Un ser humano, por ejemplo, podría volver a vivir en la tierra naciendo como un nuevo personaje. La reencarnación está vinculada al concepto del "
Karma", según el cual cada uno paga por su buen o mal comportamiento en sus próximas reencarnaciones. Según el hinduismo, la vida es eterna: en el momento de la muerte del cuerpo, el alma abandona el cuerpo que se ha vuelto inservible, es arrastrada por los yamadutas (los monstruosos sirvientes del dios Yamaraja, el encargado de juzgar el karma de todas las almas del universo) y juzgada.
- Si las actividades que realizó en su vida fueron muy malas, el alma es enviada a un planeta infernal (alguno de los Patalas) durante el lapso de una vida.
- Si las actividades que realizó en su vida fueron muy buenas, el alma es enviada a algún planeta «celestial», de muy buena calidad de vida; y
- Si las actividades que realizó en su vida no fueron demasiado malas ni buenas, el alma es enviada nuevamente a este planeta Tierra (un planeta intermedio), donde puede obtener un cuerpo animal o vegetal.
Este incesante proceso recibe el nombre de samsara (´vagabundeo´). Éste término proviene del verbo sánscrito samsrí: ´fluir junto´, ´deambular´.
Cada alma viaja por esta rueda, que abarca desde los semidioses (devas) hasta los insectos. El sentido de la trayectoria de un alma dentro de este universo lo marca el contenido de sus actos. Según el hinduismo popular moderno, el estado en el que renace el alma está determinado por sus buenas o malas acciones (karma) realizadas en anteriores encarnaciones.
La cualidad de la reencarnación viene determinada por el mérito o la falta de méritos que haya acumulado cada persona como resultado de sus actuaciones o karma, de lo que el alma haya realizado en su vida o vidas pasadas. Las almas de los que hacen el mal, por ejemplo, renacen en cuerpos «inferiores» (como animales, insectos y árboles), o en planetas inferiores, peores que éste.
Los hindúes (o sea los creyentes en el hinduismo) creen que el karma funciona así. A pesar de ello, también se puede modificar con la práctica de expiaciones y de rituales (ejercitándose a través del castigo o de la recompensa), consiguiendo así disminuir a hacer más fácil (moksha) todo el proceso del samsara, con la renuncia previa de todos los deseos terrenales.
Así, según las creencias hindúes, el karma (en sánscrito, ´acción´) es el conjunto de acciones personales, buenas o malas, que van ligadas al alma mientras ésta transmigra.
En el pensamiento religioso hindú, la creencia en la trasmigración aparece por primera vez en forma doctrinal en la recopilación religiosa india de los Upanishad, traducida al persa por el príncipe Dara Sukoh durante el siglo XVII, y desde entonces el samsara ha sido uno de los principales dogmas de las tres principales religiones de India: el hinduismo, el budismo y el jainismo.
EL BIEN Y EL MAL EN LA REENCARNACIÓN
Si una persona hace buenas obras queda obligada a volver a nacer dentro de este universo material, para gozar de las reacciones de sus actividades buenas. Y si hace malas obras queda obligada a volver a nacer dentro de este universo material, para sufrir las reacciones de sus actividades malas. La liberación del samsara se consigue después de haber expiado todo su karma (todas las reacciones de sus actividades buenas y malas).
El hinduismo se esfuerza en trascender este proceso mediante la liberación definitiva que supone el acceso al nirvana, o sea, el estado ideal y supremo que consiste en la liberación de todo dolor y en la ausencia de todo sentido de individualidad.
Si el alma no tiene karma, luego de su última muerte sale del universo material y se funde en la Luz Divina (la refulgencia que emana de Dios), con la creencia de que el alma individual (atma), y el alma universal (Brahman) son idénticas. Pero si el alma ha desarrollado una relación con Dios, no sólo sale del universo material, sino que se dirige a alguno de los innumerables planetas espirituales, donde goza eternamente de la presencia de Dios.
La reencarnación es un tema cada día más frecuente en la música moderna, películas y textos de librerías, cada día se observa la aparición de nuevas publicaciones sobre el tema. Es cada vez mayor el número de personas que se someten a una terapia llamada “regresión hacia las vidas pasadas” o “renacimientos”, con el fin de descubrir quienes fueron en sus existencias anteriores y cómo influyen estas sobre su vida actual, se le enseña a las personas que las enfermedades o problemas que padecen son consecuencias de sus vidas anteriores; en una ocasión observé como una terapeuta le explicaba a uno de sus pacientes, que la mala relación que ella tenía con su madre se debía a que ella en su vida pasada fue esposa de su padre y que esto estaba grabado en su inconsciente y que esta era la causa de su problema.
La reencarnación
es parte del renacimiento de un gran movimiento mundial llamado “Nueva Era”, el cual aprovechándose del auge de la medicina natural y alternativa está infiltrando terapias basadas en conceptos religiosos de la filosofía hindú y asiática, la enseñanza más común es que por medio de un proceso evolutivo de reencarnaciones, los seres humanos alcanzan finalmente el estado de perfección.
¿HAY ALGUNA BASE?
Muchos datos (que no son nada científicos) a favor de la reencarnación se obtienen a través de personas hipnotizadas que mentalmente son llevadas hacia el pasado.
Se ha demostrado que algunos de los casos como pruebas de vidas pasadas no son más que farsas fabricadas; en otros casos, los pacientes eran sinceros, pero que inconscientemente estaban alucinando, creando fantasías o soñando. Una persona hipnotizada está en un estado de alta sugestibilidad y es susceptible a la manipulación del hipnotizador, en ocasiones se descubrió que lo que se presentaba como “vidas pasadas” había sido absorbido inconscientemente de novelas, historias, amigos, televisión y películas.
Pero hay casos que suscitan interrogantes que no pueden resolverse adecuadamente, en los cuales se ha podido verificar la información dada en estado de hipnosis; y no hay duda que la Biblia responde a estas interrogantes; la Biblia nos revela la existencia de espíritus que son llamados “demonios”, espíritus que han estado presentes durante toda la historia de la humanidad, y que ellos tienen conocimiento detallado de todo lo que ha ocurrido a lo largo de los milenios. Cuando la mente de una persona es receptiva a la sugestión de la hipnosis, no es difícil que un demonio transmita información histórica a esa mente o hable por medio de la persona (vea
Marcos 1:23-26), esta es la explicación bíblica a las revelaciones de las vidas pasadas.
La Biblia enseña la realidad de la influencia y aun la posesión demoníaca. De hecho, es interesante señalar que, en cierto sentido,
la reencarnación sí existe en lo que se refiere a los demonios, ellos son espíritus que son capaces de habitar en una sucesión de seres humanos susceptibles a su influencia, pero el ser humano no experimenta una serie de reencarnaciones.
BIBLIA Y REENCARNACIÓN
Hay quienes afirman que la Biblia enseña la reencarnación, pero las Sagradas Escrituras contradicen esta enseñanza, algunos versículos relacionados con el tema incluyen
Mateo 17:10-13;
Juan 3:3 y
9:1-3. Con referencia a Mateo 17, Elías nunca murió, por lo cual la reencarnación se hace imposible (vea 2ª Reyes 2:1-12), Juan el Bautista negó ser Elías (Juan 1:19-26), lo que la Biblia enseña es que él vino con la misma conducta de Elías (Lucas 1:17). En cuanto a Juan 3:3, Jesús explica que el “nacer de nuevo” no abarca entrar por segunda vez en el vientre de la madre, también se entiende que el nacimiento es espìritual y no físico; Además aquí se habla de un solo nuevo nacimiento. En Juan 9, Jesús afirma que el ciego sufre para que la gloria de Dios se manifieste, nunca afirma que él sufre por algo que hizo en una vida pasada.
La Biblia nos enseña en Hebreos 9:27: “...está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”; no hemos recibidos dos, cinco, ni cien oportunidades para morir, ser juzgado y vivir de nuevo, tampoco estamos sujetos a una serie innumerable de juicios, como lo sugiere la reencarnación, según lo cual cada nueva vida es un juicio sobre la conducta en la vida pasada. Amigo lector, solamente la Biblia es la fuente segura e inequívoca en la que podemos encontrar la verdad sobre lo que somos, la razón por la cual existimos y lo que ocurre después de la muerte.
No crea en los mitos de la filosofía hindú ni se someta a la hipnosis ni a las terapias de regresión hacia las vidas pasadas, esto le puede traer graves consecuencias en su vida psicológica y física, busque la orientación de los terapeutas científicos y objetivos, los cuales se guían por el método científico y toman en cuenta la esencia espiritual, ya que el ser humano es un ser integral, formado por cuerpo, alma y espíritu.
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