Nuestro testimonio cristiano frente al Covid-19

“Mi conducta no toca decirla a mi, bástame remitirme al testimonio de los que presenciaron mis actos.“ — Jerónimo Usera.

Cuando en la mañana temprano del Jueves 26 del Abril del 2020 comienzo a ver lo último del Covid- 19 en mi país, me encuentro con poco más de lo mismo de lo que vi en la noche de ayer… En España han muerto en las últimas 24 horas 738 personas por coronavirus. La cifra de fallecidos desde que comenzó la pandemia es de 3.603 y hay casi 50.000 contagiados. El presidente del Gobierno ha advertido de que España deberá prepararse para "olas futuras" y tendrá que adelantarse a "futuras amenazas", una vez logre doblegar la curva…

España ha superado en número de muertos confirmados por China, país con el que ha llegado a un acuerdo de compra de material sanitario por 430 millones de euros. El Congreso de los Diputados aprobaba este miércoles ampliar el estado de alarma para hacer frente al coronavirus. 15 días más de medidas excepcionales con las que se espera el número de contagios empiece a bajar en España. Sin embargo, el aumento de los contagios por coronavirus y las muertes siguen aumentando y el material de protección sigue sin llegar a los hospitales.

Y no sigo porque las noticias van siendo nuevas por minutos, y sólo tomo estas notas como introducción a algo que me importa muchísimo y dejo plasmado en el título de este artículo, nuestro testimonio como cristianos, como pueblo de Dios ante todo lo que está ocurriendo, y cuando cada día me entero de más y más personas infectadas algunas con la enfermedad en grado alto, otras que no responden a los antirretrovirales y demás tratamientos contra esta enfermedad, personas conocidas en el ministerio cristiano de mi país que están sufriendo en carnes propias o en la de algún familiar, etc.

En estos últimos tiempos, nuestros teléfonos móviles no paran de recibir mensajes instantaneos, algunos muy buenos, otros sacando una sonrisa, otros preciosos y de aliento… Muuuuuuchos, llenos de bulos o para pasar el tiempo; y a pesar de que se nos está advirtiendo de que tengamos mucho cuidado con algunas cosas como sobrecarga de la red, u opiniones de profesionales que nos dicen que mucho cuidado con no abrir cualquier enlace, que… “a río revuelto ganancia de pescadores” y nos podemos encontrar con problemas muy serios, personalmente lo hago lo mejor que puedo; pero tengo que limpiar mi teléfono vez tras vez, y no consigo ponerme al día con todo el mundo ni en sueños.

Hace unos días recibí un mensaje por distintos lugares y personas, seguramente muchos lo habréis leído, y… Caí en la trampa. Supongo que a todo el mundo le va pudiendo el tiempo de confinamiento, y para los que, tal vez no tengan demasiado que hacer, o los estúpidamente crédulos como yo, nos hemos tragado algo que, personalmente me pareció precioso.

Quise pensar que aquel mensaje referido a un pastor de 75 años era absolutamente real, y al primer momento que lo leí me tocó el corazón de un modo fuerte, llevándome a pensar en nuestro testimonio como hijos de Dios en un mundo asustado que no hace más que, unos aburrirse en sus confinamientos, otros entretenerse con mensajes divertidos, otros entrar en paranoia… Y yo, que tal vez esté infectada y me ponga mal mañana ¿cómo tengo que actuar? ¿qué pide mi Dios de mi?

Somos muchos los que no nos aburrimos en absoluto, más bien estamos cansados, porque trabajamos desde casa, los días de confinamiento se van notando, y de ellos surgen unos cuantos problemas.

Dice la Escritura en 2ª Corintios 3:2-4…

"Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios”

Me encantaba ese pastor de 75 años del mensaje falso, era bonito y me llevó a pensar que quisiera tener un testimonio así de especial.

No es cuestión de sacar de contexto aquello que se suele hacer con demasiada facilidad, “...Predica a tiempo y fuera de tiempo” en ocasiones, ademas de predicar con nuestra boca, nuestra Biblia bajo el brazo, abierta sobre una mesa, o escribiendo para redes sociales, y toda clase de cosas por INTERNET, algo maravilloso en estos momentos y que personalmente utilizo continuamente, el testimonio de nuestras vidas tiene que hablar por si solo y avalar lo que decimos, compartimos, escribimos, o lo que sea.

¿Y qué si soy yo la que me encuentro en el lugar de muchos hermanos y amigos infectados mañana mismo? ¿o tú?

Creo que la mayoría de nosotros estamos más que convencidos de que la segunda venida de Cristo a la tierra está más que cerca ¡más que cerca! Y no sé lo que va a acontecer ni en unos días. Sólo le pido a mi Señor, que cuando sea lo que sea, y que cuando venga a buscarme, me encuentre “con mi lámpara llena de aceite”, habiendo dado testimonio con mi trabajo para Él con todo lo que ha estado a mi alcance; pero sobre todo lo demás, con el buen testimonio y ejemplo de mi propia vida, entregada por completo a Él desde hace mucho.

Os dejo con una vieja y preciosa canción que todos conocemos, pero que parece coincidir con todo lo que está ocurriendo en los últimos tiempos. Es Rocío Crooke cantando de un modo precioso algo como ¡El Rey ya viene!

Con mis mejores deseos de bendición, con mi lámpara llena de aceite; pero sin caer en dogmatismos o ¡lo siento! Histerismos que nos llevan a caer en errores profundos. Con mi amor en Aquel que viene pronto, Beatriz.