Tan cerca como la distancia de una oración

“Puedes temer que el Señor te haya pasado, pero no es así: el que cuenta las estrellas y las llama por sus nombres, no corre peligro de olvidar a sus propios hijos. Conoce tu caso tan a fondo como si fueras la única criatura que creó o el único santo que amó. Acércate a él y ten paz”. 

Charles Spurgeon

“Solo conozco dos tipos de personas razonables: las que aman a Dios de todo corazón porque le conocen, y los que buscan a Dios de todo corazón porque no le conocen”. 

Blaise Pascal

Era una esas reuniones especiales de una iglesia, cuando el conocido siervo de Dios Gordon Jensen, cantó con su voz preciosa de barítono uno de esos inolvidables himnos de siempre que elevan nuestras almas a la presencia de Dios: “Él está tan cerca como la mención de su nombre”. La preciosa voz y las inmensamente bellas palabras, llenaban de emoción a cada persona que estaba en aquel lugar.

Hay una frase que, ni sé de donde la saqué o me la inventé, pero que he repetido muchísimas veces al final de cualquier vídeo, de modo especial en programas de radio propios: “Nunca olvides que Dios está tan cerca como la distancia de una oración”.

Vivimos tiempos complicados, en medio de un virus que parece no desaparecer nunca; hace unos días estaba con mi hermana planificando las reuniones familiares para celebrar juntos, las comidas y cenas de estos tiempos de Navidad…… tú traes esto, yo lo otro… ¿Cómo vamos a hacer? ¿Quién viene en cada ocasión? ¿Y mamá?… En un momento de la conversación, alguna dijo, la verdad es que no sé como va a ser todo, a lo mejor era buena idea, comprar una caja de PCR por lo que pueda pasar… y aun así….

¡Tiempos difíciles! Ya no solo en estos momentos; sino en tantas y tantas ocasiones de nuestras vidas, momentos de soledad, de enfermedad, de tristeza… creo que podría seguir añadiendo muchos nombres a esta lista.

Cuando alguien no tiene a Dios en su vida, todo se torna muchísimo más difícil, no sabe a donde acudir, hay personas que terminan refugiándose en cualquier cosa, alcohol, drogas… incluso suicidio. Muy al contrario, el hijo de Dios sabe demasiado bien a donde acudir, y conoce por experiencias pasadas en su vida, que su Dios está tan cerca como la distancia de una oración. Esto es el mayor consuelo que puede existir, al igual que lo que dice una bien conocida canción de Francesca Patiño… “...a la vuelta de la esquina, Jesús siempre tiene tiempo para mí…”.

Cuando las cosas fluyen bien, sobra gente para estar a nuestro lado, cuando algo anda mal, solo aquellas personas del alma van a estar junto a nosotros; y muy por encima de todo, nuestro Dios.

Pero hay una nueva y preciosa noticia, cualquier persona que necesita al Señor, aún sin haber llegado a conocerlo o sin ser su hijo, puede clamar a Dios, rogarle que venga a su lado, decirle que quiere ser suyo, o regresar al camino… Él sigue estando tan cerca como la distancia de una oración, siempre tiene tiempo para quien lo solicite, o como cantaba en aquella ocasión Gordon Jensen… “Él está tan cerca como la mención de su nombre”.

No sé qué os ocurre a vosotros al pensar en todo esto. Lo que es a mí, como decía Spurgeon: “Conoce tu caso tan a fondo como si fueras la única criatura que creó o el único santo que amó. Acércate a él y ten paz.” ¡Claro que sí, me llena de paz!

Junto a estas breves palabras para meditar, me gustaría dejarte una canción muy especial para mí por mil motivos… En sus manos.

Siempre nacido de mi experiencia con mi Señor y desde lo más profundo de mi alma… En su amor precioso, inigualable e inagotable, Beatriz.