El sueño despierto: feliz Día de la Madre

Por Mati Sanchiz

—¿Sabes, mamá?

—Dime, cariño.

—Ya estoy pensando en lo que quiero ser de mayor.

—¿Sí, mi vida?

—Sí, mamá.

—¿No eres muy pequeña todavía para pensar en esas cosas?

—No, mamá, ya tengo 6 años, me estoy haciendo grande y tengo que saber qué quiero ser.

—Sí, mi cielo. Y, ¿qué quieres ser de mayor?

—Pues mira, mamita, de mayor quiero ser policía, porque la policía protege a la gente, y porque mantienen el orden, y hacen que todo funcione como tiene que ser, y consiguen que se cumplan las normas. Bueno, y además me gustan sus uniformes y las gorras que usan.

—Ah, pues está muy bien esa profesión, y es verdad, cariño, visten muy bonito.

—Pero, ¿sabes, mamá?

—Dime, amor.

—También quiero ser maestra. Porque las maestras quieren mucho a los niños y les enseñan muchas cosas. Ellas pasan mucho tiempo con sus alumnos y les cantan canciones y les ayudan a leer y escribir, les enseñan los números y los colores, les educan y hasta juegan con ellos. Quiero ser maestra, mamá.

—Oh, pues esa es una profesión muy linda. Es, posiblemente, de las mejores que se pueden tener. Me gusta mucho tu elección. Yo te apoyaré si eso es lo que quieres ser.

—Sí, sí, pero, es que quiero ser médico también. Los médicos son muy buenos, mami. Ellos cuidan de las personas, las curan cuando están malitas, se preocupan por sus pacientes y les dan curitas para sanar sus heridas. Calman sus enfermedades, les dan remedios para que no sufran y son muy buenos con todos.

—Pues sí, cielito mío, los médicos son extraordinarios y hacen, y son, todo eso que dices; creo que esa también es una buena opción. Me gusta mucho que quieras ser doctora.

—Y, ¿sabes, mami? Voy a ser rica, muy, muy rica, porque si trabajo en todas esas cosas tendré mucho dinero. Claro, con todos esos trabajos ganaré mucho, mucho dinero.

»Aunque, pensándolo mejor, creo que ya sé lo que quiero ser de verdad. Cuando sea grande quiero ser MADRE porque ellas son todas esas cosas. Ellas protegen, educan, cuidan y además dan mucho amor y eso, eso es mucho mejor. Sí, mami, cuando sea mayor quiero ser como tú.



*Dedicado a todas las mamás estupendas que son todas esas cosas y muuuchas más, y además lo hacen con sumo placer, venciendo cientos de dificultades a diario. Las que trabajan dentro y fuera de casa y las que aman con pasión su función de madre. Pero está dedicado muy especialmente a mi hermana y a su hija, que son las protagonistas de esta pequeña historia, absolutamente real. Y con este homenaje a las mamás no quiero olvidar a la mía, que aunque ya está ausente siempre está presente. A mi madre a quien un día yo tuve que hacer de madre. 

Por este niño oraba, y el Señor me dio lo que le pedí.

Yo, pues, lo dedico también al Señor; todos los días que viva, será del Señor.

Y adoró… (1 S. 1:27-28)



 ¡Feliz día mamás!