En los peores momentos de nuestras vidas

C. S. Lewis y su hermano Warren estudiaron varios años en un internado para niños en Inglaterra. El director de aquel lugar era un hombre muy cruel, que lograba hacer que la vida de todos aquellos niños fuera absolutamente insoportable. Muchísimo tiempo después, Warren escribió con el humor sencillo y sarcástico que le caracterizaba: “Ahora tengo poco más de 64 años, y hasta ahora, nunca he estado en una situación en la que no me haya consolado pensar que, por peor que fuera, siempre era mejor que lo que viví en el internado.”

Cuando pienso en una situación de este tipo, algo tan terrible que marcó a aquellos niños para siempre, lo cierto es que mi corazón se conmueve, y por más que pensemos qué ese tipo de cosas ya no existen, alguna vez nos enteramos de auténticos horrores sufridos por niños y tal vez no en un internado, tal vez peor... ¡en sus propios hogares! Esta aberraciones siempre han existido y siempre existirán, por más que las cosas parezcan haber mejorado; aunque al día de hoy, en el momento que se descubre algo de este tipo, la lay cae con toda su fuerza sobre ello; pero la huella de semejantes horrores deja una marca para siempre en el corazón y la vida de quienes han sido victimas de cosas así.

Es interesantísimo como lo veía Warren, decía la verdad a la vez que demostraba un dolor punzante que no se le había olvidado, y su inteligencia le hacía sacar ventaja a cualquier momento malo en su vida... siempre sería mejor mejor que lo vivido en el internado.

Permitid que comparta con vosotros algunas frases que creo que expresan de manera excelente el tema del dolor.

“El tiempo no duerme los grandes dolores, pero sí los adormece.” George Sand

“El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.” Fiodor Dostoievski 

“El dolor, cuando no se convierte en verdugo, es un gran maestro.” Concepción Arenal

“La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe.” Jacinto Benavente

“La vida es tristeza, supérala.” Teresa de Calcuta

Si leemos con detenimiento cada una de estas frases, podemos ver que tienen muchísima verdad contenida en ellas; pero aunque son personas de un calado importante la Palabra de Dios nos tiene mucho que decir a este respecto.

En la vida de David hubo muchos momentos críticos, uno de ellos lo recoge el Salmo 40; como de costumbre, David alzó el alma a su Dios pidiéndole que lo rescatará, y Dios lo hizo, lo rescató, lo salvó, lo sacó del foso de desesperación y puso sus pies sobre suelo firme... entonces, igual que siempre, David proclama:

“Con paciencia esperé que el Señor me ayudara,

y él se fijó en mí y oyó mi clamor.

Me sacó del foso de desesperación,

del lodo y del fango.

Puso mis pies sobre suelo firme

y a medida que yo caminaba, me estabilizó.

Me dio un canto nuevo para entonar,

un himno de alabanza a nuestro Dios.

Muchos verán lo que él hizo y quedarán asombrados;

pondrán su confianza en el Señor.”

Salmo 40: 1-5

¿Tal vez eres tú una de esas personas que la vida ha marcado profundamente? Déjame decirte algo: el Dios que creó y sostiene el universo, también te sostiene a ti, sólo tienes que acudir a él buscando ayuda en el nombre de aquel que se entregó por ti en una cruz y serás una nueva persona, y podrás comprobar que todo obra para bien. Dios jamás te va a desamparar.

Termino dejando para ti una de esas preciosas canciones que tocan una vez tras otra mi corazón y espero que también el tuyo, es Lilly Goodman cantando, AL FINAL.

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[title]Por un año más[/title]

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