¡Te quiero! Necesario, importante y precioso

“Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si  gritas, gritarás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos”.

Agustín de Hipona

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Hace un tiempo cayó en mis manos un precioso vídeo, de esos que te apetece ver más de una vez y poder sacarle todo lo bueno que lleva consigo.

Se trataba de una pareja, un matrimonio mayor, bastante mayor. Él tenía el pelo completamente cano y ella igual, ese tipo de parejas que sería impensable en otros tiempos, pero que hoy es muy común y habitual. Un par de jubilados y bien jubilados, que se han pasado toda la vida juntos, amándose, luchando por la vida, los problemas de todo tipo, sus hijos, sus padres, sus nietos…. Y en una de esas etapas buenas y relajadas de la vida, los podemos ver juntos hasta haciendo la compra y disfrutando de ello.

En aquel vídeo se veía una mujer que denotaba las marcas de haber sido muy bonita, y a un esposo que la contemplaba con amor. Mientras estaban en una especie de “Híper” de todo lo que pudiéramos soñar, y mientras están hablando de repartirse las tareas como… tú el arroz y la leche, y yo la fruta y la verdura… ella le dice:

- Fíjate en aquellos, -se trataba de una pareja joven haciendo mil demostraciones de cariño sin ningún tipo de complejos.

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Ella siguió mirando y le hizo mirar a él, y luego le dijo:

- Tú y yo nunca hemos hecho algo así….

- ¿Cómo me puedes decir eso?- contesta su esposo

- ¡Bueno, al menos en público!- Y sigue embobada.

Al cabo de un rato, nuestra protagonista escuchó por los altavoces a alguien que le decía en alto desde todas las cámaras….. ¡Ana! Y Ana buscaba, por todos los lados desde donde salía aquella conocida y amada voz, hasta que descubrió al compañero de su vida, por todas y cada una de las cámaras, mirándola sin el menor miedo, vergüenza o pudor con su voz suave habitual….. ¡Ana! Ya sabes que a mí no me maravilla hacer este tipo de cosas, pero de perdidos al río…. ¡Te quiero, te quiero mucho, siempre has sido el amor de mi vida y hoy lo quiero gritar al mundo; porque tú ya lo sabes! Entonces ella escondió su rostro entre sus manos,mientras le saltaban las lágrimas y a él también, en medio de una sonrisa llena de complicidad y cariño.

Puede que os parezca una tontería o una cursilería lo que os acabo de relatar, pero a mí, simplemente me emocionó.

Hay mucho de cultural, de forma de ser, de lo vivido y enseñado en la familia de origen de cada quien y muchas otras cosas, y nunca es fácil ir a la par en estos sentidos. En muchas y diferentes ocasiones, me podríais ver achuchando a unos hijos mayores y cosas por el estilo y escuchar….. ¡mamáaaaa!... Soy así, en mi familia había mucha costumbre del “te quiero mucho”… en otras familias o culturas lo sienten igual, pero no son tan cálidos o expresivos, por mucho que lo sientan dentro. 

Alguien dijo algo que os dejo a continuación que me pareció, en lineas generales, muy bueno:

“La fe en el amor hace posible lo imposible.

Alcanza la compasión dando pequeños pasos.

Solo desde el amor se entiende la complejidad de Dios.

Cuando actuamos con una fe perezosa, no seguimos la visión de Dios.

Ayude a que sus oraciones se hagan realidad comprometiéndolas por escrito.

Orar en voz alta le da a tu oración un impulso adicional.

Incluso los creyentes más fuertes luchan con la fe que se desvanece.

Los nuevos estilos de vida no son incompatibles con la fe”.

Vamos a ver algo de lo que dice la Palabra de Dios al respecto…

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados”. (1 Juan 4:10)

“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros”. (Romanos 5:8)

¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! (Isaías 49:15).

Hoy está con el Señor alguien a quien he querido con todo mi corazón, alguien que formaba parte del grupo de jóvenes de la iglesia a la que pertenecemos y en la que servimos. Con 30 años le diagnosticaron una ELA; aquello fue muy fuerte, y el año que le daban de vida se convirtió en muchos más, con todas las connotaciones terribles que lleva esta enfermedad y el amor que tiene que llevar por dentro, paso a paso, la persona que está a su lado.

La primera vez que los entrevisté en solitario en un programa de radio, pregunté a un buen amigo cual sería la canción cristiana más preciosa que conociera que pudiera tocar un poquito todo este tema del amor; en seguida dijo sin dudarlo… Solo el amor de Miguel Ángel Guerra. Desde entonces se convirtió en uno de mis tops más grandes y la incorporé en mi Disco.

Pido a Dios que me ayude a, no solo sentir, sino demostrar el amor que llevo dentro, amor por los míos, por mis amigos y mis hermanos... En ello siempre irá implícito el gran amor del Señor de mi vida.