Encuentros de los grupos (6)

Vamos a dar información adicional sobre el evangelismo. Aunque ya hemos descrito bastantes de los aspectos relativos a esta parte de los encuentros de los grupos, creemos que es importante que, en general, sepamos cómo tratar a las personas no creyentes a nuestro alrededor. 

Ahora vamos a aprender un poco más sobre los diferentes tipos de suelo que el Señor Jesús nos muestra en la parábola del sembrador.

5. No tienen conocimiento del Evangelio. Son aquellos que piensan que «todos los caminos llevan a Dios». O también aquellos que dicen no creer en nada; solo creen lo que ellos pueden realizar con sus propias fuerzas y empeño.

Con estas personas es necesario desarrollar primero la amistad, conquistando su confianza. Debemos crear puentes de relaciones a partir de afinidades que puedan existir entre nosotros y ellos.

4. Conocen el Evangelio, pero no están abiertos. Son aquellos que ya saben algo sobre Dios, o incluso profesan alguna creencia, pero solo por tradición. Piensan que no hay nada que necesite mejorar en su relación con Dios. A veces, podemos encontrar incluso personas que tuvieron algún problema con creyentes, o con el mal testimonio de alguno de ellos. Estas personas también se encuadran en este tipo.

Con estas personas es fundamental establecer un evangelismo totalmente basado en las relaciones, sin mucha predicación de palabras, pero con un buen testimonio práctico.

3. Están abiertos al mensajero. Son aquellos que, aunque no quieran un compromiso con Cristo, tienen amigos cristianos, admiran y dan valor a esa amistad. Les gusta estar cerca de sus amigos creyentes, pero simplemente no quieren creer en el mensaje del Evangelio por diferentes razones.

Con estas personas es necesario iniciar un proceso de compartir el Evangelio. Es una buena oportunidad para mostrarles todo lo bueno que Dios ha hecho en sus vidas, para que esas personas puedan sentirse atraídas hacia el Dios al que servimos. Será bienvenido un testimonio bien dirigido. No es el momento de intentar un llamamiento a la conversión, a no ser que el Espíritu Santo oriente a ello.

2. Abiertos al mensaje. Son los campos blancos, listos para la siega. Ya poseen el mensaje del Evangelio sembrado en sus corazones pero todavía se resisten a asumir un compromiso con Cristo. Normalmente demuestran interés por la fe evangélica y les gustaría resolver algunas dudas y cuestiones sobre la Biblia. Con estas personas es necesario comenzar un estudio bíblico evangelístico y compartir el Evangelio de forma más directa.

1. Comprometidos. En este clase están los frutos maduros que solo precisan ser recogidos. Es necesario ayudarles a tomar una decisión al lado de Cristo y ampararles en su comienzo del caminar cristiano de fe con un discipulado personal.

Comprender cada uno de estos suelos y saber identificar qué personas se encajan en ellos es fundamental para que podamos saber cómo trabajar con cada uno.

También podemos encontrarnos personas que son impactadas por el Evangelio en alguna circunstancia de la vida, independientemente de la clase de suelo a la que perteneciesen. Sin embargo, la mayoría tienen un corazón que debe ser preparado, al igual que sucede con un suelo irregular para el plantío. Ya sabemos que algunas semillas pueden perderse, pero entendemos que podemos trabajar para que estas pérdidas sean mínimas.

Como siempre, queremos recordar que lo que presentamos es un modelo de grupos de hogar. No es el único, y quizá tampoco sea el idóneo para todas las iglesias en cualquier situación. Sin embargo, es un modelo aplicado por muchas comunidades en todo el mundo con unos resultados excelentes.

Estas informaciones así como materiales de apoyo y otras herramientas, están disponibles en www.diakonos.es. Para más información, pueden entrar en contacto con [email protected].)