La soledad del pulgar

“La soledad es muy hermosa, cuando se tiene a alguien a quien decírselo”  Gustavo Adolfo Bécquer

“ El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los defiende” Salmo34:7

Existe una fábula africana que cuenta que cuatro dedos y un pulgar, vivían juntos en una mano. Además, eran tremendamente amigos e inseparables. Un día, vieron un anillo de oro junto a ellos, y.. Ya se sabe, todos lucharon para poder quedárselo.

El pulgar comenzó a gritar, y a decirles a sus compañeros que aquello estaba mal; pero los otros cuatro dedos le replicaron de todo, le dijeron que era un cobarde y un santito de palo.

A partir de entonces, se acabó aquella preciosa amistad y convivencia de los cinco dedos y amigos. ¿Pensáis que al pulgar le importó mucho? Supongo que no le gusto demasiado todo lo que estaba pasando, pero escogió quedarse sólo, antes de seguir el camino de sus compañeros de mano.

Termina la leyenda preciosa africana diciendo que, debido a todo esto, el pulgar sigue manteniéndose separado de los otros dedos.

Me parece una fábula bellísima, al mismo tiempo que muy triste; y el pensamiento me vuela a las veces que nos tenemos que ver solos en nuestro caminar por la vida, si queremos permanecer firmes y leales a los mandatos de Dios, a lo bueno, a todo lo que denota bien.

Cuando medito en todo esto, pienso en personajes de la Biblia que tuvieron que sufrir soledad, como consecuencia de elegir el buen camino.

¿Recordáis el precioso capítulo de Proverbios 3? “Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas” Prov 3: 5 y 6.

El primer personaje bíblico que me viene a la mente es Noé. Vivía en un momento en el que la tierra estaba llena de maldad, maldad de todo tipo que llegó hasta Dios con dolor.

Pero Noé decidió no participar de todas aquellas obras, y ¡me encanta!...... “Noé hallo gracia a los ojos de Dios” y ocurre toda la historia bien conocida del arca. Un arca que le trajo salvación a él, y a todos los suyos.

Otro personaje bíblico que pasó por mucha soledad, fue José. Aquel muchachito escogido por Dios, amado por su padre, pero envidiado y odiado por sus hermanos. En el fondo lo que subyacía era la más feroz envidia, pero la disfrazaron de todo le hicieron de todo hasta venderlo como esclavo.

Luego llegó a la casa de Potifar, al cabo de un tiempo, bajó a la cárcel injustamente; pasó por muchos lugares hasta llegar casi al trono… El pozo húmedo y solitario, las ataduras de un esclavo, las falsas acusaciones….. Pero había un precioso secreto en la vida de José, un secreto que se repite una y otra vez… “

Más el Señor estuvo con José” nunca lo soltó ¡nunca! Y eso lo ayudo a sostenerse fiel en medio de todo; pero la soledad fue su compañera durante muchísimos años.

Luego, me acuerdo de alguien que, simplemente, me hace emocionar, Moisés, el príncipe de Egipto. Soledad en la canastilla, soledad vestida de seda y terciopelo en palacio, soledad en Madián, soledad ante la zarza ardiente, soledad en el desierto, y soledad al morir… Hasta un punto, porque en cada momento de su viva, el Señor estuvo con él, hasta en el momento de su muerte en el Pisga.

¿Alguien puede imaginarse la soledad que tuvo que pasar David, cuidando su rebaño? .. Y frente a Goliat, y cuando era perseguido por Saúl, cuando su propio hijo Absalón le traiciona, cuando peca, cuando muere aquel bebé….. Pero era un hombre conforme al corazón de Dios, y a pesar de todo, jamás le faltó Su compañía.

Creo que podría tocar y tocar personas por el estilo. Pero lo voy a dejar aquí, y no puedo dejar de nombrar a una mujer, una mujer que me encanta, Hadassah, Esther, Estrella persa….. Vivió soledad desde su niñez, cuando le arrebataron a sus padres.

Fue criada por su primo Mardoqueo, llegó a la fuerza al palacio de Asuero. Pasó por situaciones tremendamente difíciles y duras, en las que tuvo que tomar decisiones muy firmes.

Pero tal como su nombre indica, mirto, permaneció muy fuerte y tremendamente firme ante su soledad, y la decisión de……. “Y si perezco, que perezca”. Una mujer fuerte y valiente, rodeada, en medio de muchas cosas buenas, de una profunda soledad. Pero nuevamente , Dios estaba con ella, salvó a su pueblo y fue reina persa.

¡Soledad! Algo muy duro de soportar, pero que muchos llevan por dentro sin que nos demos ni cuenta. Pero el gran secreto, y la buena noticia, es que nos falte lo que nos falte en esta vida, cualquier vacío del corazón, o cualquier circunstancia dura que podamos atravesar, es absolutamente frustrante e insoportable para quien no tiene a Dios en su vida.

Para el hijo de Dios, las cosas duras vendrán igual, pero ese gran secreto, es que tiene a Dios dentro, fuera, rodeándole, envolviéndole… Del mismo modo que a Noé, José, Moisés, David, Esther…. Y eso, lo hace todo diferente.

Hoy quiero regalarte dos cosas. La primera es uno de mis Salmos más queridos, el salmo 34. Entre otras muchas otras cosas maravillosas, me hace bendecir a mi Señor porque Su ángel será siempre conmigo protegiéndome, acompañándome y defendiéndome.

El otro regalo, es una preciosa canción del tercer álbum de Annette Moreno, “Un ángel llora”. Es una canción dura que lleva por título “Soledad”. Es dura, pero podría ser la historia de cualquiera que esté leyendo, el protagonista de la canción sufre una soledad inmensa que parece que nadie comprende, hasta que halla un amigo que puede llenar todos sus vacíos , tristezas y soledades, se llama Jesús ¿No te gustaría conocerle?

Te invito a hacerlo en este momento, está ahí, a tu lado, y te ama tanto que dio Su vida por ti en la Cruz del Calvario. Simplemente extiende tu mano y te envolverá en el más precioso abrazo de Amor que hayas conocido nunca.