¿Un Dios a nuestra imagen y semejanza?

Cuando analizo esta cuestión descubro que esto también es un tipo de idolatría a la inversa.

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Imágenes distorsionadas de Dios, Imágenes utilitaristas, Imágenes panteístas, Imágenes delirantes, Imágenes un tanto furibundas cómo también exitistas, Imágenes mitológicas, Imágenes farragosamente religiosas, Imágenes humanistas y suma y sigue.

Yo me pregunto ¿Cómo podemos liberarnos de las falsas Imágenes mentales que tenemos de Dios?

También es cierto que la Biblia nos muestra imágenes de Dios a través de diferentes antropomorfismos para poder interpretar de manera comprensible el ser y el obrar de Dios desde nuestra racionalidad.

Más allá de las paradojas bíblicas y del lenguaje simbólico y alegórico de ciertas expresiones literarias y culturales de las Escrituras, también existen los librepensadores que adoptan conclusiones un tanto estrafalarias y hasta fetichistas.

Otros interpretan al Dios talismán o también a una especie del genio de Aladino de la lámpara mágica y otras muchas formas imaginarias.

Pero la realidad es que Dios, el verdadero Dios no es como nosotros lo imaginamos en algunos aspectos. Lo realmente maravilloso de este asunto, es que de facto nosotros nos parecemos a Dios por diseño divino, pero Dios no se parece a nosotros respecto de nuestras fantasías mentales.

Si bien es cierto que el carácter sobrenatural de nuestro Dios nos revela aspectos de su persona especialmente singulares a la vez que asombrosos, aunque esto no es óbice para tener una visión correcta y un claro entendimiento espiritual de quien y como es Dios en su pura esencia.

En el mandamiento divino de “No tendrás dioses ajenos delante de mi” también va incluido este aspecto del que estamos hablando acerca de dioses a nuestra imagen y semejanza

En las Escrituras descubro a un Dios poliédrico tanto en su ser como en su obrar, porque Él es absolutamente soberano de todo y hacía todos. Sus diferentes nombres bíblicos confirman lo que estoy diciendo.

Sin duda alguna, este tema podría dar mucho más de sí, pero solo quiero acabar mencionando una poderosa Escritura que viene a describirnos de forma sintética, como podemos parecernos más a este buen Dios nuestro a través de una progresiva transformación, tanto mental como espiritual.

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2º Corintios 3:18)