Prim y Serrano: aires de libertad

En 1868 tiene lugar la famosa “Revolución Gloriosa” por parte de los generales Prim y Serrano, entre otros. El 19 de septiembre se sublevó la guarnición de Cádiz, encabezada por Prim, donde se proclamó un nuevo manifiesto a la nación, que anunció un nuevo gobierno con una base popular en el cual se incluyó el Decreto de “libertad de conciencia y de cultos”. Mientras, la guarnición encabezada por Serrano se dirigía a Madrid donde la ciudad apoyó a los revolucionarios, el 29 de septiembre. Tras estos acontecimientos Isabel II se exilia a Francia dejando la nación española sin liderazgo monárquico y con ello se inició un nuevo hito en la historia de España. Fue un nuevo horizonte para los protestantes, una nueva puerta que se les abría. Nace así el Sexenio Democrático, situación muy favorecida para los protestantes. 

Algunos protestantes exiliados en Gibraltar al conocer estas nuevas noticias en España decidieron volver a su tierra para continuar la obra iniciada durante la Segunda Reforma. El primer exiliado que pisó suelo español en 1868 fue Cabrera. Se dirigió a Sevilla para abrir obra allí y más adelante propagar el protestantismo por toda Andalucía. Otros exiliados fueron, por ejemplo, Antonio Carrasco y Capuchino Felipe Orejón que se dirigieron a Madrid, y Antonio Valle Espinosa que se dirigió a Barcelona. Al llegar a España, el general Prim les dio la bienvenida de la siguiente forma: 

“¿Son Vds. de aquellos que fueron condenados en Granada porque se decía que no eran buenos cristianos? Sean Uds. bienvenidos. Desde hoy en adelante habrá libertad en nuestra patria, verdadera libertad, y concluyó la tiranía. Cada hombre será dueño de su conciencia, y podrá profesar la fe que mejor le parezca. Ustedes pueden volver a su país en el primer vapor que salga, y están en libertad de entrar en España con la Biblia bajo el brazo, y predicar las doctrinas en ella contenidas”

El 7 de octubre se constituyó en la capital un gobierno provisional, que sus principales figuran fueron los Generales Prim y Serrano. Una de sus principales medidas fue la redacción de una nueva constitución en la que se plasmaban las libertades individuales y colectivas del nuevo sistema de gobierno. Por ello en enero de 1869 se reunieron las Cortes para aprobar la Constitución que en su artículo 21 afirma lo siguiente respecto a la cuestión religiosa: 

“La nación se obliga a mantener el culto y los ministerios de la Religión Católica. El ejercicio público o privado de cualquier otro culto queda garantizado a todo los extranjeros residentes en España, sin más limitaciones que las reglas universales de la moral y del derecho. Si algunos españoles profesaban otra religión que la Católica, es aplicable a los mismos todo lo dispuesto en el párrafo anterior”.

No solamente otorgó la libertad religiosa a los extranjeros residentes en España sino que también a los propios españoles, lo que pisoteaba la constitución de 1845 y el Concordato de la Santa sede de 1851. Tras estos acontecimientos, siguieron llegando protestantes exiliados a España con unas grandes ansias de extender el protestantismo. La llama volvía a estar encendida, el resurgir protestante era un hecho evidente. Durante esta etapa se fundaron una gran cantidad de iglesias, escuelas, periódicos, editoriales, hospitales, hogares de ancianos y orfanatos protestantes.

Por ejemplo, el periódico evangélico“La Luz” con sede en Madrid, el 27 de noviembre de 1869 publicó:

“El evangelio es hoy anunciado en Madrid, Sevilla, Málaga, Córdoba, Constantina, Cartagena, Ciudad Real, Huelva, Barcelona, Valladolid, Cádiz y la Coruña; 12.000 Biblias, 35.000 Nuevos Testamentos, 500.000 porciones bíblicas y 1.300.000 Tratados circulan por la Península, y todos estos libros son impresos en Madrid” 

Podemos observar el nuevo impacto que están teniendo los protestantes en España gracias a las libertades que dispensaba la Constitución de 1869, y no solamente vemos la libertad religiosa sino también la libertad de prensa, la libertad de asociación y la libertad de crear y mantener escuelas. Se destaca la apertura del primer Instituto Teológico Protestante de Sevilla en julio de 1869, dirigido por el pastor John S.Black, siendo esta la primera institución en la formación de pastores de España, clave para la propagación del protestantismo de la época.

En el año 1870 se modificó el Código Penal donde se sustituyó aquel artículo que condenaba a los protestantes por practicar su religión a un artículo que los protegía a toda costa, sin diferenciación entre católicos y protestantes. En el mismo año se estableció el Registro Civil y con ello el matrimonio civil, facilitando la unión matrimonial entre miembros no católicos.

Pero el periodo del Sexenio Democrático tenía fecha de caducidad, tras la crisis de la Primera República Española (1873-1874) se instaura de nuevo la monarquía borbónica, con la llegada de Alfonso XII. Este episodio marcará el declive del protestantismo español de nuevo.

En conclusión, la Revolución conocida como “La Gloriosa” fue un salto cualitativo para el protestantismo en España. Para los protestantes fue un verdadero “milagro”, llegó a España la libertad que durante tantos años estaban esperando. El texto constitucional de 1869 fue el único del siglo XIX que otorgó la libertad religiosa, de una forma amplia. Que para la época era un gran avance hacia la modernidad. En definitiva este periodo significó un avance en el proceso de implantación del protestantismo contemporáneo en nuestro amado país. Es decir, un paso hacia adelante. 

Bibliografía: 

• BAUTISTA, Juan. Intolerancia y libertad en la España contemporánea: los orígenes del protestantismo español actual. Madrid, Istmo, 1994.


• GARCÍA, Pablo. La iglesia evangélica española, iglesia protestante, 125 años de vida y testimonio. departamento de publicaciones de la IEE. 1994.


• MARTÍNEZ, José María. La España evangélica ayer y hoy. Esbozo de una historia para la reflexión . Barcelona,Clie, 1994.


• SIERRA, Evangelina. Galicia Insumisa. Barcelona, Clie,2018.