miercoles, 27 de noviembre de 2024   inicia sesión o regístrate
 
Protestante Digital

 
 

Hay gente que solo quiere ver el mundo arder

Vivimos en una época que tiene una extraordinaria capacidad para la denuncia, pero muy poca habilidad para el anuncio.

TEOLOGíA POP AUTOR 996/Lucas_Magnin 25 DE SEPTIEMBRE DE 2022 22:00 h
Imagen de [link]Mohamed Nohassi[/link], Unsplash.

Romper todo no significa reformar la Iglesia ni cambiar el mundo. Esa es la tesis número 16 de mi libro 95 tesis para la nueva generación.



[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]



Hay gente que solo quiere ver el mundo arder. Esa es la idea que aparece recurrente en la trilogía de Batman: El caballero de la noche, de Christopher Nolan. Rodeada por sus propias contradicciones existenciales, la brújula moral de Batman se ve presa de una escalada cada vez más explícita de anarquía y nihilismo. Desde el método para purificar el pecado social de Ra’s al Ghul, hasta el cinismo mediático de Bane, pasando por la erotización del caos social del Joker y Harvey Dent, las películas de Nolan sondean en el maremágnum del espíritu de nuestra época. Para purgar a occidente de sus vicios añejos, tenemos que prender fuego el mundo, incluso si nosotros mismos ardemos en el proceso.



El deseo de reformar la Iglesia era un grito incontenible de la cristiandad para cuando Lutero apareció en escena. Uno tras otro, los esfuerzos institucionales habían fracasado en la tarea de la reforma. El concilio de Constanza (1414-1418), el de Basilea-Ferrara-Florencia (1431-1445) y el Quinto Concilio Lateranense (que terminó siete meses antes de la publicación de las noventa y cinco tesis), todos intentaron cambiar las cosas. Todos fallaron. No es sorprendente que los reformadores hayan rechazado hacer las cosas por el camino del conciliarismo. Para reformar la Iglesia de verdad necesitaban ir más profundo, revisar con más compromiso las estructuras, llevar sus convicciones hasta las últimas consecuencias.



Así empezaron a surgir, ya en los primeros años de la Reforma, un sinfín de movimientos que ponían todo en entredicho: querían romper todo lo conocido para perseguir sin ataduras el ideal intangible de la verdadera espiritualidad. Algunos grupos radicales creían que el mejor camino era derribar todo el edificio de la tradición cristiana. Esa intuición llevó a Thomas Müntzer a incitar la guerra de los campesinos, que dejó casi ciento cincuenta mil muertos.



Un punto álgido de las críticas de los grupos radicales fue la doctrina de la Trinidad: una palabra que no aparece en ninguna parte de la Biblia y que Tertuliano acuñó a principios del siglo III. Más de uno veía allí un claro ejemplo de la desviación de la Iglesia.



«“Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, Hijo unigénito, nuestro Señor; y en el Espíritu Santo”. Si falta uno solo de estos artículos, está perdido todo», explicó Lutero en uno de sus sermones. El reformador era muy consciente de que la doctrina de la Trinidad representaba un quebradero de cabeza para la lógica y un blanco fácil para cualquiera que quisiera ponerla en duda. Sin embargo, insistió en preservar intacta su verdad e importancia. Si en otros puntos había predicado la ruptura, en este abrazó plenamente la continuidad con una verdad recibida del pasado.



[ads_google]div-gpt-ad-1623832402041-0[/ads_google]



La actitud de Lutero le hizo ganar enemigos en ambos lados de la disputa. Los católicos veían en él a un diabólico destructor de todo lo sagrado; los radicales lo denunciaban por tibio y hasta decían que era un aliado del papa. La Reforma, siguiendo su ejemplo, se esforzó por mantener un complejo equilibrio de dos partes. Primero: limpiar la Iglesia de sus inmensos pecados y cambiar el mundo para bien. Y segundo, como dijo Lutero a unos extremistas en una ocasión, no tirar al bebé con el agua sucia de la bañera.



Coquetear con el caos se ha vuelto un símbolo de sofisticación intelectual: debemos de(con)struir toda fuente de certeza y arrojarnos, en un acto de libertad adulta, a los brazos de la bruma. Vivimos en una época que tiene una extraordinaria capacidad para la denuncia, pero muy poca habilidad para el anuncio. En otras palabras: sabemos reconocer cada recoveco del mal y la opresión a nuestro alrededor, pero no tenemos imágenes precisas de la belleza, la verdad o la justicia.



Es tanta la maldad en la que habitamos que quisiéramos que todo colapsara para que surgiera, de las cenizas de la vieja sociedad y como un ave fénix, un mundo mejor. Sin horizontes muy claros, sin anclas éticas, sin saber qué vale la pena construir y por qué motivos, tiramos abajo los pilares de antaño por el mero placer parricida de desafiar la suerte.



La deconstrucción de tradiciones religiosas es uno de los lemas de mi generación. Emprender esa tarea de revisión habilita respuestas potentes a los nuevos desafíos y, de paso, denuncia muchos de los falsos ídolos que han brotado en la espiritualidad cristiana. Pero el problema de muchos de esos esfuerzos es que han perdido su vínculo irrenunciable con la fuente de vida. Su proceso de revisión se va pareciendo, de a poco, a la épica nihilista del Joker. La brújula deja de apuntar a la verdadera experiencia con Cristo y se vuelve un errático sendero de críticas a la institución y desconfianza hacia todo lo aprendido. Estiran la cuerda que sostiene la fe hasta el máximo de su capacidad y esperan, contra todo pronóstico, que no se rompa.



“Ignoro por qué extraordinario accidente mental” —decía hace más de un siglo Chesterton— hay personas que piensan que progreso e independencia del pensamiento son cuestiones que van de la mano. Cuando lo cierto es que, a partir de un pensamiento totalmente autónomo, todo individuo “ha de empezar por el principio y solo llega, con toda probabilidad, tan lejos como su padre. Pero si algo tiene la naturaleza del progreso, ese algo debe ser, sobre todas las cosas, el estudio detallado y la aceptación de todo el pasado”.



Toda innovación se basa en la tradición. Cualquier acto de creatividad y progreso tiene hundidas sus raíces en el pasado del que abreva, al que critica, al que continúa y ramifica, del que aprende y desaprende, actualiza e imita. Los seres humanos no tenemos la gracia de la creación ex nihilo, de la nada. Lo que sucede, más bien, es que cada generación vuelve a moldear, ante nuevos escenarios y desafíos, el barro que el pasado le dejó como herencia.



Romper todo no es lo mismo que reformar la Iglesia. Esperar que todo implosione y arda hasta la purificación tampoco equivale a cambiar el mundo para bien. El camino al futuro de la fe está pavimentado por la humildad ante los planteos de un mundo en cambio constante, pero también por la fidelidad ante las milenarias certezas de la fe. La bronca y el hastío por las cosas que no soportamos más no pueden quitarnos la capacidad de sorpresa ante la misteriosa experiencia de la salvación. Si eso pasa, la Liga de las Sombras ya ganó la batalla.




 

 


0
COMENTARIOS

    Si quieres comentar o

 



 
 
ESTAS EN: - - - Hay gente que solo quiere ver el mundo arder
 
 
AUDIOS Audios
 
La década en resumen: teología, con José Hutter La década en resumen: teología, con José Hutter

La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.

 
Intervalos: Disfruten de la luz Intervalos: Disfruten de la luz

Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.

 
2020, año del Brexit 2020, año del Brexit

Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.

 
7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo 7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo

Analizamos las noticias más relevantes de la semana.

 
FOTOS Fotos
 
Min19: Infancia, familia e iglesias Min19: Infancia, familia e iglesias

Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.

 
X Encuentro de Literatura Cristiana X Encuentro de Literatura Cristiana

Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.

 
Idea2019, en fotos Idea2019, en fotos

Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.

 
VÍDEOS Vídeos
 
Héroes: un padre extraordinario Héroes: un padre extraordinario

José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.

 
Programa especial de Navidad en TVE Programa especial de Navidad en TVE

Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.

 
Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia

Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.

 
 
Síguenos en Ivoox
Síguenos en YouTube y en Vimeo
 
 
RECOMENDACIONES
 
PATROCINADORES
 

 
AEE
PROTESTANTE DIGITAL FORMA PARTE DE LA: Alianza Evangélica Española
MIEMBRO DE: Evangelical European Alliance (EEA) y World Evangelical Alliance (WEA)
 

Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.