a trazar el recorrido con su tinta y pluma: José De Segovia, Juan Simarro, Manuel León, Luis Marián, Manuel López, César Vidal, Wenceslao Calvo y Yolanda Tamayo formaron parte de aquél primer equipo de acompañantes. Si hacemos justicia debemos tener en cuenta también a aquellos que, debajo de la
Foto Digital, fueron dibujando con sus espontáneos artículos el espacio que más tarde ocuparía nuestro
Dominical; entre ellos, Juan A. Monroy, Mario Escobar, Manuel Suárez, Sergio de Lis, Juan Simarro y Francisco G. Moreno.
Recorrimos montones de noticias y contemplamos un sin fin de artículos hasta llegar a nuestro primer aniversario el 7 de septiembre de 2004. Y para celebrarlo anunciamos un nuevo estreno, “se inicia la programación semanal de e-Mision.org” (también eMision.net), así se dijo y así se hizo. Un nuevo portal para los amantes de los bits, los bytes, los megabytes y ahora, los GIGA-bytes; que a partir de ese momento podrían llenar sus discos duros de archivos de video y audio con la actividad protestante más actual. En esa ocasión quisimos estrenarnos con la sección “En voz alta” de Juan A. Monroy, que compartió tribuna con Pablo Martínez y Manuel Suárez, el primero con una conferencia sobre el sufrimiento y, el segundo, con una entrevista sobre la violencia y el terrorismo.
En ese primer aniversario celebramos también las cerca de 250.000 visitas que tuvo la revista durante todo aquel primer año ¡Quién diría que esa cifra superaría el millón de visitas este pasado año 2006!
En nuestro segundo cumpleaños nos acercamos a la mitad del recorrido abriendo una encuesta para preguntar a los lectores cuál era su opinión sobre las bélicas declaraciones del telepredicador Pat Robertson contra Hugo Chávez. Un hecho que daría mucho que hablar y que escribir, dada la mala imagen que causó éste evangelista fuera de las fronteras de los Estados Unidos. Y mientras Robertson pedía “eliminar” a Chávez, los cristianos de todo el mundo uníamos esfuerzos para paliar las devastadoras consecuencias que el huracán Katrina dejó en Alabama, Mississippi y Louisiana.
Finalmente llegó el día, nuestro editorial anunció su
Centenario: “
Con el presente, cumplimos los primeros 100 números publicados en Protestante Digital. Una cifra más, pero a la vez la constancia de un trabajo continuado y un esfuerzo de muchos (pocos para el trabajo que es) para dar un servicio de información y opinión que intenta ser de la mejor calidad en lo profesional y en la medida de los valores trascendentes que inquietan e interesan al ser humano”.
Y si “100” era el número de nuestra publicación, cerca de 100 personas eran las que ponían su “granito” de arena en este proyecto semana tras semana. En ese tiempo ya comenzábamos a ver los frutos de acercarnos a nuestro objetivo: Un medio de comunicación propio de los protestantes para la sociedad en general.
Y así fuimos avanzando, pasamos del 2005 al 2006 celebrando nuestro primer culto evangélico en TVE que tuvo lugar en el auditorio Betel de Madrid; y si la emoción comenzó por la televisión siguió en la gran pantalla, el primer capítulo de
Las Crónicas de Narnia de C.S. Lewis aún daba que hablar en nuestro país mientras otros hacían un esfuerzo de paciencia esperando tan solo unos días a que llegara el estreno de
Lutero en España.
Al 2007 llegamos experimentados en todo tipo de asuntos: símbolos religiosos, si o no al velo islámico, matrimonios homosexuales, casillas del IRPF, eventos deportivos, entrevistas a artistas, noticias curiosas, publicaciones de libros, actos de reconocimiento, conciertos, actividades, campañas evangelísiticas, recortes de prensa, comunicados institucionales… Y todo esto enriquecido con la incansable participación de nuestros lectores que, aunque pudieran pensar que no se les tiene en cuenta, en la redacción se lee y publica todo lo que escriben. A todos ellos agradecemos sus cartas que desde el respeto y la consideración contribuyen a hacer de este medio un espacio plural de opinión.
En el nuevo año que empezamos hacíamos de nuestra
primera editorial una petición: “Que Dios nos ayude y nos guíe a recorrer este año sabiendo que la esperanza no es la meta sino el camino”.
Un mes después tuvimos que poner en práctica estas palabras cuando perdimos a uno de nuestros grandes pilotos, Carles Pujol, que dejó de mandar cartas a su amigo para pasar a la presencia de Aquél que escribe la Historia.
Siempre será recordado en esta redacción. Pero afortunadamente, Dios escuchó nuestra petición, y nos ayudó a seguir nuestro camino con toda esperanza.
A día de hoy miramos por el retrovisor y vemos una carretera que no tiene fin, pero que tuvo un comienzo; y cuando miramos hacia delante vemos que sigue habiendo carretera, y aunque el final vendrá, es todo lo que necesitamos saber para seguir corriendo.
Por eso
queremos agradecer primeramente a Dios el haber llegado a estos 200 números, porque es quien marca y seguirá marcando nuestro rumbo.
Y en segundo lugar, queremos celebrar este pequeño-gran logro con el equipo de redacción, los colaboradores y el conjunto de lectores que vez tras vez, semana tras semana, se dignan a hacer un “clic” en su ratón para leer lo que otros escriben.
Mientras tanto,
nosotros seguiremos recorriendo el imprevisible itinerario de la actualidad con nuestra mirada fija en el horizonte y nuestras manos sujetas al volante de la información.
¡Hasta la próxima!
(1) En realidad se comenzó a trabajar mucho antes, pero en este artículo contamos el primer año desde el número 1 de la revista.
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