Halloween: la noche de los valores cristianos

He puesto ese título, para indicar cómo se ha producido, durante siglos, la creación, por muchas circunstancias históricas, de lo que ahora llaman valores de la civilización cristiana (católica, más bien) de Europa. Halloween es un producto, multiforme, de la superstición cristiana, que, como en otros casos, envuelve con su discurso de cristiandad diversas manifestaciones paganas. La gran cantidad de “cultos de la naturaleza”, que el cristianismo se encontraba en su avance y extensión, fueron convertidos (los hicieron “nacer de nuevo”) en expresiones de culto cristianas. (Eso, ya lo he comentado, mucho antes de que apareciese el papado como entidad diferenciada, mitad del siglo VIII. La tierra que le prometió su padre, ya saben, estaba ya poblada de viñas que él no plantó, y casas que no construyó, se lo encontró todo de “gracia”, regalado por el otro. Realmente sólo tenía que ser buen siervo, y conservar lo ya corrompido.)

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El planteamiento que aquí sigo es que si la Reforma solamente se limita a derribar el aspecto religioso del medievo (póngase la horquilla temporal que se desee), y no va contra la corrupción de la cristiandad desde sus inicios, la llamada iglesia primitiva o antigua, se quedará siempre a medio camino. Se quedará siempre por las ramas.

He traído lo de Halloween, eso de los muertos, porque ahora ya pasó. De todos modos, esto del carnaval y cuaresma es lo mismo. Todo santa Tradición. ¿Se imaginan a un evangélico, progresando en santidad, que despotrique contra Halloween, diciendo que nos están quitando nuestros valores, y nos inculcan el paganismo, al lado de un arbolito de Navidad, o con regalos de Reyes o Noel? Pues es lo mismo, lo mismito. Una fiesta familiar, donde se recuerda a los muertos, a todos, pero a los de la familia en particular. Muy de la religión de la naturaleza; muy extendida en Roma, por cierto. Muy pagano “cristianizado”, muy de dulces y vecindad, muy de niños y canciones. Muy de los que viven de los muertos, con sus disfraces, de almas en pena, o que ya penaron de sobras, y son santos, que de todo hay.

Un ejemplo. Gregorio Taumaturgo (-270), obispo de Nicomedia y Ponto, llamado así (Milagrero) por las cosas que dicen que hacía, es un ejemplo de defensor del cristianismo, que se recorría Asia Menor confrontando a los religiosos paganos, y, lo más relevante, sustituyendo no las festividades paganas, sino en honor de quién se celebraban. ¡Ahora se hacían en memoria de los mártires! Esto no es el papado medieval, sino la iglesia primitiva. ¿Lo derribamos, o lo dejamos, y seguimos de celebración? Si lo dejamos, tendremos también que dejar lo que escribió a instancias de la virgen María y Juan que se le aparecieron. Además, para que la gente acudiera a los festivales, ahora en memoria de los mártires, se ofrecían las mismas diversiones sociales paganas que antaño. ¿Les suena? Todo igual, pero ahora en honor de san Ponelquequieras. Esto no es más que la simple anticipación de la gloriosa civilización de la hispanidad, que se impuso en América, y se pretende gloria de Europa.

Los padres de la iglesia antigua, todos, con más o menos incidencia, predican sermones y celebran los días de los mártires. La mayoría, en los templos a ellos dedicados, donde custodian sus reliquias.

Caso peculiar. El emperador Aureliano (270-5) instala un dios-sol monoteísta. Existe un mosaico de reubicación de este dios-sol como Cristo, con sus rayos y el carro y todo, el dios Helios/Sol Invictus travestido. Una manera común de “evangelizar”, y ocupar el espacio pagano. ¿Lo derribamos, o lo conservamos?

Atanasio tomó en Alejandría el cuidado de las reliquias de Juan Bautista (¡nada menos!). Esto no es el papado del medievo, es la iglesia primitiva, y uno de ella que defiende la Trinidad. Pero es pura superstición.

Cualquier lugar de adoración pagana, con alguna simple reliquia de mártir, encontrada o traída, siempre inventada, se transforma en lugar sagrado del cristianismo, y en un medio de gracia por la intercesión del mártir de turno. Esto es lo que extendió la “evangelización”. ¿Lo derribamos?

En sus tumbas (los templos serían relicarios a lo bruto), las reliquias custodiadas (¡la divina custodia!), donde los fieles les rinden honores como a los antiguos héroes griegos y romanos de la mitología. Ahora la mitología se ha convertido en santología.

Todo esto no son más que expresiones supersticiosas del intento de dominar el tiempo, el calendario, con sus puntos sagrados de inicio o conclusión. El tiempo, bajo señorío de nuestro Dios, indicado en la Ley por el sacrificio diario, por la mañana y por la tarde (el mismo, aumentado, cada día de reposo, y más, cada inicio del mes); el tiempo de salvación y comunión con Dios, ahora lo han cambiado, y han puesto en su lugar el santoral diario, con sus ofrendas, mártires, absoluciones, peregrinajes,.. Navidad, Reyes, Cuaresma, Semana Santa, Santos mártires, santos difuntos...

Realmente no tenemos datos de cómo se fue corrompiendo la Iglesia. Sólo vemos la podredumbre cuando ya huele, documentos de final del siglo IV, y del siglo V. No sabemos muy bien, ni siquiera cómo celebraban el culto las primeras comunidades, luego lo que vemos es toda una completa superstición. No es extraño, tampoco sabemos muy bien cómo lo hacían las del Nuevo Testamento. Y lo que sabemos, precisamente no es muy alentador. Todo esto debería hacernos conocer bien que la Iglesia permanece porque su Redentor la tiene consigo, y la guarda de sí misma y de sus enemigos. Nadie puede meterse en la cruz para dañarla. Corrupción por todas partes, pero ni una parte perdida de la que Cristo se presenta a sí mismo, limpiada por su sangre.

Para no liarles mucho, les pongo un lío pequeño: Navidad, Epifanía, Cuaresma, Semana Santa.

# Navidad. Sin liarnos. Que ya nos dijo Clemente de Alejandría (-c. 215) que algunos estudiosos habían puesto fecha al nacimiento de Cristo. Uno dice que el 20 de mayo, del año 2 a. C. Otro coloca la fecha del 28 de mayo, del mismo año. ¡Pero a nadie se le ocurrió celebrar nada! Con el 25 de diciembre no se pretende celebrar nacimiento alguno, aunque haya quedado el nombre, sino travestir otra festividad.

# Epifanía. Que es “manifestación”, más o menos. El 6 de enero, con su noche previa. Hay datos de que los gnósticos celebraban el bautismo de Cristo por Juan. Era una fecha sagrada pagana. Luminarias, procesiones,.. Personificación de la eternidad (“la virgen ha dado a luz el Eón”), relacionado con el día (que salía fuera de su templo donde permanecía todo el año oculto) de Osiris, y ¡Dionisos! (un lío monumental). Esa noche previa, Dionisos viene a la tierra (¡papá Noel, los Reyes!), y en donde él quiere, ¡cambia el agua en vino! Pues si esto no es la antesala de la celebración del bautismo de Cristo, o ¡de las bodas de Caná!, está muy cerca. (La celebración de las bodas de Caná, que ahí sí se convierte el agua en vino, fue un cambiazo de otra ceremonia, en esa fecha, que se hacía con el agua del Nilo.) Todo con alegría obligada, y cánticos.

#Epifanía/Navidad. En oriente, especialmente Egipto, se celebraba el nacimiento de Cristo el 6 de enero. (No entro de lleno en estas cosas, porque las considero precisamente indicadores de corrupción.) La manifestación sería su nacimiento. Sobre el año 431, que ya ha pasado un buen tiempo, tenemos noticia de que en Alejandría se celebraba el 25 de diciembre. Tanto da. En Belén, donde Elena había mandado construir una basílica sobre el pretendido lugar de nacimiento, se celebraba el 6 de enero; pero también el bautismo en el Jordán. Un lío. No importa, ya se ha corrompido el calendario. Crisóstomo menciona sólo tres fiestas (tanto da, pero es significativo en esto de la Navidad): Epifanía (que considera el nacimiento), Semana Santa y Pentecostés. En Roma no se quiere conocer la Epifanía, cuando se hace (León, en el 450), es para recibir a los Magos. Ya el 6 es el día de Reyes. Al final, y, a veces con peleas sangrientas, se unifican fechas en oriente y occidente, cada uno en su calendario. Pero esto lo pongo como ejemplo de corrupción. No sabemos cómo empezó, pero cuando podemos ver algo, ya huele a podrido.

#Cuaresma/Semana Santa. Lo peor de lo peor. Y sin embargo, fechas tan queridas. Han desplazado al Cristo, y han llenado de cristos la cristiandad. Que en esto el papado se lleva la palma, o el cirio, es evidente; pero se lo han dado en bandeja; la procesión ya estaba formada.

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No sigo, pero sólo recordar que en todo un concilio de Nicea, ¡se decidió sobre las fechas de Semana Santa!, nos podemos hacer una idea de hasta dónde llegaba la hinchazón y podrida llaga. Un calendario de penitencia y salvación, que ha quitado la cruz del Redentor. Tampoco nos vamos muy lejos, porque el próximo encuentro, d. v., lo tendremos en Jerusalén, al final del siglo IV, a ver qué culto celebran allí.