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Protestante Digital

 
El Pensamiento Cristiano XXIII
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Constantino: ¿benefactor de la iglesia de Dios?

Síntesis histórica de Juan Crisóstomo Varetto acerca de quien sentó las bases de la Iglesia Católica Apostólica Romana y el monárquico Estado de  Vaticano. Diferencia entre ‘iglesia’, ‘las iglesias’ e Iglesia.

AGENTES DE CAMBIO AUTOR Óscar Margenet 18 DE JUNIO DE 2017 14:00 h

“Nada más difícil que ser justo con este personaje (01). Sus actos no permiten colocarlo entre el número de los verdaderos discípulos de Cristo, y al mismo tiempo es imposible desconocer su sinceridad y profundas simpatías al cristianismo. Su actuación en relación con los cristianos fue, sin duda, equivocada, pero él no fue el único culpable de sus errores. Los mismos obispos que le rodeaban deben cargar con mucha de la responsabilidad“. Así opina Varetto (02) sobre este personaje tan discutido. Sigamos leyendo:



“Acerca de su primera educación religiosa no se poseen datos suficientes. Su padre demostró alguna inclinación al cristianismo. Su madre Elena, si no cristiana declarada, era también adicta al credo de los que tanto sufrían por su fe. Como los cristianos eran numerosos, no es extraño que Constantino haya tenido trato con algunos de ellos en su juventud, y que esto lo haya predispuesto en su favor. Fue testigo de la persecución bajo Diocleciano (03). Se encontraba en Nicomedia cuando ésta principió, y las escenas de fanatismo y barbarie que presenció, formaban un notable contraste con las ideas de tolerancia que profesaba su padre. Pudo ver que en el cristianismo había algo que no podía ser destruido ni con fuego ni con la espada más aguda. 



Cuando fue proclamado Augusto por las legiones que su padre había conducido a Britania, es decir el año 306, se mostró aún ligado al paganismo y en el año 308 ofreció sacrificios en el templo de Apolo por la buena marcha de su reinado. Creía que era deudor a los dioses por la buena suerte de su carrera. Sólo después de sus victorias contra Majencio es que hace sus primeras declaraciones públicas en favor del cristianismo, esto es, en el año 312, cuando llegó a ser único emperador de Occidente. 



Las circunstancias que produjeron este cambio en la conducta de Constantino tienen como única explicación lo que se llama la historia de la visión de la cruz. Daremos el relato como ha sido transmitido a la posteridad por Eusebio (04), quien dice que se lo relató al mismo Constantino, asegurándole con juramento que todo lo que le decía era la pura verdad. He aquí el relato. Cuando Majencio estaba haciendo sus preparativos para entrar en campaña y se encomendaba a los dioses de su predilección, observando escrupulosamente las ceremonias paganas, Constantino se puso a pensar en la necesidad que tenía de no confiar únicamente en la fuerza de sus armas y valor de sus soldados, Los fracasos de los últimos emperadores disminuían su confianza en el poder protector de los dioses, y vacilaba acerca de la actitud que debía asumir. El ejemplo de su padre, quien creía en un solo Dios omnipotente, le recordó que no debía confiar en ningún otro. Se dirigió por lo tanto a este Dios, pidiéndole que se le revelase y que le diese la victoria en la próxima batalla que estaba por librar. Mientras estaba orando vio, suspendida en los cielos, una cruz refulgente y debajo de ella esta inscripción: Touto Nika. Se dice que la visión fue vista por todo el ejército que se dirigía a Italia, y que todos se llenaron de asombro. Probablemente la inscripción fue vista en el idioma del emperador, el latín: In Hoc Signo Vinces lo que significa: Con este signo vencerás. Mientras Constantino estaba pensando en la visión, Cristo le apareció en sueños con el mismo símbolo que había visto en el cielo, y le dijo que formase una bandera según ese modelo para usarla como protección contra los enemigos. 



Esto dio origen al lábaro, estandarte que está suspendido en una cruz y que lleva la X como monograma de Cristo. Después de esta visión, Constantino hizo llamar a varios maestros cristianos, a quienes preguntó acerca de sus creencias y de la significación del símbolo que le había aparecido, 



La visión puede ser muy bien el fruto de la mente exaltada de Constantino y la exageración que siempre sigue a los hechos de esta naturaleza, pudo añadir que todo el ejército la vio. El sueño en el cual él vio a Cristo, también pudo haber sido cierto, pero no hay que deducir que se trate de una aparición real de Jesucristo. El príncipe de la paz diseñando un estandarte de guerra, es una idea que pudo tener Constantino u otro militar entusiasta, pero que no está de acuerdo con las ideas enseñadas por Cristo. Rafael pudo imaginar a los ángeles volando por encima de los cadáveres de los soldados del ejército vencido, pero no es por esto dado admitir que el cielo se complazca en acciones de guerra. Estas ideas caben en las doctrinas del Antiguo Testamento, pero no son admisibles en el Nuevo. Desde entonces la cruz empezó a ser un amuleto, tanto para los militares como para los civiles. La confianza en el Cristo vivo fue sustituida por la confianza en la cruz material. Esto llegó a ser una verdadera superstición que repugna a la espiritualidad de las ideas cristianas. En el foro fue levantada la estatua del emperador sosteniendo una cruz con esta inscripción: ‘Por medio de esta señal saludable, el verdadero símbolo del valor, liberté a vuestra ciudad del yugo del tirano’. 



En el año 313 se promulgó en Milán el edicto por medio del cual se concedía la libertad de profesar el cristianismo. Al mismo tiempo se concedía este derecho a todas las religiones. Desde este edicto data lo que se llama la paz de la iglesia. 



También se ordenaba que las propiedades de los cristianos que habían sido confiscadas durante la última persecución, fueran devueltas a sus primitivos dueños, indemnizando los perjuicios que sufriesen los que habían adquirido esas propiedades. 



Desde que Constantino tomó esta actitud con los cristianos, aumentó considerablemente el número de los que abandonaban el paganismo. Las iglesias se hicieron cada vez más multitudinarias. No se exigía para ingresar a ellas pruebas de una genuina conversión y todo se reducía a una mera profesión exterior. Las costumbres simples que habían caracterizado a los cristianos, empezaron a desaparecer. El lujo y la pompa entró en las iglesias, y el espíritu ceremonial se manifestó cada vez más profundo. 



Constantino se rodeó de consejeros que profesaban el cristianismo, pero que habían perdido, o nunca conocido, la piedad real. Otros que en días de pruebas se habían mantenido cerca del Señor, al verse favorecidos por el monarca, se hicieron mundanos, perdiendo toda influencia espiritual. Los altos cargos en el palacio imperial fueron confiados a cristianos nominales y estos favores contribuían a que las iglesias se llenasen de hipócritas que veían en la profesión del cristianismo un medio fácil de alcanzar distinciones oficiales. Los obispos y demás dirigentes del cristianismo, lejos de impedir estas manifestaciones de hipocresía, parece que se hallaban muy satisfechos del nuevo rumbo que tomaban las cosas. 



No obstante, Constantino no había renunciado al paganismo, en cuyos actos participaba por varios años más, después del edicto de Milán. Nunca abandonó el título de Pontifex Maximus del paganismo y en muchos de sus actos demuestra inclinación a la superstición que por otra parte se esforzaba en destruir. 



En varios casos aparece como queriendo emplear la fuerza para hacer desaparecer las viejas y caducas formas del culto, pero sus ataques al paganismo siempre tuvieron algún justificativo delante de la opinión pública, porque iban dirigidos contra los actos en que se manifestaba el espíritu bajo e inmoral de aquel culto. Hizo demoler el templo y bosque sagrado de Venus en Apaca, de Fenicia, porque era notorio que aquel centro de pretendida devoción era un verdadero lupanar y foco de la más grosera inmoralidad. Por la misma razón hizo suprimir los ritos abominables que tenían lugar en Heliópolis de Fenicia. También suprimió un célebre templo de Escolapio en Sicilia, frecuentado por muchos peregrinos que acudían llevados por la fama de los sacerdotes que pretendían tener poderes sobrenaturales para curar toda clase de enfermedades. El templo estaba lleno de ofrendas donadas por las personas que se creían deudoras al santuario. Para poner fin a tanto engaño Constantino ordenó que el templo fuese demolido. Muchos de los objetos de arte que habían adornado éste y otros templos fueron llevados para adornar el palacio imperial. 



La destrucción de templos paganos y los favores manifiestos acordados a los cristianos, en nada contribuían en favor del verdadero carácter religioso del pueblo. Los que eran paganos de convicción seguían siéndolo con más fervor, otros caían en un completo escepticismo y los que venían a aumentar las filas de los cristianos, no traían la base de la regeneración que sólo puede hacer eficaz la profesión de un credo que pide a sus adeptos una vida santa y ejemplar. 



Una medida que tuvo grandes consecuencias en la futura historia del cristianismo fue la fundación de la ciudad de Constantinopla. El emperador parece no hallarse a gusto en una ciudad cuyo carácter pagano no era fácil hacer desaparecer. No hay dudas de que causas políticas también influyeron sobre el ánimo de Constantino cuando resolvió mudar la capital a la nueva ciudad que levantaba dándole su nombre. Roma era el centro del paganismo y al iniciar una nueva orientación en los destinos de la nación, también quería tener una nueva capital donde el arte cristiano substituyese el arte de la gentilidad y donde las nuevas instituciones pudiesen florecer sin obstáculo. 



Sobre la vieja ciudad de Bizancio, situada en uno de los puntos más estratégicos del universo, se levantaría la nueva capital, la nueva Roma, llamada a ser el centro de la mitad del Imperio durante largos siglos. Dentro de sus nuevos y fuertísimos muros no habría templos paganos que hiciesen recordar al pasado en decadencia. Por todas partes se levantarían iglesias cristianas decoradas con un arte nuevo y despojado de todo recuerdo del viejo sistema. Los mejores obreros de todo el Imperio fueron enviados a trabajar en los magníficos palacios que ostentaría ese nuevo centro de cultura. Todos contribuían entusiastas a la realización del sueño dorado de Constantino. Las ciudades de Grecia eran despojadas de sus mejores obras de arte, que eran llevadas para contribuir al embellecimiento de Constantinopla. 



En el año 321 Constantino publicó el siguiente edicto, relacionado con el descanso dominical, que los cristianos observaban ya desde los tiempos de los apóstoles: ‘Que todos los jueces y todos los que habitan en las ciudades, y los que se ocupan en diferentes oficios, descansen en el venerable día del sol, pero que se deje a los que están en el campo, usar de su libertad para atender los trabajos de la agricultura, porque a menudo sucede que otro día no es apropiado para sembrar grano y plantar viñas, no suceda que se pierda la ocasión favorable que el cielo conceda’. 



Este decreto fue dado con el objeto de favorecer a los cristianos, haciéndoles más fácil la observancia del día dominical. Es sabido que les era sumamente dificultoso, en las ciudades, consagrar este día a cosas puramente espirituales, viviendo en una sociedad que no tenía la misma costumbre. Constantino al implantar el reposo semanal, no lo hizo en el sentido rigurosamente religioso. Ordenaba el descanso, pero no como acto devocional, de modo que su observancia no implicaba una conformidad al cristianismo. Como estadista aventajado no dejaba de comprender que sería beneficiosa para los habitantes en general, una práctica que había sido de general aplicación entre los israelitas y que había dado siempre los mejores resultados. El domingo es llamado en el edicto de Constantino, día del sol, como se le llama aún en inglés y otros idiomas europeos. 



La designación de día dominical era peculiar a los cristianos tal nombre no hubiera sido entendido por los paganos a quienes se dirigía especialmente el edicto, porque los cristianos no necesitaban de esa orden de carácter oficial para observar el día que les traía el grato recuerdo de la resurrección del divino Maestro. 



Constantino, sin llegar tan lejos como a hacer del cristianismo la religión oficial del Estado, dispuso de los fondos públicos para favorecer al clero, sentando así la base de lo que llegó a ser la unión de la iglesia con el estado. Error funesto, que causó grandes e incalculables perjuicios tanto, a la religión como al poder civil. Las iglesias dejan entonces de depender de la protección de su Señor celestial para depender de la protección de los gobiernos. Su fuerza, ya no está más en el testimonio de sus mártires muriendo heroicamente en la arena del anfiteatro. Su gloria ya no sería la cruz ignominiosa de la cual pendió el Salvador. El falso brillo del mundano oropel iba muy pronto a cegarla. Los cristianos creían que había llegado el día de su humillación y derrota, cubiertas de la apariencia engañosa de las cosas perecederas de este siglo que se deshace. 



La correcta idea neo testamentaria de la iglesia empieza a desaparecer. Ya no se habla, sino en muy raros casos, de las iglesias, refiriéndose a las congregaciones locales que mantenían el culto cristiano. Se habla en cambio de "la iglesia'' incluyendo en estar frase a la gran masa de los que se denominaban cristianos. El doctor William J. McGlothlin (05), profesor de historia eclesiástica dice: "La independencia y significación de la iglesia local sucumbe y se pierde en el predominio y poder de las iglesias de las grandes ciudades, y éstas a su vez se confunden en el concepto de una iglesia universal (católica) que contiene a todos los cristianos y a muchas personas indignas. Se la considera como a una entidad en sí misma, independiente de sus miembros, santa, indivisible e inviolable, no más como a una comunidad de salvados, sino como a una institución que salva, fuera de la cual no hay salvación". 



El espíritu clerical, que desde hacía tiempo había empezado a ganar terreno en las iglesias, matando la gran verdad bíblica del sacerdocio universal y espiritual de los creyentes, pudo sentarse en su poco envidiable trono cuando Constantino empezó a conceder privilegios a los obispos y demás personas que ocupaban puestos en relación con la obra cristiana. Al pasar de las catacumbas al trono, dejaron sepultados en el olvido, la fe, el amor y todas las virtudes que forman el carácter del cristiano. 



Con la protección del estado, como dijo Alejandro Vinet: la religión dejó de ser una cuestión del cielo y se hizo una cuestión del suelo. 



Parecerá extraño que el emperador, que participaba en todos los actos de la actividad eclesiástica, que trataba con los obispos, que convocaba concilios, y que prácticamente había tomado la dirección de la iglesia, aún no había sido bautizado, y no lo fue hasta los últimos días de su vida. Ya tenía sesenta y cuatro años de edad y hasta entonces había gozado de muy buena salud física. Ahora empieza a sentir que sus fuerzas flaquean. Dejó entonces a Constantinopla y se retiró a la ciudad de Helenópolis, recientemente fundada por su madre, para disfrutar allí de la suave temperatura de la primavera, tan deliciosa bajo ese hermoso cielo límpido. Cuando se sintió mal acudió a la iglesia del lugar e hizo la confesión de fe necesaria para entrar a ser considerado catecúmeno. De ahí pasó a residir a un castillo cerca de Nicomedia, a donde llamó a un grupo de obispos y rodeado de ellos, fue bautizado por Eusebio, obispo de Nicomedia. Esto tuvo lugar poco antes de su muerte, ocurrida en el año 337. 



¿Por qué dejó Constantino el bautismo para los últimos días de su vida? Algunos creen que teniendo la idea popular de que ese rito limpia del pecado quería esperar al fin de su vida para tener menos pecados cuando la muerte viniese a llamarlo. Otros aseguran que por mucho tiempo había abrigado el pensamiento de efectuar un viaje a Palestina y ser bautizado en el Jordán y que por esto había demorado tanto la cuestión de su formal incorporación al cristianismo.”



Próximamente, nos ocuparemos de: Constantinopla, el arrianismo y el Concilio de Nicea. Hasta entonces, si Dios lo permite.



 



-------ooooooo0ooooooo-------



Notas



Ilustración: estatua en bronce de Constantino, fuera de la Catedral de York (Reino Unido).



A propósito del título: ‘iglesia de Dios’ se encuentra mencionada siete veces en el NT; ‘iglesia’ (minúscula y singular): 41 veces; ‘las iglesias’ (minúscula y plural): 18 veces. Como podemos apreciar el NT nunca usa ‘Iglesia’ (con mayúscula y singular). Este último uso es el dado por los hombres al institucionalizarla. 



01. Flavio Valerio Aurelio Constantino, llamado Constantino I, El Grande (272 o 274 – 337) sucedió a Constancio Cloro (su padre) y fue sucedido por Constantino II (su segundo hijo). El autor ya se refirió a Constantino I en su artículo: http://protestantedigital.com/magacin/41561/El_Estado_el_ejercito_y_las_primeras_iglesias_cristianas



02.  La Marcha del Cristianismo, páginas 150-158.



03.  Nos ocupamos de esta terrible página de la historia  en los dos artículos previos al presente: http://protestantedigital.com/magacin/42290/Diocleciano_los_cristianos_y_Trump y http://protestantedigital.com/magacin/42342/Diocleciano_fobia_a_las_Escrituras_y_herejias 



04.   Eusebio de Cesarea (260 o 263 – 339) conocido como padre de la historia eclesiástica.



05.   (1867-1933). Destacado teólogo norteamericano y director del Seminario Bautista del Sur.



06.   Alexandre Vinet (1797-1847), crítico y teólogo suizo.



Las citas y empleo de negritas son responsabilidad del autor.


 

 


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COMENTARIOS

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Óscar Margenet Nadal
27/06/2017
13:40 h
30
 
Rectifico mi post #29: debí citar en mi respuesta al post #27 de Luis Alberto; no el #15 como erróneamente cité. Pido disculpas por las molestias.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

JRRiudoms
23/06/2017
16:03 h
22
 
#20 Oscar Margenet: Estimado hermano, del sábado vfue santificado y bendecido por el mismo Creador, mucho antes dee la existencia de Moisés. El 4º mandamiento de la Ley de Dios (que no de Moisés) es claro: "Acuérdate...". A mi conocimiento, Varetto no demuestra nada sobre la observancia del "primer día de la semana"; y el registro neotestamentario al que usted hace referencia, no lo veo por ninguna parte en las Escrituras, como ya he comentado en #11 y #16. Atentamente, y buen sábado
 
Respondiendo a JRRiudoms

flash
25/06/2017
16:00 h
28
 
Estoy de acuerdo con la expresión "Varetto no demuestra NADA", pero el amigo Oscar lo defiende a capa y a espada tratando de demostrar lo indemostrable. El autor en mención no tiene el rigor de HISTORIADOR.
 
Respondiendo a flash

Óscar Margenet Nadal
23/06/2017
12:10 h
21
 
A post #17: efectivamente Luis Alberto. Por esa razón he asumido la responsabilidad de verificar lo que dice yendo yo a las fuentes, tal como tú mismo haces. Te recuerdo que repites como una muletilla este asunto y ya van varias veces que criticas la frase final de Varetto. Cuando terminemos el libro y lleguemos a ella puedes estar seguro que te responderé una sola vez al respecto. Mientras tanto me pregunto ¿por qué Luis Alberto nunca me responde a mis preguntas?
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

JRRiudoms
23/06/2017
10:40 h
19
 
#17 flash: La iglesia católica romana se embriagó con la sangre de los santos mediante la inquisición. Le recomiendo el libro de Ellen G, White "El conflicto de los siglos" [se puede consultar gratuitamente en numerosas páginas web por internet], donde hay numerosas fuentes bibliográficas... y bíblicas. Atentamente
 
Respondiendo a JRRiudoms

Óscar Margenet Nadal
22/06/2017
10:05 h
13
 
A post #11: estimado JRRiudoms, repito a Varetto: "los cristianos no necesitaban de esa orden de carácter oficial para observar el día que les traía el grato recuerdo de la resurrección del divino Maestro". ¡Se reunían en el primer día de la semana (el NT no habla de 'domingo' ni 'día del sol')! El primer día seguía 'al de reposo judío'. Ver: Mateo 16:21; 17:23; 20:19; 28:1-7; Marcos 16:2, 9; Lucas 24:1; Juan 20:1,19,26; Hechos 2:1, 14, 41; 20:7; 1ª Corintios 16:2; Apocalipsis 1:10. DTB.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

JRRiudoms
22/06/2017
18:19 h
16
 
#13: Textos de los evangelistas: Nadie niega que Jesucristo al tercer día resucitó (Lucas 23:56: "[...] y descansaron el sábado, conforme al mandamiento"). Los textos de los evangelistas y de Hechos y 1 Corintios no pueden sustentar la eliminación del 4º mandamiento de la Ley de Dios. El sábado fue apartado por Jehová-Dios para beneficio de la creación toda, antes de la aparición del pueblo judío (Génesis 2:2, 3). ·El "día del Señor" hace referencia a la 2ª venida de Xto. (cf. Ap. 12:17, 19:10).
 
Respondiendo a JRRiudoms

Óscar Margenet Nadal
22/06/2017
09:43 h
12
 
A post #8: estimado Antoine, gracias por tu acotación. Veyne refuerza el hecho que la confesión de fe es individual; nadie puede creer por nosotros; ni nosotros creer por otros. Siempre pienso ¡cuán difícil debe haber sido para un hombre tan poderoso - como lo fue Constantino - vivir su fe en el Cristo de su declarada visión y ejercer su tremendo poder terrenal! Un fraternal saludo.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

flash
24/06/2017
15:54 h
26
 
Amigo Galo, San Agustín habla de Constantino en “Ciudad de Dios”, en una “carta” y en un “sermón”. Sesenta veces nombra el santo al emperador y lo alaba por su acción contra los donatistas. Agustín dice que el emperador fue amigo de la verdad, de la unidad de la Iglesia y de la justicia. Que Constantino tenía sus partes “oscuras”, es evidente que el santo lo sabía, pero le interesa más la doctrina que la política.
 
Respondiendo a flash

Galo Nómez
23/06/2017
19:50 h
24
 
Bueno. Si se las daba de columpio entre el bien y el mal, pensando en su propio pellejo, veo muy difícil que ahora esté gozando en la presencia del Señor. Y sí. El arrianismo fue condenado en el concilio de Nicea,convocado bajo insinuación de Constantino, que se reunió para definir justamente la doctrina y el dogma de la trinidad
 
Respondiendo a Galo Nómez

Óscar Margenet Nadal
21/06/2017
21:08 h
9
 
A post #7, estimado Galo, Eusebio de Cesarea era amigo de Arrio; pero cuando se convirtió en la mano derecha de Constantino y dio el discurso de apertura del Concilio de Nicea I (como lo veremos próximamente) se puso en contra de la doctrina de su amigo. Finalmente, tras la muerte del emperador restableció su amistad y doctrina con Arrio. El arrianismo sostuvo que Jesucristo era un ser creado, no preexistente a la Creación. Negó que fuese perfecto hombre y perfecto Dios. Bendiciones.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

flash
24/06/2017
17:33 h
27
 
Estimado Oscar, una cosa es ser "amigo" y otra "simpatizar" con Arrio. La herejía de Arrio, hoy está de regreso a través de algunas sectas que se dicen "cristianas", por ejemplo: los testigos de Jehová. Solía decir San Agustín: soy cristiano y católico, y él es el único que conoce mejor que nadie la doctrina de Arrio. Saludos
 
Respondiendo a flash

Óscar Margenet Nadal
22/06/2017
13:48 h
15
 
En post #9 rectifico: donde dije 'Eusebio de Cesarea' debí decir 'Eusebio de Beirut'. Pido disculpas por el error. Gracias por tomar nota.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

Óscar Margenet Nadal
20/06/2017
18:23 h
6
 
A post #3, estimado Luis Alberto: si relees el artículo verás que mezclas cosas comprobadas históricamente que menciona Varetto (con las citas correspondientes), con otras que no lo son y que traes por cuenta propia al foro. ¿Cuál es para tí el fondo del artículo? En tu propia opinión (no en la de muchos) ¿fué el emperador Constantino benefactor de la iglesia de Dios? Me gustaría leer tu respuesta. DTB.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

flash
21/06/2017
23:20 h
10
 
Mi estimado Oscar, yo diría que la intención del artículo en mención es (como siempre) DESPRESTIGIAR a la ÚNICA Iglesia que Jesucristo ha fundado sobre la persona de Pedro y con la gran mentira de engañar a los incautos haciéndoles creer que Constantino FUNDO la Iglesia Católica. Ahí está el bautista Daniel Sapia que en su blog "conoceréis la verdad" desprestigiaba a la Iglesia. Saludos
 
Respondiendo a flash

Óscar Margenet Nadal
20/06/2017
18:12 h
5
 
A post #2, estimado Luis Alberto: si las personas confundidas que citas leyeran este artículo, seguramente saldrían de su confusión. Compártelo y las ayudarás. DTB.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

Óscar Margenet Nadal
20/06/2017
18:10 h
4
 
A post #1, estimado Luis Alberto: entré en un buscador para ver quién es Daniel Sapia. No entiendo con qué fin lo citas en tu comentario. Creo que con lo que Varetto dice en su artículo sobre este punto es más que suficiente. DTB.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

Óscar Margenet Nadal
27/06/2017
10:30 h
29
 
A post #15, efectivamente Luis Alberto no es lo mismo 'amigo' que 'simpatizante'. La Historia afirma que Eusebio de Beirut fue 'amigo' de Arrio (¿tiene algo de malo que lo fuera?). En efecto: ¿qué es para tí un 'amigo' cuando antepones ese sustantivo al pronombre como haces conmigo? Por si respondes por 1a. vez a una pregunta mía, te dejo otra: ¿qué es para tí un 'simpatizante'? Hasta ahora NUNCA has respondido a ninguna de mis preguntas. Pero es mi obligación moral hacértelas. Dios te bendiga.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

Óscar Margenet Nadal
23/06/2017
22:25 h
25
 
A post #22, Estimado JRRuidoms: 1.Varetto cita al ‘primer día de la semana’ 3 siglos antes de la introducción imperial del ‘domingo’ o ‘día del sol’. 2.Tú 'por ninguna parte' de la Biblia ves ‘primer día de la semana’; yo en 17 'partes' (mi post #13). 3.Tú insistes con el sabbath (Éxodo 20:8), día de reposo o último de la semana judía. 4. "El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado" (Marcos 2-27 NVI) Por favor lee Romanos 14:5.13; Gálatas 4:1-11; Colosenses 2:1-23. DTB.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

Óscar Margenet Nadal
23/06/2017
16:16 h
23
 
A post #18: estimado Luis Alberto, dejemos la historia secular para los historiadores seculares; los hechos históricos que tienen que ver con los seguidores de Cristo veámoslos a la luz de las Escrituras. El artículo que parece no has leído es sobre si Constantino fue realmente un benefactor de la iglesia de Dios. Tú pareces no desear responder esta pregunta tan simple como honesta que vengo haciendo sin éxito. ¿A todos los que llamas 'amigo' le haces lo mismo?
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

Óscar Margenet Nadal
23/06/2017
12:05 h
20
 
A post #16: estimado JRRiudoms, en ningún momento leo que se ataque aquí tu derecho a guardar el sábado mosaico. Simplemente NO SE TRATA ese tema. Respetando tu posición doctrinal, que no hay por qué discutir en este chat, te sugiero releas el artículo; verás que Varetto demuestra que la iglesia de Dios que edifica Jesucristo tal como prometió, NO OBSERVABA el 'domingo', ni el 'día del sol' decretados por Constantino ¡3 siglos después! sino el 'primer día de la semana' como registra el NT. DTB.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

flash
23/06/2017
01:24 h
18
 
En general, amigo Oscar, Constantino no halla buena acogida entre los actuales historiadores protestantes, seguidores en puntillas de Lutero. Se tiene la impresión de que, si pudieran, le negarían de buen grado toda grandeza histórica; y como no pueden, se contentan con poner de relieve su crueldad. Tal como lo hace el “historiador” J.C.V. Saludos
 
Respondiendo a flash

flash
23/06/2017
00:56 h
17
 
Amigo Oscar, en el libro “la marcha del cristianismo” del “historiador” J.C.V de 284 páginas, no figura NINGUNA fuente bibliográfica, en otras palabras: no tiene el rigor histórico de un historiador serio. Me llama la atención cuando en la pág.281 del mencionado libro se lee: “Y nada pudo Roma papal embriagándose con la sangre de los santos”. Muy lamentable este final. Saludos
 
Respondiendo a flash

Óscar Margenet Nadal
22/06/2017
10:17 h
14
 
A post #10: estimado Luis Alberto; en lugar de responder en concreto a mi pregunta del post #6 vuelves a repetir lo de tu post #1 que no viene al caso. Si quieres dialogar respóndeme a mi pregunta como yo respondo puntualmente a tus posts. Repito: "En tu propia opinión (no en la de muchos) ¿fué el emperador Constantino benefactor de la iglesia de Dios?". Si tienes la amabilidad de responderme explica con tus propias palabras por qué sí o por qué no. Gracias y Dios te bendiga.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

JRRiudoms
21/06/2017
23:34 h
11
 
Es fantasioso escribir: "el descanso dominical, que los cristianos observaban ya desde los tiempos de los apóstoles". El "día del [dios] Sol" nunca fue de veneración en tiempos de los apóstoles. Fue una imposición que a la nueva institución religiosa le resulto favorable para "separarse" del judaísmo a ojos del emperador romano y de los paganos (éstos sí adoradores del dios Sol). Haríamos bien en no olvidar lo que el mismo Jesús dijo sobre la Ley de Dios (que no de los hombres) en Mateo 5:17-19.
 
Respondiendo a JRRiudoms

Antoine
21/06/2017
20:15 h
8
 
Gracias Oscar. En su libro “El Sueño de Constantino”, el historiador francés Paul Veyne opina con Varetto que la conversión de Constantino no fue un acto político, sino sincero.
 
Respondiendo a Antoine

Galo Nómez
20/06/2017
19:33 h
7
 
Cabe agregar que Eusebio, quien bautizó a Constantino, era un falso profeta (hereje en el lenguaje teológico católico) Las circunstancias en que el emperador recibió el sacramento motivaron a varios pensadores, entre ellos Agustín de Hipona a impulsar el bautismo infantil, presionando a su vez a las autoridades eclesiásticas en aras de imponerlo
 
Respondiendo a Galo Nómez

flash
20/06/2017
02:58 h
3
 
Lo que me parece un chiste es lo que se sostiene que Constantino convocó el Concilio de Nicea con la finalidad de ser reconocido “de facto” como “cabeza” de la Iglesia. El emperador ciertamente tenía interés especial en que el imperio se mantuviera en paz. No conozco una fuente histórica seria que afirme que Nicea fue convocado por Constantino PARA ser reconocido como “cabeza” de la Iglesia. Si tienen esa “fuente histórica” le agradeceré que me avisen. Salvo que el historiador Veretto las tenga
 
Respondiendo a flash

flash
20/06/2017
02:53 h
2
 
Muchos creen que Constantino se convirtió en el primer “papa”. Eso es mentira porque al tiempo de ser entronizado Constantino el Papa era San Silvestre. Otros sostienen que Constantino fundo la Institución religiosa, llamada “Iglesia Católica Romana” en el año 313. Otra mentira sin evidencia histórica. Lo que hizo Constantino fue establecer la libertad de religión en el Imperio Romano. Con esto cesaron las persecuciones.
 
Respondiendo a flash

flash
20/06/2017
02:51 h
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Daniel Sapia es un hermano presbiteriano que en su blog cuyo nombre es “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” dice textualmente: “Constantino supuestamente se convirtió en cristiano en el año 313 d.., con esta supuesta “conversión” dio categoría oficial a la Iglesia cristiana en colaboración con el paganismo. Ahora la iglesia cristiana era un cuerpo religioso reconocido por el Imperio cuya cabeza era el mismo Constantino.
 



 
 
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