Esta serie se basa en las cartas que Jesucristo ordenó al Apóstol Juan escribir a los encargados de las siete iglesias del Asia Menor en el siglo I. Hace varios años me animé a estudiar y escribir acerca de ellas. Por entonces me llamó la atención que la dirigida a Tiatira, la menos importante de las siete ciudades, recibiese la carta más larga.¹ Ahora intento comprobar qué semejanzas hay entre las costumbres, tradiciones y hábitos de aquellos creyentes con las exhibidas por quienes nos congregamos en iglesias locales de cualquier denominación y lugar, dos milenios después.  

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Como ya hicimos con las cartas a las iglesias en Éfeso, Esmirna y Pérgamo, propongo ahora verificar el contexto en el cual los creyentes vivían y actuaban en Tiatira.²

En el primero de ellos decíamos que en comparación con las otras ciudades, “Tiatira no era un centro religioso. Su patrono local era el dios Tyrimnus al que se representaba montando a caballo, blandiendo hacha de guerra y garrote. También había en Tiatira un altar presidido por una pitonisa llamada Sambathé; pero, a falta de un centro de obligatoria adoración imperial los creyentes no estaban expuestos a la persecución y el martirio, como ocurría con los de otras congregaciones.” ³ 

En su carta a la iglesia de los tiatirenses, el Señor dice “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.” ⁴

La descripción que hace el Señor Jesucristo en esta rica síntesis, pone en evidencia lo que hace a una familia de genuinos creyentes. Parecería que la vara puesta por la iglesia en Tiatira puede resultarnos elevada para quienes sufrimos la falta de obras, el desamor, la incredulidad e impaciencia típicos de los tiempos actuales. No obstante, y tal como ya había hecho con la iglesia en Pérgamo, aquí el Señor advierte a la iglesia en Tiatira: “Sin embargo, tengo contra ti”. ⁵

Dios nunca usa palabras aduladoras o despectivas, como solemos hacer los humanos; sea para aprobar o para desaprobar nuestra conducta. Él siempre emplea palabras justas, apropiadas y reveladoras. Por eso, pone en claro la razón de su admonición: “que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.” ⁶ 

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En el Nuevo Testamento se menciona ese nombre de mujer una sola vez; mientras que en el Antiguo Testamento se lo menciona diecinueve veces en cinco capítulos de los dos libros de Reyes.⁷ Ese largo texto bíblico describe al detalle las corruptas costumbres de la que fuera mujer del rey Acab; y también afirma que este fue el peor  de todos los reyes que le precedieron. 

Lo peor de esta historia es que Jezabel, tras perseguir, torturar y mandar a matar a los profetas de Dios, lo celebraba con banquetes. La permisividad del rey con el proceder criminal de su mujer le significó a ambos tener un final horrible. 

No sabemos si el Señor revela que así se llamaba la falsa profetisa que lideraba en la iglesia en Tiatira, o si utiliza como adjetivo del sustantivo ‘mujer’ al nombre de aquella cruel reina; para mostrar el grado de corrupción que la impulsaba.

[photo_footer]Fuente de la imagen: Tres Copas.[/photo_footer]

La tolerancia en la iglesia de Tiatira

Es necesario, también, analizar el empleo que el Señor de la iglesia hace del término tolerancia; una palabra que no siempre utilizamos bien al expresarnos. Es sumamente importante diferenciarla de lo que entendemos por permisividad. 

Jesucristo desaprueba la tolerancia de los creyentes genuinos para con ‘esa mujer Jezabel’, cuya conducta era absolutamente impropia de los miembros de Su iglesia.   

Por las inscripciones que se han descubierto sabemos que en Tiatira abundaba el empleo de mano de obra y se traficaba con esclavos; que en ella había gremios, a los que era algo normal estar afiliados. En esa iglesia había muchos que participaban en las actividades gremiales; eran obreros vinculados a las industrias y comercios del pan, alfarería, broncería, tintorería, peletería, textiles y confección de ropa de lana o lino. 

Si bien el texto bíblico no abunda en detalles, la historia nos ayuda para entender la enorme influencia que tenía la sociedad secular dentro la iglesia en Tiatira.  

En relación a nuestra pertenencia a la comunidad de fe, no debemos ignorar que las Escrituras enseñan a procurar nuestro sustento con responsabilidad.⁸ El problema es cuando, consciente o inconscientemente, nos involucramos laboralmente en exceso al punto de condicionar nuestra vida de relación con Jesucristo y los hermanos.⁹

Este problema no es nuevo; ya lo tenían los que Jesús había llamado a ser sus discípulos.  Más de una vez hubo paréntesis en los cuales dejaban de seguir al Maestro y volvían a sus quehaceres. No obstante, así como nuestras buenas obras no nos salvan, el peligro de poner en primer lugar nuestra vida laboral y nuestros ingresos es que terminemos por desplazar a Dios como nuestro verdadero proveedor. ¹⁰ 

Actualmente, las ciencias psicosociales, tecnológicas y pedagógicas contribuyen en gran medida al desarrollo de la calidad en la prestación de servicios lucrativos ligados a la industria, el comercio y la administración empresarial. Muchos de los empleados son capacitados y especializados en cursos en los que se abordan en profundidad las situaciones comunes a su actividad. Por citar solo uno de ellos, el que se denomina ‘DAFO’, trata acerca de las Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. ¹¹  

Es recomendable agradecer siempre a nuestro Padre por las oportunidades laborales, por la capacidad para cumplir con nuestra parte; por la salud para terminar lo que empezamos, y por la certeza de ser retribuidos dignamente.  En Tiatira, el que se negaba a formar parte de uno de esos gremios prácticamente renunciaba a su trabajo, y a toda perspectiva de prosperidad económica. Pero, con tan desarrolladas técnicas actuales, conviene preguntarnos sin prejuicios: ¿Es legítimo que los hijos de Dios dediquen tiempo a prosperar económicamente? Ni es una pregunta retórica, ni se aplica sólo en el caso de los creyentes de Tiatira. 

La agremiación resulta conveniente mientras persiga el bien común de sus asociados y el de los patrones por extensión. Nadie podría estar en contra de esta actitud,  sobre todo en épocas de flagrantes avasallamientos de los derechos civiles, como son los actuales. Sin embargo, hay casos que demuestran que los gremios se convierten en centros desde donde se abusa del poder tanto, o más, que desde el propio Estado. 

Entonces: ¿Cuándo todo lo lícito es conveniente? ¹² De acuerdo a la carta que analizamos pareciera que en Tiatira no había asiduas manifestaciones de ‘indignados’. Pero, tampoco tenían límites morales; a menudo las comidas entre gremialistas se convertían en borracheras y orgías. Para aquellos creyentes, a falta de un sitio de culto propio, se reunían en lugares de culto pagano y consumían carne que había sido sacrificada a los dioses. Los que ofrecían los sacrificios usaban muy poco del animal; la mayor parte de él se comía o era vendida a los carniceros. Se podía comer tanto por invitación como por comprar en la carnicería. Este era el problema en Tiatira.

¿Era conveniente que un creyente honrase días pre-establecidos de celebración secular participando en festejos caracterizados por su glotonería? 

La amenaza venía desde dentro de la iglesia. Había un movimiento fuerte, dirigido por “esa mujer Jezabel”, que introducía principios y licencias del mundo justificándose en la prosperidad comercial. Con su perversa conducta contristaba al Espíritu Santo y hacía que sus seguidores le dieran la espalda al Padre de amor santo. 

¿Cuántos casos parecidos conocemos hoy gracias a internet? Cada vez hay más falsos maestros y profetas populares; hombres y mujeres que justifican su éxito en las multitudes que arrastran con el anti bíblico ‘evangelio de la prosperidad’ que predican.

Como veremos en nuestro próximo artículo, la respuesta del Cristo Resucitado fue inequívoca: sus verdaderos seguidores no tienen nada en común con tales prácticas.

Notas

1.   Apocalipsis 2:18-29.

2.   Enlaces a los tres artículos sobre la carta de Jesucristo al ángel de la iglesia en Tiatira:

a)  https://protestantedigital.com/agentes-de-cambio/13667/retened-lo-que-teneis-hasta-que-yo-venga

b)  https://protestantedigital.com/agentes-de-cambio/13685/le-di-tiempo-para-arrepentirse-y-no-quiere

c) https://protestantedigital.com/agentes-de-cambio/13707/al-que-venciere-le-dare-autoridad-sobre-las-naciones

3.   Íbid 2 a).

4.   Íbid 1, 2:19.

5.   Íbid 1, 2:20a.

6.   Íbid 1, 2:20b, 21. 

7.   1 Reyes 16:31; 18:4, 13, 19; 19:1, 2; 21:5, 7, 11, 14, 15, 23 25; 2 Reyes 9:7, 10, 22, 30, 36, 37.

8.  Éxodo 20:9; 31:15; 34:21; 35:2; Levítico 23:3; Deuteronomio 5:13; Nehemías 4:6; Salmos 128:1, 2; Proverbios 22:29; Eclesiastés 2:24, 25; 3:12, 13; 4:9; 5:18, 19; 8:15; Juan 5:17; 9:4;  Efesios 4:28; 1 Tesalonicenses 2:9; 4:11; 2 Tesalonicenses 3:10; Apocalipsis 14:13. 

9.  Hay ejemplos de esto por todas partes; desde organizaciones religiosas que se han convertido en empresas multimillonarias, premiando con cargos de liderazgo a los prosperados en sus negocios; hasta sectas que funcionan en modo piramidal conforme al grado de afluencia económica-financiera de sus miembros. Por todas partes existen ‘líderes cristianos’ y aún ‘evangélicos’ que se ufanan de haber sido enriquecidos por Dios para estar al frente de la congregación.

10.  Los discípulos que, no estando ya Jesús con ellos, deciden volver a sus trabajos, la pesca en el mar de Galilea, Juan 21: 1-11; y Juan Marcos, el joven que, desanimado por las pruebas propias de la obra evangelística, decide dejar de acompañar a Pablo y volver a lo suyo, Hechos 15:38.

11.  Fuente: ver aquí.

12.  1 Corintios 6:12; 10:23.