En el fondo de un cajón

“Gratitud es cuando los recuerdos se guardan en el corazón y no en la mente.”

Lionel Hampton

“Mantén todos los recuerdos especiales y las memorias para los tiempos que están por venir. Comparte estos recuerdos con otros para inspirar esperanza y construir desde el pasado, lo que puede tender un puente hacia el futuro.”

Mattie Stepanek

Era tarde en la noche y tenía una conexión especial con nuestra iglesia, lo cierto es que fue muy bendecida y agradable, pero sabía que tendría que madrugar y había había algo para lo que nunca encontraba el momento de hacerlo; me faltaba una cosa importante que no sabemos donde fue a parar y yo sabía que tenía que comenzar a vaciar un cajón grande y profundo que se encuentra en mi mesa de trabajo. Todo maravilloso por fuera, me había costado muchos días conseguirlo, eso es lo que suele ocurrir cuando estás cambiando algo dentro de la casa. Pero faltaba lo más difícil, reordenar cada cajón…. vaciar, limpiar a fondo y colocar todo de nuevo.

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Mientras miraba a primera hora de esta mañana, las noticias de última hora de los brutales terremotos de Turquía y Siria, además de todo lo que está ocurriendo en la zona ….. pensé que el mundo se está volviendo loco y también que pronto llega a su fin. Pero en la noche anterior tuve que centrarme en aquel cajón. Cuando comencé a abrirlo, me di cuenta que había como unas guías que lo mantenían sujeto a mi mesa de trabajo y que no me permitían sacar aquel cajón de su lugar; así que ya un tanto enfadada con la situación, fui sacando todo lo que había dentro y poniéndolo en el suelo… ya reorganizaría en otro momento, me esperaba la conexión.

Cuando comencé a sacar todo con un tanto de prisa, nadie se puede imaginar la de sorpresas que llevé, ¡por supuesto! Aquello que buscaba no estaba allí, en su lugar encontré tantas cosas y tantas sorpresas de las que ni me acordaba que había metido dentro del cajón ni sé cuando... lo cierto es que lloré y reí a la vez, estaba absolutamente lleno de todo lo que os podáis imaginar,  guardadas allí a lo largo de los años.

Lo de más arriba era reciente: pero a medida que iba vaciando…. me iba encontrando con las cosas más impensables que permanecían guardadas allí por alguna razón… mi primer pasaporte, una preciosa lupa, que no entendía ni porque estaba allí ni de donde había salido; cuando esta mañana me fijé, estaba escrito en la caja el nombre de un laboratorio médico y a continuación... “Potente antihistamínico”, simplemente me saltaron las lágrimas, era de mi padre. También encontré algo que me emocionó, era la tarjeta de uno de mis hijos que no vive aquí, y en un día de la madre me había enviado dos docenas de rosas en el rojo más precioso del mundo, se me volvieron a empapar los ojos.

En el fondo de ese cajón había de todo lo que os podáis imaginar, muchas cosas eran recuerdos de mi padre, otros metidos también con intención, algo que creía perdido… un montón de tarjetas preciosas pintadas por una querida hermana y amiga del país vasco casada en Inglaterra, y algo que no sé si aquí existe tan precioso como allí, un montón de pegatinas doradas escritas en inglés, con un versículo, algo que me encanta poner en una servilleta cuando tengo invitados. entre pinturas, pegatinas de pinturas de esta querida amiga… casi al final, encontré una preciosidad que alguien me había regalado después de que hubiéramos comido en su casa; se trataba de una muñequita roja hecha de lana que colgaba de dos corazones en los que estaba escrito: “Quiero que vuelvas a mi casa”, evidentemente era para colgar por dentro en la puerta de la casa; me pregunto por qué la guardé en lugar de utilizarla. Esta mañana muy temprano, la tomé y la colgué dentro de nuestra puerta.

Y mientras en la mañana muy temprano miraba la última hora de los terremoto en Turquía y Siria, la última hora de todo, los 10 últimos terremotos terribles en los últimos años, mi mente mezclaba la realidad actual del mundo en el que vivimos, los pedidos de ayuda, la guerra de Ucrania, las cosas que están ocurriendo con mucha frecuencia como tarjetas de crédito bloqueadas por intento de robo, niños que desaparecen, los  globos espía chinos que preocupan y agravan todavía más la situación actual y todo lo que está sucediendo en estos momentos en el planeta, yo miraba y vaciaba lo muchísimo que había en el fondo de mi cajón. Muchas cosas preciosas para mí y recuerdos inolvidables de muchísimo antes de una pandemia que arrasó con tanto, que nunca olvidaremos y que esperamos que se termine de una vez.

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Algo delicioso de las cosas que encontré, es una bellísima tarjeta de la Sociedad Bíblica de España, tiene unos preciosos pájaros chiquitos en época de mucho frío y lleva escrito: “Y se acordaban de que Dios era su refugio”. (Salmo 78: 35)

Llevo guardada en mi Biblia una preciosa foto de mis hijos, cuando encontré la primera pegatina con versículo, antes de encontrar muchas más, la leí y la pequé por detrás; dice en inglés…. “The LORD is near to all who call upon him”. (S. 145: 18.8; Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras.”)

Después de haber estado considerando una buena exposición con coloquio del Salmo  80, el  “¿hasta cuando?” y todo lo demás, mi pegatina en ingles, la lupa, la pluma, el “Con mucho cariño mamá, te quiero...” de aquellas rosas entre mucho más, y pensando un tanto en el trabajo que me espera por hacer con todo esto… me quedo con pensamientos preciosos de parte de mi vida; pero quiero terminar con la muñequita roja de lana, sus dos corazones y el cordón fino que he colgado esta mañana en la puerta de nuestra casa… ¡eso no me sale de la mente ni del corazón!

Por un lado es algo muy bonito y de múltiples lecturas, pero por otro, es aun pensamiento que quiero llevar a mi Señor. Él nunca se ha ido y nunca se irá de mi vida, pero ese…. “Quiero que vuelvas a mi casa” tal vez me lo tenga que decir en alguna ocasión, o permitir que necesite decírselo a alguien querido que pueda estar caminando lejos de la casa del Señor… su casa, sus brazos, su seno, sus dulzuras maravillosas…

¿Tal vez hoy quieres regresar a la casa del Padre de la cual llevas demasiado tiempo lejos? Jamás olvides que su amor por ti es incondicional y eterno, pensó en ti desde antes de la fundación del mundo y eso le llevó a la cruz del Calvario, está siempre tan cerca como la distancia de una oración y hoy te vuelve a decir…

 “Quiero que vuelvas a mi casa”