Por Mati Sanchiz

Hola, querida mía. Soy Mark Wilson. Déjame que te cuente una historia, cariño mío. Soy un apuesto señor, en la edad de oro, que vaga por el mundo en busca de amistad sincera y de amor del bonito. Por el azaroso y cruel destino soy viudo, mi linda esposa murió el año pasado dejándome desolado y muy triste. De ella me queda un hijo que me la recuerda constantemente por su gran parecido, porque sus ojos tienen el mismo color, incluso algunos de sus gestos son los de ella. 

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Un perro grande y manso es mi compañero más fiel en estos momentos; paseo con él, juego y hasta río con sus payasadas, es uno de los mayores consuelos que tengo ahora mismo. Tengo que decirte, cariño, que sigo activo en el mundo laboral, soy gerente de una empresa de joyas, eso me mantiene con la mente ocupada y con unos ingresos generosos y envidiables. 

Me gusta la buena comida y el buen vino, tengo un paladar algo exquisito; vamos, que soy de morro fino y me doy mis caprichitos, querida. Una de mis aficiones es jugar al golf, respirar el aire limpio es una delicia, correr entre la hierba fresca recién cortada me hace bien, cariño. Ya peino canas pero mi corazón es joven y pleno de vida. Soy un tipo súper elegante, educado y cariñoso, muy cariñoso. Mira mis fotos, no son muchas pero las que muestro verifican qué jovial, divertido y qué guapetón que soy. Sé que tenemos algunos pequeños obstáculos para comunicarnos, cariño, soy americano de América, de la del Norte que mola más, y tú no hablas inglés, pero no hay mayor problema, con el traductor automático que tiene mi dispositivo se salva esa dificultad, no te preocupes si a veces te llamo querido en lugar de querida, es por el dichosito traductor que no distingue esos detallitos. 

No te conozco de nada, no sé nada de ti, nunca te he visto, pero tengo tanta confianza contigo que dejaría mi vida en tus manos. Tanto es así que te voy a confiar un pequeño problema que me ha surgido. He viajado a otro Estado, de América de la del Norte que mola más, y me pasó algo terrible. Estoy asustado y no sé a quién acudir, y claro, lo más normal es que te busque a ti, a miles de millas (es que soy americano de América, de la del Norte que mola más) y tengo que pedirte un favor (espera que se me olvidó decirte cariño aquí), cariño. Al llegar a mi destino, antes de tomar un taxi que me llevaría al Hotel de súper lujo, un ocho o nueve estrellas o alguna más, en el que me iba a hospedar, una pandilla de maleantes me ha asaltado. Me han robado todo, pero todo, todo, todo; bueno, menos el teléfono móvil, que es con el que te escribo; jo, qué casualidad. Se llevaron mi cartera, con mis tarjetas de crédito, mi maleta y todo lo que llevaba encima, me golpearon y me hicieron mucho daño, así que estoy asustado, cariño (es importante que no se me olvide decirte cariño), y no sé a quién acudir. Mi hijo no me coge el teléfono, ningún amigo ni familiar está disponible, y esto es urgente, necesito que me ayudes. Querido (uis, otra vez el traductor se equivocó), digo, querida, ¿me podrías prestar 2.000 dólares?, no tengas miedo, yo te los devolveré, los tengo en mi cuenta bancaria, el problema ahora es que no tengo acceso a ella. 

No me digas que no, cariño, por favor, tengo miedo, estoy golpeado, dolorido y solo. Y tú me puedes ayudar para que pueda volver a casa. Si no puedes prestarme 2.000 dólares, estará bien con lo que me puedas entregar, pero no me digas que no es posible, después de la profunda amistad que nos une, cariño. Ah, ¿qué no me vas a dar ni un céntimo, pero… nada de nada, y encima me insultas y me dices que soy un embaucador, un estafador y un ladrón de armas tomar, y me dices que ni se me ocurra seguir engañando a mujeres incautas y de buen corazón, y me dices que le vaya a contar el cuento a la policía o sino lo haces tú?… pues te bloqueo, me doy de baja de las redes sociales y ya no te estoy. Ahora me toca abrir otra cuenta, poner otra foto de perfil, cambiar el nombre de usuario y buscar a otra víctima, veremos quién picará y será mi nuevo cariño. 

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El cariñoso Mark Wilson

Moraleja

Este relato es una parodia basada en hechos reales, algo que está sucediendo en las redes sociales más a menudo de lo que pensamos, donde embaucadores traban amistad con personas, y en base a esa amistad al poco tiempo tratan de estafarlas. Algunos opinan que operan en red. Sea como sea, estemos apercibidos.

No hurtarás. No dirás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás […]. (Dt 5: 19-21; Éx 20: 15-17)

[…] dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Dios, y estemos a cuenta […]. (Is 1:16-18)

El testigo falso no quedará sin castigo, y el que habla mentiras no escapará. - Pr 19:5.

[…] el diablo… ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. (Juan 8:44)