¿Qué es la vida eterna?

La vida eterna es nuestra historia interminable, más allá del Rubicón de la muerte, es una aventura eterna con el Dios que nos creó y que nos amó hasta el fin en la persona de Jesucristo

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Según la IA, esta es la definición abreviada de la vida eterna: La vida eterna es el concepto de que la existencia del alma o el espíritu continúa después de la muerte física, completándose con la resurrección corporal de entre los muertos en el día postrero; este es un tema central en varias religiones y filosofías, como el cristianismo, el islam y el hinduismo.

En la tradición cristiana, la vida eterna es un don que se recibe mediante la fe en Jesucristo, resultando en una comunión perpetua con Dios

Jesús ha dicho y es verdad, “El que cree en mí tiene vida eterna”. Y esta bendita promesa no es una cuestión baladí, es una certidumbre de fe absolutamente poderosa.

Porque la vida eterna comienza aquí y ahora, alcanzando su plenitud cuando partimos de este mundo abandonando el tiempo cronos y entrando en la dimensión de lo eterno, de lo intemporal.

En Juan 17:3, Jesús definió la vida eterna diciendo: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”.

Esta declaración nos demuestra que nuestra comunión con el Padre y con el Hijo de Dios nos imparte vida divina y eterna a nuestro espíritu como un anticipo de las abundantes riquezas de su Gracia para con nosotros.

La vida eterna es el ultramundo, el ámbito de la otra vida, de un mundo distinto al que conocemos hoy, es decir, un mundo espiritual a la vez que real, más allá de la muerte.

Allí están las mansiones eternas y el mundo nuevo que nos describen las Sagradas Escrituras en el Nuevo Testamento.

La vida eterna será, estar para siempre con el Señor y disfrutar permanentemente de su paternidad y de su bendita presencia trinitaria. Entonces y solo entonces entraremos en los propósitos eternos de nuestro buen Dios.

Y a partir de ese momento se abrirá una maravillosa historia en esa nueva humanidad perfecta e imperturbable

Por fin seremos librados de este cuerpo de muerte y de tantas miserias humanas y veremos a nuestro Señor cara a cara sin velos.

Todos los inscritos en el libro de la vida estaremos en la nueva Jerusalén donde el Padre y el Hijo reinaran para siempre, asombrados todos por la incomparable belleza de la gloria de Dios que se nos relata en el capítulo 21 de Apocalipsis con toda suerte de detalles.

Esta nueva dimensión de la eternidad es casi indescriptible en todo su esplendor, pero nuestra imaginación santificada se recrea en esta divina promesa, que es la esperanza cierta de la vida eterna para todos los que hemos creído sincera y fielmente en nuestro Señor Jesucristo

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