Sugerencias prácticas para leer Apocalipsis (6)

Esta es la sexta y última entrega de nuestro estudio sobre Apocalipsis: el libro más incomprendido de la Biblia. Es una transcripción de este video. La semana pasada hicimos un resumen del libro; en esta última etapa de nuestro recorrido, vamos a escuchar las siete sugerencias prácticas de Juan Stam para interpretar correctamente el libro de Apocalipsis.

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Número 1: Interpretar Apocalipsis exegéticamente. En otras palabras, esforzarnos por comprender de la mejor manera posible lo que entendían el autor y sus lectores originales. No es suficiente con meter un montón de versículos bíblicos sueltos entre paréntesis; hay que intentar comprender cada texto en su contexto.

Número 2: Interpretar Apocalipsis históricamente. Debemos meternos en los zapatos del autor y sus primeros lectores para entender las implicaciones del libro. Como dice Stam, «los lectores de hoy que viven seguros, cómodos y tranquilos, difícilmente podrán entender bien el Apocalipsis. Sólo comenzarán a percibir su mensaje si logran insertarse mental y emocionalmente en la precaria situación de las comunidades del siglo I». Si a Apocalipsis le sacamos el contexto histórico, probablemente terminemos defendiendo ciertas agendas ideológicas y políticas o creando algún tipo de ciencia ficción.

Número 3: Interpretar Apocalipsis cristocéntricamente. En otras palabras: recordar en todo momento que el núcleo de este libro no es el Dragón, ni la Bestia, ni el combate, ni el morbo escatológico ni la especulación del fin del mundo. El centro es Cristo. Como dice Juan Stam: «Más que un libro sobre el fin del mundo, el Apocalipsis es un libro sobre Aquel que es principio y fin de todo».

Número 4: Interpretar Apocalipsis imaginativamente. La apocalíptica no es una literatura de argumentación lógica, sino un género poético, creativo y fascinante que busca despertar nuestra imaginación. Como en una buena película, el contenido y la forma del Apocalipsis van de la mano.

Número 5: Interpretar Apocalipsis pastoralmente. Este un libro escrito para consolar y llevar esperanza a una comunidad en crisis. Juan de Patmos es un compañero de sufrimientos que escribe a las iglesias para recordarles quién es el verdadero vencedor de la historia. No lo hace para llenarlos de angustia o confundirlos con visiones surrealistas, sino para alentarlos a perseverar en su fe y esperanza.

Número 6: Interpretar Apocalipsis prácticamente. Si después de leer este libro te quedás flotando con especulaciones, símbolos y posibles anticristos, no entendiste nada. Leer Apocalipsis debería llevarnos a un compromiso ético mayor, a un seguimiento de Jesús más responsable en medio de nuestras crisis personales, comunitarias y sociales. «Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca» (Ap. 1:3).

Y, finalmente, el número 7: Interpretar Apocalipsis sinópticamente. En otras palabras: no tomar partecitas sueltas, sino integrar todas las partes en una lectura general. Nunca debemos olvidar el cuadro completo, y esto no solo aplica a la lectura de Apocalipsis en sí mismo, sino también a su lugar como parte y conclusión de toda la Escritura cristiana.

El género apocalíptico nació hace más de dos mil años como una respuesta espiritual a un tiempo de profunda crisis. Y, en tiempos de crisis, lo apocalíptico se pone de moda. Hace unos pocos años vivimos una pandemia global; hay por todos lados recesión económica, tensiones raciales, problemas de inmigración, crisis ambiental, disputas por la hegemonía cultural y posiciones extremas en todo el espectro político; hace un tiempo explotó la guerra entre Rusia y Ucrania, y los muertos por el conflicto entre Israel y Palestina siguen creciendo. Pero hay mucho más: en este mismo momento, hay 56 guerras y conflictos armados en el mundo. Estamos en una época crítica, y la apocalíptica es una respuesta a esa crisis.

Pero cuidado; como dijo el tío Ben: «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad». El Apocalipsis no está ahí para que nos peleemos por quién tiene la interpretación definitiva ni tampoco para cultivar una espiritualidad escapista. Mientras esperamos a Cristo, los cristianos no debemos ser neuróticos ni tampoco procrastinadores… ni llenarnos de morbo y ansiedad ante el fin del mundo, ni volvernos vagos y superficiales. El cristianismo es una invitación a vivir la vida con responsabilidad y confianza.

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Apocalipsis ha sido Palabra de Dios para generaciones de creyentes que confían en que Cristo es el gran vencedor. Las visiones del Apocalipsis nos revelan el detrás de escena de la historia, nos llenan de esperanza y consuelo en medio de un mundo hostil y confuso. Dios sigue estando en control y nada de lo que suceda, por más extraño y difícil que parezca, tiene el poder para derrotar al Cordero que triunfó con su sacrificio sobre los poderes de la muerte y el mal. El sufrimiento del pueblo de Dios no será para siempre, y aunque no sabemos cada detalle del futuro, la perseverancia tendrá su recompensa. Como dijo Philip Yancey: «Se nos dan pocos detalles acerca del mundo futuro; sólo la promesa de que Dios demostrará que vale la pena confiar en Él».