Muchos indios conocen a Jesús gracias al valiente testimonio de pastores como Laxman en medio del creciente extremismo hinduista.
Su mujer estaba enferma. En medio de la desesperación y aun siendo un hindú devoto, Laxman* la llevo a una iglesia cristiana para pedir que alguien orara por ella.
Así fue como comenzó esta historia extraordinaria, y ese fue el momento en que la vida de Laxman cambio para siempre.
«Mi esposa fue curada con una sola oración», asegura. «Ahí vi el poder de este Dios, y me comprometí a compartir Su mensaje».
Laxman estudió teología, inauguró una iglesia y empezaron a suceder cosas realmente increíbles. «Las personas que venían a nuestra comunidad eran liberadas de adicciones al alcohol y tabaco», recuerda este pastor indio. Otros como su propio bebé incluso superaron enfermedades difíciles.
La iglesia comenzó a crecer, pasando de ser unas pocas personas a cientos de cristianos. Pero esta enérgica y próspera comunidad estaba siendo observada.
India es una de las más grandes democracias en el mundo, y el país más poblado del planeta. Sin embargo, según la Lista Mundial de la Persecución 2024, es el undécimo país más peligroso del mundo para ser cristiano. Actualmente, se está agravando de manera inquietante esa tendencia a la violencia y la persecución por seguir a Jesús.
A lo largo del país, los extremistas hindúes perciben a los cristianos como una amenaza. Ellos creen que los indios deben permanecer en el hinduismo, por lo que los cristianos y otras minorías son tratados con intolerancia, discriminación y violencia. (La ideología nacionalista radical de los extremistas hindúes es conocida como Hindutva).
En el estado donde vive Laxman, existen leyes que buscan detener las coacciones para abandonar el hinduismo. Estas leyes anticonversión se acaban usando de forma indebida, por lo que aquellos cristianos que comparten su fe suelen ser acusados de criminales amparándose en esta norma.
Consecuentemente, no hubo que esperar mucho para que el pastor Laxman se convirtiera en un objetivo.
«Los extremistas me acusaban de atraer a las personas al cristianismo por medio del dinero», se lamenta el pastor. «Me dijeron que, si continuaba con mi ministerio, me enterrarían vivo».
Un miembro de la iglesia de Laxman fue obligado a firmar una hoja en blanco que fue usada posteriormente para crear un falso testimonio, diciendo que el creyente había sido engañado para convertirse al cristianismo. Esta supuesta evidencia era justo lo que los extremistas necesitaban.
«Me encontraba dirigiendo un culto de oración cuando, de repente, entró la policía», recuerda con lágrimas en sus ojos. «Me cogieron por el cuello y me golpearon con sus palos. Pensé que los vecinos me salvarían, pero nadie vino. La policía me encerró en la cárcel, donde me torturaron y se burlaban de mí. Sólo podría preguntarle al Señor: ‘¿Qué debo hacer ahora?»[1].
Después de seis días en prisión, Laxman fue liberado. Pero el edificio de su iglesia ya estaba en ruinas, destruido por los extremistas hindúes. Los creyentes se habían escondido, al estar demasiado asustados como para verse de nuevo. Sin reuniones en la iglesia, perdió también su sueldo como pastor. Ahora, él estaba bajo constante vigilancia y la policía irrumpía en su casa cada vez que quería.
Era una situación desesperada que le llevó al límite, pero el pastor resistió. Haciendo ejercicio de una fe extraordinaria, se reunía en secreto con un puñado de cristianos y confiaba en el Señor. «Dios prometió que estaría conmigo».
En toda la India, la Iglesia está creciendo, pero también es vulnerable. Todos tenemos un papel vital que desempeñar en esta historia extraordinaria de fe. Laxman y otros cristianos dependen de nosotros para recibir ayuda alimentaria, formación para afrontar la persecución, asesoramiento y apoyo a las pequeñas empresas que les permitan subsistir.
El motivo de oración es que los cristianos indios mantengan firme su fe frente a las injusticias y puedan ser libres de adorar tranquilamente en comunidad, fortalecidos en ser luz y sal en sus entornos. Nuestras oraciones y apoyos impulsan a una Iglesia en expansión.
Gracias al apoyo de la Iglesia mundial, el pastor Laxman ha recibido alimentos de emergencia y ha iniciado una pequeña granja para que su familia pueda autosostenerse económicamente. Este regalo le ha dado esperanza y fortaleza para el futuro.
«La iglesia está cerrada, pero mi ministerio continúa», dijo nuestro hermano indio. «Es la obra de Dios. Nadie puede pararla o destruirla. Esto es para el reino del Señor».
[1] Nombre cambiado por razones de seguridad.
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