María Pita, inolvidable heroína de La Coruña

“Mujer segura, deja huellas por donde camina.”

“Una mujer segura es la inseguridad más grande de un hombre.”

“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.

El corazón de su marido está en ella confiado,

Y no carecerá de ganancias.

Le da ella bien y no mal

Todos los días de su vida…

Muchas mujeres hicieron el bien;

Mas tú sobrepasas a todas…

Dadle del fruto de sus manos,

Y alábenla en las puertas sus hechos.”

Proverbios 31. Santa Biblia.

Nací, crecí, y viví hasta que me casé, a pocos metros de la plaza de María Pita, la heroína de esta maravillosa y preciosa ciudad gallega envuelta entre mares, frío, viento y cristales… La Coruña.

Sé demasiado bien que  el nombre correcto al día de hoy es ”A Coruña”; pero permitidme la licencia poética, si se puede llamar de este modo. Si hablo gallego, siempre diré “A Coruña”, pero si hablo o escribo en castellano, siempre será “La Coruña”, no por ningún motivo especial... Simplemente aquí nací y siempre me sale de muy adentro seguir llamándola  del mismo modo.

Ese viento frío  que me envuelve cada vez que salgo a la calle, o se infiltra entre las ventanas, y esa lluvia constante que parece calarme hasta los huesos…. Realmente es un tanto molesto; pero creo que sería incapaz de vivir sin ellos. 

Hace bastantes años que vivo metida en el mar de esta belleza de ciudad, y creo que cada aurora, cada ocaso…  De modo especial mientras estoy escribiendo, hacen que ese olor tan característico de este mar, me envuelvan entre sus altas, preciosas, majestuosas y peligrosas olas.

En la incomparable plaza de María Pita, que yo recuerdo no peatonal, está situado el bellísimo ayuntamiento de esta ciudad, que hasta el año 1897, se encontraba en la ciudad vieja; sin embargo en ese año, se inauguró la nueva casa consistorial, localizada en la plaza de María Pita, de estilo modernista. El actual edificio data de 1918 y fue terminado por el arquitecto municipal Pedro Mariño.

Hace tiempo se reformó un tanto esta preciosa plaza, “cerrada” y rodeada de las tan típicas galerías coruñesas que regogen el poquito sol y calor que tenemos por aquí; se ha hecho peatonal, y en el centro, se puede ver desde todos lados una bellísima estatua, un monumento de la inolvidable mujer que hoy queremos tocar.

La obra, acabada en bronce, fue concebida por Xosé Castiñeiras, y en ella se representa a la heroína con la lanza con la que mató al alférez inglés mientras coge con la otra mano el cuerpo sin vida de su marido, Gregorio de Racamonde. La altura total de la obra es de 9,31 metros, compuesta por una plataforma de escalones de 45 cm, un pedestal de 5,56 m y una escultura de 3,30 metros. y su peso es de 30 toneladas.

Me gustaría recordar un poquito la historia de una gran mujer, la historia de mi ciudad, y poder extraer de todo ello lecciones espirituales, que para eso estoy escribiendo en un medio cristiano

Corría el año 1589 y entonces Isabel I, con su corsario Francis Drake a la cabeza, se disponía a poner en jaque a su enemigo Felipe II. No sólo iba a devolverle la "visita" a sus tierras, sino que se disponía a arrebatarle la corona portuguesa que el rey Prudente se había apropiado en 1580 aduciendo razones dinásticas. Junto a Drake viajaba don Antonio, prior de Crato, nieto de Manuel I de Portugal, que reclamaba para sí el trono que entonces ostentaba su primo lejano Felipe II.

La Coruña movilizó a hombres, mujeres y niños que se atrincheraron en la plaza. En un primer momento, las mujeres ejercían labores de apoyo y aprovisionamiento a las tropas; pero la situación desesperada en la que derivó el asedio, obligó a todos sus habitantes a luchar contra el enemigo.

Cuando las fuerzas empezaban a disminuir y el ánimo de los coruñeses se desvanecía, María Pita mató al alférez inglés y le arrebató su bandera. Dicen algunos que fue por la rabia sentida tras el asesinato de su segundo marido en pleno asedio, que María agarró una lanza, un arcabuz o un cuchillo, según las versiones, y terminó con su vida.

María Pita se erigió entonces en abanderada de los suyos al grito de…  ¡QUEN TEÑA HONRA, QUE ME SIGA! (Quien tenga honra que me siga)

Convertida en heroína, continuó luchando hasta que los ingleses se retiraron de sus costas y pusieron rumbo a Lisboa donde tampoco conseguirían su objetivo de destronar del trono luso a Felipe II.

El valor de María Pita fue reconocido por el rey, quien le concedió una pensión, y le fue dado el título de "soldado aventajado". El mismo año del asedio en el que había perdido a su segundo marido, María volvió a casarse por tercera vez, esta vez con un capitán de infantería con quien tuvo otra hija. Y de nuevo volvió a quedarse viuda, en 1595. Cuatro años después se casó por cuarta vez con un funcionario de la Real Audiencia de quien enviudó en 1613. Desde entonces, María no volvió a casarse por expreso deseo de su último marido, quien puso como condición para que su esposa pudiera gozar de su herencia, que no volviera a contraer matrimonio. Se dice por estos lares, que era “buena moza” y agraciada de cara.

María Pita, la heroína de La Coruña, falleció el 21 de enero de 1643, habiendo superado, si aceptamos su fecha de nacimiento en 1564, los ochenta años de edad.

Desde siempre me encanto meterme de lleno en historias de mujeres…  Mujeres de la Biblia, mujeres de la historia de la iglesia, misioneras especiales en lugares lejanos y con vidas apasionantes…. Pero he de reconocer que también me gusta indagar en las vidas de mujeres que tal vez no tengan nada que ver con la iglesia, de modo especial la nuestra, la evangélica; pero siempre puedo aprender algo de cada una de ellas. 

Aquello de… “Unos llevan la fama y otros cardan la lana” me parece muy oportuno en este momento. No estoy apelando a guerra de sexos o algo por el estilo; simplemente parece que la gran gloria de algo, o los héroes de todo son los hombres ¡Claro que siempre existieron héroes de todo tipo y fantásticos en masculino! Honra para quien se la merezca; pero si rebuscamos en la historia de la humanidad, siempre nos vamos a encontrar con mujeres muy especiales que marcaron historia, y ya no me estoy refiriendo a mujeres del tipo a la que estamos tocando hoy… Que les pregunten a tantas mujeres de mi tierra gallega, que llevaron peso, trabajo y carga de sacar adelante su casa, sus hijos…  En ocasiones mucho trabajo de labranza y de todo tipo, mientras sus hombres estaban muy lejos en alta mar, luchando a la par que ellas.

En los últimos tiempos, está muy acuñada una frase, ya metidos en harina, de nuestras iglesias y demás….. ¡Una mujer guerrera! ¡Una gran mujer guerrera!… Esto, lo otro, o lo de más allá. Lo cierto es que me gusta; siempre se ha asociado a la mujer con la imagen de la debilidad, el sexo débil… Por aquello del “vaso frágil” un tanto mal entendido.

Creo que para ser mujer ”y no morir en el intento” hay que tener mucho valor, y cuando voy a Proverbios 31, no encuentro a ninguna mujer debilucha, “pobrecita” o algo por el estilo; más bien todo lo contrario. Encuentro a una ultra mujer que gobierna bien su casa en todos los sentidos; tanto, que el corazón de su marido está totalmente confiado en ella… ¡Un 10 como mujer!.

Desde siempre me llamó la atención el texto bíblico que en la traducción del 60 dice…

“Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.” 1ª Corintios 16:13.

Eso de “varonilmente” siempre me hacía pensar un poco demasiado… Hmmm…

No soy una gran experta en traducciones bíblicas, y sé perfectamente que algunas de ellas dejan mucho que desear; pero fijaos en como traduce este texto la NVI:

“Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes. 1ª Corintios 16:13.

¡Ah! No sé que opináis vosotros, pero esto… Ya es otra cosa. ¿O es que para esforzarnos, estar firmes en la fe y demás tan sólo lo podemos equiparar con el vocablo “varonil”?

Siempre digo que no me gustaría perder jamás mi esencia, mi dulzura de gallega, no me gusta ni hablar ni escribir con ironía, amargura o dureza; simplemente no soy así. Tiene que ocurrirme o suceder algo muy fuerte, para que yo reaccione de ese modo. Sencillamente yo no soy de esa forma de ser, respetando a todo el mundo.

Siempre me encantó la historia de Deborah, una mujer de la Biblia cargada de los más grandes y preciosos dones, una mujer normal, bonita, femenina, casada con un señor estupendo que se llamaba Lapidot (antorcha, relámpago) pero una mujer a la que el Señor nombra Jueza ¡Ahí queda eso! He escuchado las más absolutas barbaridades en cuanto a esto, lo dejo ahí.

Un día Deborah llama al juez Barac y le dice, ‘Jehová ha dicho, “Toma 10.000 hombres y llévalos al monte Tabor. Allí traeré a Sísara a ti. Y yo te daré la victoria tanto sobre él como sobre su ejército.”

Barac le dice a Déborah, “Voy si tú vas conmigo” Deborah va, pero le dice a Barac... “No tendrás honra por la victoria; porque Jehová entregará a Sísara en manos de  mujer”, y así sucede.

Como colofón a todo lo escrito, simplemente quisiera dejar con todos vosotros  tres  citas:

“ La vida es una osada aventura o nada en absoluto.” Helen Keller

“La furia no puede solucionar ningún problema.” Grace Kelly

“Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo, de Cristo os habéis revestido. No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús". Gálatas 3:27 y 28. Santa Biblia.