Reencuentro con Dios y con mis hermanos

Nos dirigíamos a Fiumicino, Roma, en la madrugada del día anterior al que comenzara nuestra ansiada Conferencia IBCM7. Era una especie de “viaje bocadillo” en el que tuvimos que atravesar nuestra España de punta a punta, y los horarios de vuelos internacionales son, como son.

En aquella madrugada, supongo que por ser verano, estaba todo a tope; pero a pensar de ir medio dormidos, todo fue bien. 

Cuando llegamos a Fiumicino, nos esperaban un par de jóvenes con  el cartelito de IBCM, y mientras iban llegando hermanos de otros países, entablamos conversación con una encantadora joven de Roma; italiano, inglés, español…… Ahí es donde mi “maravilloso don de lenguas” comenzó a funcionar. Hablábamos en varios idiomas a la vez, esto es muy normal cuando te encuentras en una situación así, y con una italiana. Nos contó que había estudiado en el Instituto Bíblico del Presidente de IBCM, Fares Marzone,  y que tenía una hermana que había hecho un erasmus en España. Mis ojos se iluminaron cuando dijo ¡En Granada! Entonces sonreí y dije….. ¡Alhambra! Ella sonrió también y cargando muy fuerte la “r”; entonces le pregunté, ¿Córdoba?, me respondió con los ojos chispeantes….. ¡Málaga!.... Hablamos un buen ratito hasta que fueron llegando hermanos de otros lugares como Chile, Ecuador, Panamá, Estados Unidos……  Personas que habían pasado alguna noche sin dormir transbordando aeropuertos por todo el mundo. Después de un buen rato, nos dirigimos en taxis contratados por la organización hasta Pomezia, donde realmente se celebraría la Conferencia.

Hubo algo que viví con mucha simpatía, no puedo evitar disfrutar y analizar cada cosa que me ocurre cuando viajo a otros países. El taxista, era una taxista, una italiana de pura cepa que se la podía conocer a las leguas, unos 50 años, guapa, racial, con unos pantalones flojos muy floreados… Y unas preciosas gafas de sol…. ¡Todo un poema y una preciosidad que disfruté a morir, y que se peleaba con mucha fuerza con su GPS!

Al llegar a nuestro destino, y una vez que nos terminamos de colocar, ya era hora de comer… Tan cerca, y a la vez con unos horarios tremendamente diferentes; fue entonces cuando me acordé de nuestros Encuentros anteriores, de modo especial del de Wiedenest, en una encantadora Escuela Bíblica en Alemania, y le di en mi mente un pequeño recorrido a todo lo vivido en diferentes lugares… Paul Joshua de India, un hombre de Dios ya en su presencia, fui a varios talleres de él, era impresionantemente bueno, conservo una preciosa foto con él…… Félix Muchimba, de Zambia, un encanto de persona que traeríamos años después a nuestra tierra y que hospedamos en nuestra casa; un precioso matrimonio de Kenia, muuuuuuy altos y muuuuy oscuros, un precioso matrimonio que me invitó a pasar un mes con ellos en su país, eran pastores….. También conservo foto con ellos. En el anterior encuentro en Roma, él ya había partido con el Señor, y a ella se le notaba cansada y mayor, este año ya no vino. Y ¿Cómo no? Nuestra llegada a Dominicana, nuestro hermano “Mc Giver” que nos llevó en un coche sin cinturón y a lo loco por todo Santo Domingo, aquello fue de película de Felini y un Encuentro delicioso. En cada Conferencia y en cada país disfruté muchísimo; pero en esta ocasión había algo diferente en mi, por circunstancias que no importan, venía terriblemente agotada a todos los niveles, y podía escuchar a mi Señor susurrar a mis oídos, lo sé “mi niña”, lo sé…… Pero adelante que yo voy a estar contigo, y ni sabes lo que te espera.

En la conferencia de este año, de nuevo en Italia, el conferenciante principal era todo un John Lennox, de Gran Bretaña, a quien mi esposo había conocido siendo un adolescente en nuestra España, en unas Campañas de Evangelización organizadas por Eric Bermejo, en Toro, Zamora.

La cuatro conferencias de Lennox llevaban por título:

• You shall be my witness……. Me seréis testigos…


• The narrative of Scripture and the big Questions…….  La narrativa de la Escritura y las grandes cuestiones.


• The Heart of Christianity: the Cross and the Resurreccion. El corazón del Cristianismo, la Cruz y la Resurrección.


• Witness then and now. El testimonio entonces y ahora.

Fueron cuatro buenas conferencias. ¡Muy buenas!, pero lo que me había susurrado mi Señor al principio del encuentro, comenzó a cobrar vida; cada una de ellas hablaría a mi corazón de un modo profundamente íntimo y personal, y mi propio título sería muy diferente.

Hubo multitud de talleres para elegir, muchos, buenos, de diferentes temáticas muy necesarias e interesantes y compartidos por hombres y mujeres de distintos lugares del mundo…… Multiculturalismo… El ministerio de la mujer…. Formación…. Misión…. Auto cuidado en el ministerio… Plantación de iglesias… Cuidado pastoral, salud mental….. Cuidado pastoral de los “singles”…… Sexualidad y género…..  y un largo etc…..

Algo que me bendijo de un modo inmenso fueron las noches de reportajes. Esta conferencia fue muy especial en países distintos y distantes… Inglaterra, Singapur, Nueva Zelanda, Australia, Chad, Angola, Madagascar, India, Fiji, Estados Unidos, Dominica….. Y muchos preciosos  de Iberoamérica…. España, Ecuador, Panamá, Perú, Dominicana, Chile, Argentina, Honduras….

Hubo representantes del país, o siervos que trabajaban en países con persecución….. Afganistán, Pakistán… Cada testimonio, reportaje, predicación… Habló a mi corazón de un modo muy fuerte y me retó de un modo inmenso. Recuerdo con un cariño muy especial el reportaje del hermano de Costa Rica, un pequeño y precioso país; fue muy realista y dijo el bajo número de iglesias, una grande….. 70 personas…. Donde el pastor había fallecido, y un pedido entre lágrimas….. Si alguien quiere venir a ayudarnos, sería una bendición; me parecía estar escuchando al varón macedonio que se le presentó en sueños a Pablo y le dijo….. Pasa a Acaya y ayúdanos; realmente me quebrantó el corazón y mi alma retrocedió muchos años en el tiempo, a la promesa hecha al Señor por parte de una adolescente, la mujer que hoy os está escribiendo….. “Donde Tú necesites que vaya iré, a los valles, los montes o el mar….. Decir lo que quieras, Señor, diré….. Lo que quieras que sea, seré”.

Podría contaros muchas cosas buenas, la comunión, detalles con las fotos, la preciosa alabanza, la maravillosa conferencia para Hispanos, ¡Algo que disfruté a morir! Algunos de España fueron a la de Europeos, era necesario pulsar toda la realidad, momentos de puesta en común, proyectos por los cuales orar…… Pero quisiera terminar con algo que me hizo mucho bien:

Uno de los días, tras una buena conferencia por parte de un John Lennox, ya con una más que buena edad; aunque con una mente estupenda, un hombre que predicaba sentado, hablaba suave y lento, cargado de conocimiento bíblico y de madurez en el Señor, predicó un hombre joven de Singapur, alto, bien parecido, predicaba de pie y moviéndose en la plataforma, con una espléndida comunicación, y también lleno del Señor. En aquella predicación, repetía una y otra vez… “Cristo en nosotros, la esperanza de gloria”. Aquello en lo que no sé si alguien aparte de mi se habrá fijado, junto a antros hermanos de lugares tan distantes de todo el mundo, me hizo comprender de un modo distinto, que el pueblo de Dios no se reduce a una cultura, raza, color, posición, ni siquiera edad, era bien, bien, bien grande la diferencia de edad entre aquellos dos hermanos que compartían plataforma….. Todos, absolutamente todos somos necesarios para nuestro Dios, nadie es insustituible; pero sí todos necesarios. Iba tan cansada…… Tanto…… Pero el Señor me susurró al corazón cuando nos marchábamos, ¿lo has visto “mi pequeño saltamontes”?, te he estado hablando al alma como nunca antes, YO SOY, y sabía cuanto lo necesitabas. He disfrutado de muchísimas cosas, si fui cansada, vine más; pero habiendo recibido muchísimo, y habiendo renovado mis votos para con mi Señor en el servicio, una vez detrás de otra.

Nos ocurrieron cosas realmente especiales que no puedo recoger ya aquí, pero os dejo un pequeño; aunque creo muy hermoso reportaje fotográfico, realmente una película de fotos con música que no llega a minuto y medio, espero que todo os pueda bendecir