Billy Graham: hombre clave en el momento clave

Recuerdo de niño haber visto las campañas evangélisticas de Billy Graham en la televisión. Recuerdo escuchar cantar a George Beverly Shea His Eye is on the Sparrow (Feliz cantando alegre). También vi varias de las películas de la Asociación Billy Graham las cuales me dieron una lectura teológica de la ciencia y un mensaje evangelístico.

Por otro lado, Billy Graham tuvo una influencia única en la vida de presidentes y líderes nacionales. También recuerdo verlo como consejero de los presidentes de este país. El estuvo a lado del presidente Nixon hasta el momento de su renuncia. Años después, cuando llegué a ser estudiante en el Seminario Teológico Fuller supe que Billy Graham también había sido miembro del consejo directivo del seminario.

Por otro lado, Dr. Martin Luther King Jr. lo alabó por integrar racialmente sus campañas, no permitiendo que el prejuicio común de ese tiempo hiciera una separación entre las razas durante sus cultos masivos. Aunque no se involucró en el movimiento de los derechos civiles, claramente rechazó el “separado, pero igual” del racismo blanco que se practicaba en ese momento en los Estados Unidos.

Graham fue inovador en la proclamación del evangelio, desarrollando un mensaje y un modelo de evangelismo masivo que motivó a una generación de cristianos y que fue utilizada por el Señor para que cientos de miles de personas confesaran su fe en Cristo Jesús.

Pero también fue un hombre que supo reconocer sus propios errores. Cuando se ligó demasiado a una postura política y fue identificado con una línea en particular, supo pedir disculpas y trabajar hacia relaciones bi-partidistas. Su mensaje fue uno de esperanza y su estilo fue conectar a las personas, no de tomar líneas partidistas y crear divisiones.

Somos muchos los que damos gracias a Dios porque en su tiempo levantó a un hombre como Billy Graham. Habló a una generación y fue usado por Dios de una manera única. También somos muchos los que echamos de menos ese espíritu de unir y de buscar trabajar con cristianos de muchas tradiciones.

No buscamos a otro Billy Graham porque sabemos que Dios obra en diferentes maneras en cada generación. Pero si nos urgen hombres y mujeres con su disposición.

En esta época de división y separación necesitamos líderes como Graham, dispuestos a trabajar por la unidad de las iglesias y por la unidad nacional. Nos urgen personas que sepan pedir perdón por confundir posturas políticas con el evangelio.

Nos urgen cristianos y cristianas que amen tanto a sus vecinos, no importando su raza, religión o trasfondo, que harían todo lo posible por compartirles el mensaje de amor de Cristo Jesús.