Sistemas y aparatos

A pesar de las imperfecciones que algunos pretenden ver en el cuerpo humano, nuestro organismo es como una máquina perfecta que funciona muy eficazmente y todavía guarda secretos por descubrir. Aunque son muchas las cosas que sabemos del mismo, la ciencia continúa desvelando misterios acerca de su fisiología y funcionamiento que sorprenden por su complejidad y elegante diseño. Solemos estar tan habituados a caminar, manipular objetos, ver, oír, pensar y en definitiva vivir, que no reparamos en la increíble sofisticación de las reacciones bioquímicas y de las máquinas moleculares de nuestro organismo que son necesarias para poder realizar todo esto. No obstante, tanto los biólogos como los médicos y los demás investigadores de las disciplinas de la salud humana no dejan de fascinarse ante las curiosidades y sorprendentes singularidades que se descubren todavía en nuestro cuerpo. Desde luego, no parece tratarse de algo generado por mutaciones al azar sino más bien perfectamente planificado por una inteligencia superior.

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Generalmente se considera que el cuerpo humano está formado por nueve sistemas, seis aparatos y cinco órganos de los sentidos básicos, aunque estos últimos pueden elevarse a muchos más, si se tienen en cuenta también otros sentidos como el equilibrio, térmico, movimiento propio, dolor, sed, saciedad, lenguaje, bienestar, pensamiento ajeno, percepción del otro, etc. ¿Qué diferencia hay entre sistemas y aparatos? Los primeros son un conjunto de órganos similares que están formados por el mismo tipo de tejidos, mientras que los aparatos son conjuntos de órganos distintos (constituidos por diferentes tejidos) que colaboran para un fin común. Los nueve sistemas son: muscular, esquelético, articular, nervioso, circulatorio, linfático, inmunitario, tegumentario y endocrino. Por su parte, los seis aparatos reconocidos son: locomotor, cardiovascular, digestivo, excretor, respiratorio y reproductor. Todos estos sistemas, aparatos y órganos de los sentidos trabajan perfectamente coordinados para permitirnos vivir. 

Veamos algunos datos curiosos. Cada cinco minutos, los riñones sanos son capaces de filtrar toda la sangre del cuerpo y eliminar así los desechos y el exceso de líquidos corporales. En media hora, generamos la cantidad de calor necesaria para hervir unos cuatro litros de agua, esto nos permite mantener constante la temperatura corporal frente a las fluctuaciones del medio ambiente. Un glóbulo rojo o hematíe de la sangre recorre todo el cuerpo en tan solo un minuto, con lo cual es capaz de recoger oxígeno en los pulmones y transportarlo rápidamente a cualquier célula del organismo. De la misma manera, toma el CO₂ generado en las células y lo lleva a los pulmones para expulsarlo al exterior. Por cada nuevo kilogramo de músculo o de grasa generado en el cuerpo, éste crea alrededor de diez quilómetros nuevos de vasos sanguíneos con el fin de nutrir y oxigenar sus células. 

Cada segundo, nuestro cuerpo produce unos 25 millones de células nuevas que vienen a sustituir a las que dejan de funcionar y mueren. El tamaño de las mismas es variable, las más grandes son los óvulos femeninos, mientras que el récord de las más pequeñas lo tienen los espermatozoides masculinos. De éstos, los testículos fabrican unos diez millones cada día. Con esta cantidad se podría repoblar el planeta en poco tiempo. 

Nuestros huesos poseen una dureza extraordinaria, su resistencia a la comprensión es mayor que la del hormigón armado y su resistencia a la tracción casi igual. Resulta curioso que de los 206 huesos que posee el cuerpo humano, aproximadamente la cuarta parte se encuentren en los pies (28 huesos en cada pie). Esto se explica porque los pies son una de las estructuras más fuertes de nuestra anatomía ya que están diseñados para soportar en cada zancada, cuando corremos, varias veces el peso del cuerpo.

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Estas son sólo algunas de las muchas curiosidades que esconde nuestra anatomía y que nos llevan a pensar en el Altísimo, creador de cielos y tierra, quien tal como escribiera el profeta Daniel, “tiene dominio sobre el reino de los hombres” (Dn. 5:21) porque nos conoce a todos al habernos diseñado y amado desde antes de la fundación del mundo. 

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[title]Por un año más[/title]

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