En la oración encuentro calma

Era la noche de un día cansado y triste por mil motivos. Simplemente lo había ido silenciando y acallando …

Tarde en la noche, cuando me iba a retirar, y cuando creía que no iba a poder más, comencé a escuchar algo que tenia desde hacía algún tiempo, pero no lo había visto; en ese preciso momento, mi corazón rompió a llorar, simplemente escuché la voz de Dios diciéndome, te lo tenía reservado para este momento, y escuché sin poder derramar ni una sola lágrima física.

Luego pensé que era un viejo himno que no conocía. Cerré los ojos y escuché en el silencio de la noche…

“En la oración encuentro calma,

en la oración encuentro paz;

orar a Dios refresca el alma,

hablar con Dios me da solaz.

Hablar con Dios ¡Qué privilegio!

Abrir mi alma al creador,

sentir que el cielo está abierto

y oír la voz del Salvador.

¡Grande es nuestro Dios!

Y las obras de Su amor;

y Su poder es infinito,

me perdonó mi Salvador.

Hablar con Dios yo necesito,

me da las ganas de vivir,

la vida en Él tiene sentido

pues sé que Él me puede oír.

¡Grande es nuestro Dios!

Y las obras de Su amor,

y Su poder es infinito,

me perdonó mi Salvador.

¡Grande es nuestro Dios!

Y las obras de Su amor,

y Su poder es infinito,

me perdonó mi Salvador.

Luego lo encontré…

No sé quien eres, tampoco sé desde, o cuando me estás leyendo,¿sabes qué Dios todavía habla hoy?

Aquella noche, lo pude comprobar una vez más. Simplemente me dijo lo que necesitaba escuchar, y en el momento oportuno, ¡Cómo tantas veces en mi vida! Simplemente quería compartirlo contigo.

Te invito a volver a escuchar esa vieja canción, deseo que te hable tanto como me habló a mi. ¡Prueba en este mismo instante a hablar con Dios! Ten por seguro que te escuchará, y te volverá a hablar de nuevo.