La niña que contemplaba las estrellas

-Cuando está bastante oscuro, puedes ver las estrellas.-Ralph Waldo Emerson.

-¿Cómo vas a llegar a las estrellas si nunca te alejas del suelo?-Eric Sanicola.

-Si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.-Rabindranath Tagore.

No hace mucho recibí una preciosa foto que me hizo retroceder mucho en el tiempo, era una niña sentada sobre un tejado, mirando con una expresión de curiosidad, ganas de saber, asombro, admiración, anhelo de miles de cosas y mucho más. Sin querer me vi retratada, porque eso mismo hacía yo muchísimas veces y no sólo cuando era una niñita. Lo cierto es que me sigue gustando hacerlo, pero subir a un tejado a escondidas y quedarme allí un tanto en peligro y sola, creo que era más de lo que mi abuela podría soportar si se hubiera llegado a enterar, algo que nunca sucedió.

No sé como me las arreglaba, pero subía por unas escaleritas peligrosas de fácil acceso para mí a aquel tejadillo peligroso y un tanto resbaladizo y me quedaba muy quieta soñando, soñando mientras contemplaba las estrellas.

Otras veces me encantaba tumbarme sobre la hierba y hacer exactamente lo mismo, contemplar las estrellas y querer ver más allá.

Cuando fui creciendo, me encantaba pasear con mi padre por la noche y aprender todo lo que me iba enseñando acerca de las constelaciones y galaxias que se pueden observar desde nuestro hemisferio.... La Osa Mayor que sigue dominando los cielos, de modo especial durante el verano del hemisferio norte, también conocida como el Carro, esta constelación, que ha estimulado la imaginación de todas las civilizaciones desde la  antigüedad, esconde numerosas curiosidades astrofísicas. La Osa mayor y la menor, que superan el brillo de la luna, la estrella polar... y en silencio miraba lo que no es una estrella, pero que es lo primero que se ve, y brilla como la más brillante de las estrellas, Venus, la llamada  estrella de los enamorados con toda una mitología detrás; pero eso cuando se tienen 15 años, es como para mirar en silencio y no decir nada, y menos a tu padre.

Siempre me encantó la constelación de Orión, algo que se puede ver en los dos hemisferios del planeta debido a su localización en el ecuador celeste, Su fácil reconocimiento no sólo se debe a su amplia presencia sino también a que es hogar de algunas de las estrellas más brillantes del cielo nocturno.

Y lo dejo aquí, habría tantísimo sobre lo que escribir... pero desde que era aquella niñita subida a hurtadillas a un tejado, me sigue fascinando el precioso y atractivo brillo de las estrellas y todo lo que lleva consigo todo ello.

Esta mañana muy temprano, cuando aún era noche y soplaban muy fuerte en la ventana el viento y la lluvia, una querida amiga desde la niñez me envió una foto real de un verano pasado juntas con primos en común y mil cosas deliciosas; era yo, como siempre suelo salir en las fotos, con unos cuatro años abrazada a una cabritilla con piel de color marrón, la miré y la remiré, y cuando aún era noche, lloré recordando...

Cuando voy a la Biblia y quiero sacar una lección espiritual para nuestras vidas, lo primero que me encuentro está en el libro del Génesis donde leemos  que  Dios hizo, además del sol y la luna, también las estrellas para iluminar y separar la luz de las tinieblas (Gen 1,16-18).

Cuando vamos a Apocalipsis 1: 20, nos encontramos con algo precioso:

“Este es el significado del misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias. “

Pero cuando regresamos a uno de los Salmos más hermosos podemos leer:

“Los cielos proclaman la gloria de Dios,

Y el firmamento anuncia la obra de Sus manos”, Salmo 19:1.

Hay algo que me sobrecoge, y cuando lo leo comienzo a entender ese viejo sueño, y anhelo por contemplar las estrellas...

“Cuenta el número de las estrellas,

Y a todas ellas les pone nombre”, Salmo 147:4.

Resumiéndolo me doy de frente con lo más precioso e importante para mí: No solamente “a todas ellas llama por su nombre”, sino que la gloria de las estrellas es solo un destello de la gloria de Dios.

Cuando vamos al libro de Daniel, un libro que me fascina y donde hay mucha profecía, algo muchísimo más grande que lo que parecen historias para niños, nos encontramos con una preciosa verdad:

“Los sabios resplandecerán tan brillantes como el cielo y quienes conducen a muchos a la justicia brillarán como estrellas para siempre.” Daniel 12: 3.

Pero lo más hermoso y con lo que quiero terminar, es con la preciosa verdad de Apocalipsis 2: 27- 29.

“Gobernarán las naciones con vara de hierro

y las harán pedazos como si fueran ollas de barro.

Tendrán la misma autoridad que yo recibí de mi Padre, ¡y también les daré la estrella de la mañana!

Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias.”

Quiero dejarlo aquí después de haber ido por muchos sitios, a los que somos suyos nos será dada...

 ¡La estrella de la mañana, el mismo Jesús!

Termino emocionada, después de recordar y comprender; aunque dejándome mucho por el camino, con la firme resolución que he hecho mía una y otra vez en mi vida, es Jesús Adrián Romero cantando..... La estrella de la mañana....

Si todavía no le conoces, te invito a conocerle, ¡jamás encontrarás nada comparable a él!