Podríamos llamarlo también de alguna otra manera, para poder identificarlo ante las diversas teorías del conocimiento. Por ejemplo, habría quién lo llamaría también Conocimiento Vulgar, o Pre-científico. No uso tales denominaciones por razones evidentes. Conocimiento Vulgar despierta connotaciones indeseadas de desprecio del mismo, y lo de pre-científico conlleva también la idea de que pudieran ser conocimientos que se quedan a medio camino de los conocimientos digamos- más “serios”.
Es el momento quizá para recordar y reforzar la idea de que Vd. y yo, y cualquier ser humano, tenemos muchos de estos conocimientos experienciales, y nos servimos de ellos a diario conscientemente. Es más, estoy convencido de que echamos mano de este tipo de conocimientos, -estadísticamente al menos-, más veces al cabo del día, que de ningún otro tipo de conocimiento. Y no solo eso, sino que el devenir cotidiano de la historia de la Humanidad, a mi modo de ver, se ha sustentado muchísimo más en el saber de la experiencia vital de los individuos y su transmisión a los demás, que en cualquier otra cosa.
El modo de conocimiento Experiencial está sustentado fundamentalmente por la adquisición auditiva, visual, oral y sensorial en general.
El registro de tal conocimiento se basa en la huella memorística que nos dejan las experiencias vividas (sólo sabemos realmente cómo duele quemarse, después de habernos quemado la primera vez).
No obstante, la adquisición y el dominio de un lenguaje superior – primero oral y luego escrito-proporciona al ser humano la enorme ventaja de la adquisición diferida de conocimientos: el proceso de Enseñanza-Aprendizaje. En otras palabras también podemos conocer acerca de realidades físicas, psíquicas y -¿por qué no?- también espirituales, a través de la experiencia de otros.
Esta forma de Conocimiento Experiencial Diferido que requiere niveles de comunicación superior, le está negada casi absolutamente a la inmensa mayoría de los demás seres vivos, y sólo una minoría de los animales superiores pueden llegar a aprehender (que no comprender) ciertos comportamientos, aunque son muy limitados dada su carencia de lenguajes superiores.
Al menos, sólo podemos aventurar esto. En el caso de los cetáceos y más especialmente de los delfínidos, que parecen tener el lenguaje más elevado de entre los animales, llegan tan sólo a comunicarse datos como las estaciones del año y poco más.
También es cierto que,
en complot con el hombre, éstos animales, o ciertos cánidos y algunos primates, llegan a aprender comportamientos ciertamente complejos. Pero ahí parece estar su límite en cuanto al conocimiento, y además siempre que haya intervención humana y basándose siempre en el substrato instintivo del primer nivel de conocimiento. La Isla del Doctor Moreau, es una gran novela, y es cierto que ha dado lugar a alguna aceptable película, pero nada más.
Digo todo esto porque ciertos estudiosos de la etología, es decir, del comportamiento animal, encuentran en las similitudes de las estructuras genéticas, aportadas por los más modernos descubrimientos de la biología, lo que ven como una coartada perfecta para abundar en una postura evolucionista, o mejor, macroevolucionista. Cuando, en realidad, si se atendiera más a la psicología y al estudio del acceso al conocimiento de los animales y de los hombres, y menos a los “materiales de construcción”, a nadie con sentido común le pasaría desapercibido el enorme abismo existente entre un pastor de cabras y una de ellas, al menos a la hora de aprender cosas nuevas.
Dejemos, pues, a los animales y sigamos con las modalidades de conocimiento humano, ya en solitario, como especie distinguida y cualitativamente diferente, el Hombre.
Pero, antes de seguir, hagamos el resumen pertinente y correspondiente a esta segunda modalidad de conocimiento humano.
Resumen:
Modo de Conocimiento: Experiencial, Vulgar , Popular o Pre-científico.
Sustentación: Auditivo-Visual, Oral y Sensorial
Registro: Lenguaje Oral, Memoria Oral Colectiva y Personal.
Logros de Conocimiento: El Lenguaje y Aprendizaje. Montar en bicicleta, hablar idiomas, cultivar la tierra, guardar ganado, pescar...
La semana que viene hablaremos sobre el Conocimiento Científico.
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