El día de la muerte

Por Benji Gálvez

Como anunciábamos en el artículo sobre El tesoro de la amistad, llegó el Día Internacional de la Amistad el pasado 30 de julio. Espero que recibierais una felicitación. ¡Mi sobrino David me felicitó! ¡Qué alegría! ¡Qué bueno poder marcar fechas alegres en el calendario! Nacimientos, bodas, días de la amistad, de los abuelos, de las legumbres, vacaciones, reuniones familiares, etc. Pero hay un día que desconocemos y que, por tanto, no podemos marcar en nuestros calendarios, ni programarlo en nuestras agendas inteligentes, tampoco lo sabe Alexa, ni Siri, ni siquiera Google Assistant… hablo del día de nuestra muerte. 

¿Qué tendrá la muerte que parece que lo enturbia todo? Ante ella, un halo de tristeza se apodera de los que (todavía) quedamos vivos. Hasta nuestros movimientos se vuelven más lentos, más reflexivos. No se oyen los ruidos, no te afectan los atascos, no importa si tu reloj dejó de funcionar, da igual la hora que sea… De repente no tienes hambre, solo quieres dejar la mirada perdida en un punto del infinito y pensar en aquel conocido, familiar, amigo o vecino, que ha pasado a mejor vida, y por supuesto en sus familiares.  

Estoy escribiendo cuando el padre de nuestra amiga Eli H. ha partido. Por otro lado, la madre de mi buen amigo Jordi F. ha llegado al final del camino. No he podido, ni querido evitarlo, he ido al Tanatorio a saludar a Jordi y presentar mis respetos y condolencias a la familia. Mi amada me recordaba que también el día 4 de agosto, pero del año 2010, murió su padre Miguel Sanchiz Cañizares, un ser maravilloso, trabajador donde los haya, de fe firme, celoso de su familia y tan bueno que permitió que un desconocido como yo formara parte de ella. ¡Qué recuerdos! 

Mientras hablaba con mi amigo Jordi en el Tanatorio, le expliqué que otro gran amigo, Larry Graham, se estaba debatiendo entre la vida y la muerte en Houston. 

[photo_footer]Los misioneros Larry y Donna.[/photo_footer]

He revisado los comunicados de Andrea, la hija de Larry, unas mil veces, mientras oraba por un milagro. Antes de acostarme miré por última vez sus mensajes, y ahí estaba el mensaje que temía… “Mi precioso papá fue a estar con Jesús”. Y así mi amigo Larry Graham hizo por fin su último viaje a los 70 años. Ya no disfrutaré de sus predicaciones, de sus atenciones. Tampoco volveremos a jugar a basketball, era un jugador muy bueno. Ya no podré sentir su amor por Dios y por todos, un amor tan grande que se le salía del pecho. Una amiga de su familia escribía acerca de Larry que tenía la capacidad de escucharte de manera activa en un lugar lleno de gente, como si fueras la única persona de la sala. 

Haciendo un viaje al pasado podemos ver a Larry, un joven tejano con una pasión tremenda por las Misiones. Un día lo enviaron al aeropuerto a recoger a una joven misionera que llegaba desde China. En el corazón de los dos jóvenes se levantó una oración/pregunta al Señor, “¿Será él/ella la persona con la que debo compartir mi vida?”. Acertaron de pleno. Surgió el amor y al poco tiempo se casaron. Que yo recuerde, fueron misioneros en Paraguay, en España y de regreso a Estados Unidos fueron nombrados misioneros domésticos. Tuvieron dos hijos, Andrea y Larry Paul. En la década de los 90, Larry Graham y su esposa Donna, fundaron una pequeña Iglesia de las Asambleas de Dios en el barrio de San Pedro y San Pablo (Tarragona, España). Sus clases bíblicas de los viernes por la tarde/noche llegaron a ser muy concurridas. Asistían hermanos de diferentes denominaciones. Inolvidables los estudios de Larry e inolvidables los sándwiches que Donna preparaba con cariño para los descansos. 

Tras un tiempo en España regresaron a los Estados Unidos, donde viajaron por muchos lugares como misioneros domésticos. Pero los problemas de la vista de Larry lo llevaron a aceptar el pastorado en Chartage (Missouri, Estados Unidos) en el año 2004. Allí estuvieron pastoreando por 14 años la Iglesia Grace Pointe Assembly of God. Sin embargo, nunca dejaron de llevar a cabo proyectos misioneros en diferentes países. Larry era único, pero su esposa no se quedaba atrás. Una vez tras charlar con la dulce Donna, Larry nos dijo: “¿Sabéis cuál es el deporte que más le gusta a Donna? El boxeo”. Pensando que era broma, le preguntamos a Donna y resultó ser cierto. Donna nos explicó con lujo de detalles peleas de Foreman, Holyfield o Tysson. No pudimos parar de reírnos, ¡quién lo hubiera dicho! Una amiga de la familia decía así en el 2018 refiriéndose a Larry y a su esposa Donna cuando estaban dejando el pastorado en Chartage: “¡No estoy segura de quién de los dos es más divertido, pero la risa abunda cuando los Graham están por aquí!”. Realmente son una familia llena de amor y de alegría. 

[photo_footer]Larry en su 66 aniversario.[/photo_footer]

Cuando en el 2016 Larry cumplió los 66 años, su hija Andrea escribió lo siguiente:

Mi papá, mi héroe. En 66 años, este hombre ha hecho cosas increíbles. Ha estado en el ministerio a tiempo completo durante 44 años. Ha ministrado en más de 40 países. Ha plantado iglesias en tres continentes. Ha comprometido toda su vida para llevar a la gente a Cristo. Ahora es un pastor a tiempo completo que usa cada momento libre para compartir el evangelio con la gente que conoce donde quiera que vaya. Él es un increíble administrador de recursos. Él es un hombre de integridad y carácter. Él es el padre y abuelo más destacado. Él es un fiel marido e hijo. Él es un verdadero amigo. Él es un atleta increíble. Él es un escritor elocuente. Él es un orador extraordinario. Él es un cantante y pianista. Él es un carpintero. Construyó dos de nuestras casas familiares. Es el trabajador más duro que conozco... No hay nada que este hombre haga que no sea increíble. Es humilde, amante y desinteresado. Mi papá es el mejor ❤️.

Recojo algunos de los mensajes que sus amigos han dejado recientemente en las redes sociales:

- “Larry era el tipo de hombre que se quitaba el traje, se ponía la toalla y lavaba los pies de todos. Como su Señor, era un verdadero siervo… Lloró con la idea de que alguien muriera sin una relación con Jesús. Predicó a Cristo, la Cruz y la salvación. Predicó lo que ahora está experimentando, la abolición de la muerte. Su carrera terminó, pero su legado continúa”.

- “Él me animó… Invirtió en mi vida y creyó en mí cuando ni yo mismo creía en mí. Él me dijo la verdad sobre mi vida incluso cuando picaba un poco, pero siempre con amor y bondad”.

- “Le encantaba visitar a los enfermos en los hospitales o en sus casas, y a todos les llevaba su amable sonrisa y unas palabras de Esperanza”.

[photo_footer]Larry en el 25 aniversario de la Iglesia Costa Dorada en Tarragona, el 16 de octubre de 2017.[/photo_footer]

Más o menos como si me hubiera tocado la lotería, así fue como me sentí cuando me enteré de que Larry Graham volvía a España en el 2017 para asistir al 25 aniversario de la Iglesia de la Costa Dorada que él fundó. Los muchos compromisos de Larry en tan pocos días no nos permitieron estar mucho rato juntos. Pero en la comida especial que hizo nuestra iglesia en un hotel, nos sentamos en una mesa libre, bastante atrás, y cuán grande fue nuestra sorpresa cuando vinieron a llamarnos para decirnos “Larry ha pedido que os sentéis en su mesa”. Al día siguiente, durante un dilatado café en casa de nuestros amigos Miguel y Sara, le expliqué que a la Iglesia había venido Antonio Medrano, uno de sus viejos amigos para oírle predicar, pero que se tuvo que marchar sin poder saludarle. Entonces Larry metió su mano en el bolsillo y me dijo: “Qué lástima, les había traído a Antonio y Carmen la goma de mascar que tanto les gusta”. Me hizo prometer que les llevaría los “chicles” (y lo hice). Luego, ya tarde, fuimos a acompañar a Larry hasta su hotel en la Rambla Nova de Tarragona. Nunca, nunca, nunca, olvidaré sus lágrimas, sus abrazos y sus palabras… “No me quiero ir”. Tras abrazarnos sin parar, por fin sus hijos lo obligaron a entrar en el hotel porque viajaban al día siguiente hacia Estados Unidos. ¡Larry, maestro y amigo, nos volveremos a ver más allá del sol!  

Me alegro de que Larry ya esté con mi suegro Miguel allá en los cielos, tendrán cosas que contarse, ambos eran unos manitas. Seguramente hablarán del autobús de dos plantas que arreglaron y pintaron juntos para mostrar a todos un claro mensaje escrito en grande en las paredes del bus, que decía “Jesús te ama”.

[photo_footer]Bus de la Iglesia San Pedro y San Pablo, de Tarragona, con Larry Graham a la derecha y Miguel Sanchiz en el centro de cuclillas, con la mano de su esposa en el hombro.[/photo_footer]

Conclusión- De modo que no, no podemos anotar el día de nuestra muerte en el calendario porque lo ignoramos. Lo que no ignoramos es que Jesucristo destronó a la muerte. Si hemos puesto nuestra fe y nuestra esperanza en Jesús, tenemos una promesa fiel: “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25). Las mismas palabras que Jesús dijo a su amiga Marta hace 2.000 años, siguen vigentes hoy y lo serán hasta el fin de los tiempos, su eco resuena en todo lugar... “para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn. 3:15-16). En palabras de Jürgen Moltmann en su Teología de la Esperanza, La fe en Cristo transforma la esperanza en confianza. Jesús susurra a nuestro oído ante cualquier adversidad, “confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16:33). Nos tocará llorar la muerte de amados, amigos y allegados, pero Jesús seguirá diciéndonos “vosotros lloraréis… pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo” (Jn 16:20). 

Querido amigo y querida amiga, “Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó... Ni (siquiera) la muerte nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Ro. 8:37-39).

¿Conoces a personas que estén enfermas u hospitalizadas? ¿Tienes vecinos ancianos que no reciben visitas con asiduidad? Guardando todas las medidas de seguridad recomendadas, ¿por qué no hacerles una breve visita para interesarte por ellos de corazón? Por lo menos, consigue sus contactos y envíales un mensaje de ánimo. Será bueno para ellos, pero en realidad, más lo será para ti, porque estarás visitando al mismo Señor (Mt. 25:36). Y si alguien ha sufrido una pérdida, recuerda las palabras del sabio: “Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete” (Ec. 7:2). No tengas miedo de llorar porque es sano, oxigena los ojos, lubrica la cornea, así que “Llorad con los que lloran” (Ro. 12:15).