Hemos llegado al tema que muchos preferirían no tocar, otros no mencionan por desconocimiento; y no pocos astutos, pero muy publicitados, utilizan a diario para someter a las masas y vivir arrogantemente a costa de los más vulnerables.

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Hay, entre los últimos, los que se presentan a sí mismos como teólogos, obispos, predicadores, científicos, apóstoles, políticos, agnósticos, profetas, progresistas, ateos, vicarios, facilitadores, evangelistas, escogidos, moralistas, consejeros, maestros y cuanto sustantivo les venga bien a sus no confesados propósitos. 

Para despejar cualquier duda, en esta última sección de la serie nos referiremos a la causa real que, desde su ocurrencia, ha llevado a varones y a mujeres por igual, a vivir y defender costumbres, tradiciones y hábitos destructivos de su dignidad tanto individual como social. 

La Biblia enseña sin error que pecamos porque somos pecadores; que el pecado nos lleva a vivir sujetos - voluntaria o involuntariamente, a sabiendas o por ignorancia - a costumbres, tradiciones y hábitos que nosotros mismos generamos y transmitimos. Lo paradigmático de esta triste condición humana es que cumple al 100% con el reclamado ‘derecho a la igualdad’.

En efecto, la imperfección que nos une a todos por igual ante el único Perfecto Dios, se hace visible gracias al sustantivo que terminado en ‘ismo’ define y confronta entre sí a toda ideología, filosofía, teoría científica o religión que se conozca. De igual modo pone en pie de igualdad a sus defensores que son conocidos con el sustantivo que lleva ‘ista’ como sufijo.

Basta con revisar la historia de las culturas para comprobar el modo en que poderosos y autoritarios crearon movimientos en honor a sí mismos, al de una religión, una idea, un sitio o momento representativos. Salvo algunas excepciones a las leyes generales de la gramática, los practicantes o acólitos de tales movimientos recibieron los correspondientes sustantivos como su ADN. 

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Vayan unos ejemplos de este fenómeno: capitalismo > capitalista; comunismo > comunista; islamismo > islamista; populismo > populista; budismo > budista; cientificismo > cientificista; evangelismo > evangelista; castrismo > castrista; chavismo > chavista; peronismo > peronista. 

La proclamada libertad para elegir entre tantas opciones disponibles está en relación directa con el poder de seducción de sus creadores/defensores que la imponen como única verdad.

1. La causa del cambio en la vida de la criatura humana

El texto del Génesis narra el crucial momento cuando la criatura es tratada como un medio y no como un fin[1]. Seducido por primera vez con una propuesta engañosa, su estado posterior llegó a ser el opuesto al original. El resultado demuestra de qué lado está la Verdad.

“Entonces la serpiente, que era el más astuto de todos los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho, dijo a la mujer:

—¿De veras Dios les ha dicho: ‘No coman de ningún árbol del jardín’?

La mujer respondió a la serpiente:

—Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín ha dicho Dios: ‘No coman de él ni lo toquen, no sea que mueran’.

Entonces la serpiente dijo a la mujer:

—Ciertamente no morirán. Es que Dios sabe que el día que coman de él, los ojos les serán abiertos, y serán como Dios, conociendo el bien y el mal. Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió. Y fueron abiertos los ojos de ambos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.[2]” 

Analizando el texto y comparándolo con la versión original en hebreo[3] entendemos que aquí se manifiesta la causa y el momento en que la criatura humana se convierte en un ser sujeto a normas morales.

a) Dios el Creador hizo el jardín y el campo

Según el relato del Génesis la criatura dialogaba con Dios el Creador en el sitio llamado el ‘jardín’. También, que fuera del jardín, en ‘el campo’, vivían los animales creados por Dios. 

b) El diálogo impensable entre un animal y la criatura humana

La mujer es abordada por un animal del campo. Uno de ellos, el descrito como el ‘más astuto de los animales’ creados por Dios, induce a Eva a un inesperado diálogo. 

c) La interpretación mentirosa es naturalizada como verdad 

Con su pregunta retórica la serpiente desliza una mentira con el fin de engañar a Eva. Esta no demuestra sorpresa, y se aferra a la orden recibida por Dios el Creador. 

d) La insistencia en el engaño seduce de todos modos

Pasando por alto la correcta respuesta dada a su frase-trampa, el engañador redobla su apuesta a la mujer. Asumiendo el rol de primer teólogo, osadamente desmiente lo dicho por Dios el Creador y le anticipa a Eva lo que realmente habría de ocurrirle, si seguía su consejo.

e) La atractiva falsa teología apela solo a los sentidos y emociones

Terminó la prédica del engañador y, de inmediato, la mujer vio lo que no había visto antes. Eva vio y sintió que lo antes ‘prohibido’ era atractivo e irresistible. Faltaba obedecer a lo que escuchó de alguien que no era Dios, pero hablaba como Él. Extendió la mano, cortó el fruto, lo mordió y - de inmediato por ser su ‘ayuda idónea’ - lo compartió con Adán. 

2. Las consecuencias de la desobediencia a Dios el Creador

Para sintetizarlo, permítaseme compartir un primer listado de lo que le significó a la Criatura humana desobedecer a la orden de Dios el Creador. Meditemos sobre la incidencia de cada una de estas consecuencias. 

a) Rompió la perfecta relación horizontal entre Creador y Criatura.

b) Expulsó a la primera pareja humana de su ecosistema ideal.

c) Los mayordomos de la Creación fueron despedidos de su trabajo.

d) Por la vía errónea se transformaron en seres morales.

e) La relación armónica inicial hombre-mujer-Dios se destruyó (muerte espiritual). 

f) Conocer el bien y el mal por vía del engaño atrajo vergüenza sobre la desnudez física.

g) La vestimenta se convierte en una solución costosa para el medio ambiente. 

En la próxima entrega seguiremos con más consecuencias de este acto de irresponsabilidad humana. El objetivo es el de no caer en falsas interpretaciones enseñadas, sin ningún pudor, por los falsos maestros que escuchan a diario la voz del engañador. Dios nos libre de ellos.

Notas

[1] Reino de los fines, Immanuel Kant (1724-1804) el mundo visto como compuesto enteramente de seres racionales = aquellos capaces de deliberación moral. El filósofo dice que esos individuos son los que “deben optar por actuar según leyes que implican una necesidad absoluta”, juzgándose a sí mismos y a sus acciones desde este punto de vista. Groundwork of the Metaphysic of Morals; I. Kant (1724-1804); Cambridge University Press; 4:439, page 46.

[2] Génesis 3: 1-7; versión RVA 2015.

[3] La Biblia en hebreo, página 9.