Si crees que las buenas obras te salvan, nunca harás una buena obra por el motivo correcto sino por egoísmo.
Autoreferencialmente incoherente es una frase popularizada por el gran filósofo cristiano Alvin Plantinga en la década de los 80.
Si quieres parecer inteligente en una conversación con tintes filosóficos utiliza esta frase, es infalible. Pronúnciala correctamente y hasta parecerá que sabes de lo que hablas…
Ahora en serio, “autoreferencialmente incoherente” creo que es la mejor forma de definir una falacia que demuestra exactamente lo contrario a lo que afirma.
Por ejemplo, imagina un extranjero diciendo: “¡No hablo español!” Aunque lo diga con acento “guiri” está demostrando exactamente lo contrario a lo que afirma. Lo que debería decir es algo así como: solo sé decir una frase en español.
En el mundo de las ideas anticristianas hay muchas falacias autoreferencialmente incoherentes.
M. Frad nos recuerda algunas ideas autoreferencialmente incoherentes que se usan continuamente:
1. Todo es relativo.
La frase en sí demuestra un absoluto.
2. La verdad no existe o es inalcanzable.
¿Es esta frase en sí es verdadera?
3. Solo puedes creer lo que es demostrable por la ciencia.
Es imposible demostrar la verdad de esta frase científicamente, es una decisión que toman algunos por pura fe en un tipo concreto de conocimiento humano, pero hay muchos más.
Y yo añadiría dos más que de alguna forma están relacionados y son tremendamente importantes para todos nosotros:
4. El propósito de la vida es buscar la felicidad.
Si centras tu vida en buscar la felicidad solo encontrarás infelicidad.
The New York Times, en su conocido artículo FELICIDAD 1011, expresa que la única forma de ser feliz es ser altruista hacia los demás, porque cuando basas tu vida en hacer las cosas que crees que te hacen feliz (viajar, adrenalina, comida…) te vuelves adicto a la búsqueda del placer y nunca te sientes verdaderamente satisfecho.
Jenny Santi, en Time, asegura que volcarse en los demás es el mayor secreto de la felicidad. Jenny explica que gracias a la tecnología de resonancia magnética funcional (fMRI), ahora sabemos que dar a los demás activa las mismas partes del cerebro que se estimulan con la comida y el sexo.2
Pero buscar la felicidad en otros es en sí autoreferencialmente incoherente porque si te vuelcas en los demás para buscar la felicidad te haces adicto de nuevo a esa búsqueda y los demás se convierten en una herramienta para tu propia felicidad.
Así que vemos que nuestra tendencia a buscar la felicidad es una de las mayores paradojas de la vida: mientras más nos concentrarnos en alcanzarla más elusiva se vuelve.3
Lo que me lleva a la mayor creencia autoreferencialmente incoherente de toda la humanidad a lo largo de toda la historia:
5. Al cielo se llega por buenas obras.
Es decir, que para llegar a/los dios/es, a lo transcendente, al más allá o a una mejor vida… hay que hacer buenas acciones.
Esto es autoreferencialmente incoherente porque si crees que las buenas obras te salvan, nunca harás una buena obra por el motivo correcto sino por egoísmo, lo que invalida la acción como realmente buena.
En otras palabras, si basas tu segunda vida en hacer buenas cosas las estás haciendo realmente por egoísmo no por ayudar a otros.
Jonathan Edwards dijo: Uno no puede obtener la salvación y la felicidad mediante astucia egoísta o planes astutos.4
Y T. Keller concluye que vivir altruistamente para ser feliz es en sí también puro egoísmo.
La única forma de que tus buenas acciones sean realmente buenas es que no las hagas para salvarte sino que tengas de antemano el pase al cielo asegurado a través de un Salvador perfecto que lo ha logrado la salvación por ti.
[destacate]La única forma de que tus buenas acciones sean realmente buenas es que no las hagas para salvarte sino que tengas de antemano el pase al cielo asegurado a través de un Salvador perfecto.[/destacate]Jesús te da el título antes de comenzar los estudios, el premio antes de comenzar la carrera. Por lo que después de ser declarados justos (hijos de Dios), la bondad que hacemos la hacemos no para ganarnos el cielo, sino por puro amor a Dios y a los demás. No para recibir un premio, o puntos en nuestra tarjeta de socios del cielo, sino por el puro afecto de reflejar en nuestro carácter el amante carácter de Dios.
Y cuando los cristianos no conseguimos tener esa actitud totalmente altruista, da igual, porque no obtenemos la salvación por nuestras motivaciones o acciones sino por la pura gracia de aquel Hombre/Dios que sí lo hizo todo por el puro altruismo de su amor por nosotros y su obediencia a Dios.
En resumen, el cristianismo te dice cómo recibir a Dios por fe y no por buenas obras, lo que te libera para poder amar de forma altruista. Y si no lo consigues, no pasa nada, lo vuelves a intentar con más ganas porque sigues teniendo a Dios en ti y la garantía de tener una relación contigo por la eternidad.
No hay religión ni filosofía de relevancia, a parte del Cristianismo, que te libere de ser autoreferencialmente incoherente.
No hay mejor forma de vivir esta vida, ni mejor forma de encontrar la felicidad, porque vivimos con la libertad y la seguridad de tener a Dios. Y al centrarnos en Él y en los demás llegamos a obtener, casi como “efecto secundario”, la felicidad que tanto anhelamos y necesitamos.
¿No te gustaría vivir así?
Notas
2 The Secret of Happiness is helping other. https://time.com/collection/guide-to-happiness/4070299/secret-to-happiness/
3 Sobre todo si aceptamos que la mitad de la tu tendencia a la felicidad depende de tu genética (The New York Times). Lyubornisky (Universidad de California Riverside), en estudios con gemelos y mellizos el 50% de tu felicidad depende de tu biología.
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