Mire, si hay algo específicamente Humano en cuanto a la reflexión sobre el propio Conocimiento, ello es el afán del ser humano por ratificar, por garantizar, por asegurar la fiabilidad de lo sabido, de lo conocido. El ser humano es consciente de que en muchísimas ocasiones pasadas y presentes, el saber es falaz, es decir, equivocado, que nos lleva al engaño. Y ello, aún poniendo todo el interés en que sea verídico y fehaciente.
Ejemplos, creo que son innecesarios, pero aún así, voy a recordar uno cualquiera, extraído de los recuerdos de mi propia niñez.
Yo, como muchos otros niños y niñas de mi edad, de mi condición física y de mi baja extracción social y económica, no fui un niño muy saludable. Como hijo de pescador y emigrante, viví unas condiciones determinadas, que podrían calificarme así, como de "no muy saludables", así que mi madre me llevaba muchas veces al médico. Pero vamos con la anécdota: resulta que recuerdo muy claramente al doctor advertirle a mi madre
"Éste niño está muy débil, así que..., y no le dé pescado azul, sólo pescado blanco!". He de decir, en honor a la verdad, que al ser hijo de pescador, al menos en eso, sí que podíamos permitirnos la elección en aquel entonces. Hoy los pediatras de mis hijos se cuidarían mucho de decir tamaño disparate. Y estoy seguro que aquel médico mío era un buen médico, que seguía los conocimientos científicos del momento, y los respetaba; tal como el que ahora me recomienda justo lo contrario para con mis hijos.
Es decir, los errores científicos son posibles, aún aplicando estrictamente su metodología más concienzuda. Por tanto es entendible, y hasta necesario desde el punto de vista del mero sentido común, que tengamos el mayor rigor a la hora de tomar como aceptables los resultados de nuestras investigaciones.
Llegamos pues, tras aceptar que es el afán por la búsqueda de la verdad, y el rechazo de lo falaz, lo que lo hace tan necesario al
Saber Científico.
Una forma de Conocimiento basado en un método probatorio y empírico, que nos asegure y garantice la fiabilidad de nuestras conclusiones.
Nadie en su sano juicio hoy, en los albores del siglo XXI, puede tratar de combatir, de negar o simplemente de enfrentarse con las premisas sobre las que se basa este modo de conocimiento. Pero hemos de saber y tener presentes también algunos aspectos que se olvidan con demasiada facilidad:
- El Método Científico tiene una historia muy corta, apenas unos siglos. Hasta Louis Pasteur, los llamados científicos creían firmemente, por ejemplo, en la generación espontánea de la vida; y que, allí donde de daban las condiciones adecuadas, la vida surgía así, espontáneamente de lo inerte. Pasteur demostró que eso no era verdad, y que allí donde no había vestigio de vida anterior, ninguna vida podía aparecer. Varias décadas después, un equipo de bioquímicos rusos sintetizaron la urea, el primer compuesto orgánico sintetizado en laboratorio. Otra vez se producía un movimiento pendular hacia el extremo opuesto. !Cuántas veces a lo largo de la cortísima historia de la Ciencia, como método empírico de conocimiento, se han producido -y se producirán- estos bandazos!
No pretendo con esto, en absoluto, tratar de desacreditar ni un ápice uno de los modos de conocimiento más poderosos del ser humano. Pensemos, como muestra de su poder, en los Antibióticos, la llegada a La Luna, o la energía nuclear mostrada tanto en Hiroshima y Nagasaki, como en el tratamiento del Cáncer. Son logros realmente poderosos.
- En la Ciencia, también se corre, con bastante facilidad, el riesgo de negar todos los objetos de conocimiento que no sean susceptibles de ser tratados por ella. Aquellos objetos de conocimiento basados en fenómenos no repetibles en laboratorio, o sencillamente constituidos por fenómenos o acontecimientos irrepetibles, como, por ejemplo, la Historia. ¿Debemos resignarnos a no estudiar científicamente la llegada de Colón al continente americano, sólo porque ello no sea repetible?
- Y, el mayor riesgo de la Ciencia, o del Conocimiento Científico, a mi modo de ver: el ir más allá de ella misma. Creer falazmente que porque hemos dado un paso, un bocado a la oscuridad y a la ignorancia con un descubrimiento científico o una teoría científica, ya no queda nada más que conocer más allá de lo que hemos descubierto o planteado, y en consecuencia entrar en una teoría metafísica de Negación.
Esto, dicho así, parecería imposible de sustentar, pero la corta historia de la Ciencia está repleta de afirmaciones y negaciones "irrefutables" en tal sentido, que luego no han durado casi nada, desmentidas por otros conocimientos igualmente científicos. No falta quién dice: “Ya conocemos la estructura del genoma humano, por lo tanto, Dios no existe, o al menos no nos es necesario en esto de la genética.” ¿Admitiría Vd. algo parecido aplicándolo al caso de su reloj de pulsera? El relojero sería siempre necesario, ¿no?, sepamos o no cómo lo construyó o cómo funciona.
Aunque, en honor a la verdad, hay que decir, como afirmaba un magnífico profesor, del que tuve la enorme suerte de aprender no sólo Biología, sino también humildad, que “
no se trata de que lo que hoy es verdad mañana tenga que ser mentira, sino que hay que tomar las cosas con mucho cuidado, porque puede que todo ello no sea verdad, o que no sea tampoco toda la verdad sobre el asunto” ¿Comprenden ahora lo de la humildad? Pues se trataba de uno de los hombres que más admiré en mi época científico-materialista, digamos; y que hoy aún sigo admirando, si cabe aún más.
Concebida de otro modo, la Ciencia deja de ser lo que debe ser: “
reconocimiento honesto de la frontera que limita lo que ya sabemos, de aquello que aún desconocemos”; y pasa a convertirse en la
coartada para negación de la entidad de lo que no se conoce todavía, y de aquello que no se conocerá nunca por el método científico, porque sencillamente está fuera de su objeto de conocimiento. O sea, viene a decirnos "
aquello que no puedo conocer, sencillamente, no existe".
Este sería un buen momento para exponer nuestro
cuadro resumen para el Saber Científico.
Resumen:
Modo de Conocimiento: Científico
Sustentación: Método Hipotético-Deductivo
Registro: Investigación. Lenguaje Escrito. Bibliotecas. Universidades.
Logros de Conocimiento: Ciencias puras y aplicadas. Teorías Científicas, Tecnologías.
Visto todo lo anterior, tenemos en el Saber Científico, una metodología de conocimiento aceptable y aceptada en todos los rincones del mundo, mediante la cual el ser humano va avanzando en el conocimiento real del Universo y de su devenir. Es decir, mediante el Método Científico conocemos, descubrimos, sabemos, con la mayor garantía empírica posible, el espacio, el tiempo y los seres y los acontecimientos que en ese marco se desarrollan y producen.
Si el ser humano, cuando actúa como científico, admite el conocimiento científico hasta ese límite, estará desarrollando la Ciencia, y estará dentro de lo que cabe entenderse así, como
científico. Pero, si llevado de falta de humildad, o de exagerado celo empírico, cayese en la tentación de ir más allá de los propios límites científicos, entonces no estaría haciendo Ciencia, sino elucubrando y opinando, y eso ya es propio de otros niveles del conocimiento, que se verán más adelante.
Por ejemplo, si llevados de la mano de la Ciencia cayésemos en pensar que dado que determinados conocimientos, al no ser científicos son despreciables, estaríamos no ya cercenando nuestra capacidad de aprender, sino dejando de ser eso, científicos. Veamos. Sigamos con un fenómeno que conozco bastante bien: la pesca. Un pescador con experiencia, aunque analfabeto, sabe cuándo y dónde se puede o no pescar tal o cual especie. Es un experto, tiene experiencia en el tema, quizá no sepa leer, ni mucho menos escribir, pero sabe concluir mirando a Luna, si conviene o no tal o cual actuación pesquera, según las condiciones atmosféricas.
Se basa en su Conocimiento Experiencial, sabe explicar a duras penas el cómo lo sabe y en qué se basa para ello. Pero su Conocimiento es cierto, fidedigno, tiene utilidad para su vida... En cambio, el oceanógrafo, doctorado quizá, puede llegar a despreciar ese logro del conocimiento experiencial, aprendido por del pescador analfabeto, sencillamente porque no está empíricamente fundamentado. Ahora bien, tras un serio análisis y una adecuada metodología, el propio científico puede llegar a las mismas conclusiones, y en ese caso ambos conocimientos científico y experiencial, serían respetados por la Ciencia en tanto que son coincidentes.
Podemos tomar ejemplos de la Agricultura (agricultor - ingeniero agrónomo), de la Ganadería (pastor de ovejas - veterinario), de Enseñanza (maestro - psicopedagogo), etc...
Por favor, entienda que sólo trato de evidenciar que los conflictos entre modalidades de saber pueden darse y de hecho se dan a diario, unas veces con resultados coincidentes, y otras veces no; pero de lo que se trata es de dejar claro que estos conflictos con específicamente humanos.
La semana que viene hablaremos de estos conflictos entre unos y otros modos de conocimiento, dentro de la propia consciencia individual.
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