Colin Kaepernick y el ritual cívico/religioso norteamericano

No rendir tributo a los símbolos sagrados tiene fuertes repercusiones para los desobedientes. Su acto es visto como deslealtad al conjunto de quienes consideran, por ejemplo, marcas identitarias dar honores a la bandera y entonar el himno nacional.

Estas acciones forman parte de un acto cívico pero que tiene mucho de religioso, ya que el fervor patrio expresa lealtad y declaración de supremacía frente a otras identidades.

Después de los demenciales ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York, en ceremonias públicas de todo tipo se intensificó el canto del himno estadounidense y el saludo a la bandera. Así ha sucedido en cada juego de la National Football League, y el ritual es muy bien preparado por especialistas en producción televisiva.

Hace casi dos meses un jugador decidió permanecer sentado durante el ritual cívico/religioso. Su acción desató un debate en todo el país acerca de los valores nacionales de Estados Unidos. Sobre el asunto escribí en el diario mexicano La Jornada. A continuación reproduzco mi artículo:

Sin ponerse de pie se levantó para protestar contra un sistema discriminador. El mariscal de campo de los 49´s de San Francisco, Colin Kaepernick, está desafiando las estructuras y prácticas que criminalizan a las minorías étnicas, o que siendo mayoría son minimizadas y tratadas con desdén, por el establishmment policiaco de los Estados Unidos.

En los años recientes el trato violento de la policía contra los afroamericanos ha resultado en cientos de muertos, y en varios de esos aniquilamientos las víctimas fueron personas inermes que recibieron disparos policíacos injustificados y alevosos.

Tommie Smith y John Carlos

En distintas ciudades norteamericanas las comunidades afroamericanas, acompañadas por blancos, latinos y asiáticos, han demostrado su indignación aglutinados bajo el lema “Black lives matter” (Las vidas negras son importantes). Sus movilizaciones buscan ser “Not a moment, but a movement” (No un momento, sino un movimiento), para ganar respeto a su dignidad personal y comunitaria, así como que se haga justicia en los casos de abusos policíacos y se desmantele la construcción sistémica que infravalora la afroamericanidad .

Como forma de protestar contra la injusticia social y la opresión a las minorías en Estados Unidos, Kaepernick decidió permanecer sentado al momento en que se interpretaba el himno nacional estadounidense en el juego de pretemporada del 26 de agosto contra los Empacadores de Green Bay. Su gesto inmediatamente tuvo repercusiones para él.

La mayoría de comentarios en la prensa y redes sociales le fueron adversos, aunque también hubo solidaridad para su acto de rebeldía. Colin explicó así su decisión de no levantarse en la ceremonia donde se entonó el himno: “Voy a seguir estando del lado de la gente que está siendo oprimida. Para mí, esto es algo que tiene que cambiar. Cuando haya un cambio significativo, y sienta que esa bandera representa lo que se supone que tiene que representar y este país represente a la gente de la manera en que se supone debe hacerlo, entonces me pondré de pie” .

El jugador ha cumplido la palabra dada, en cada juego de los 49’s se queda en la banca o con una rodilla en tierra, mientras las cámaras transmiten a millones de espectadores su rechazo al nacionalismo que exalta el himno.

Los supremacistas blancos han mostrado furia contra Kaepernick, incluso Donald Trump comentó que la acción del mariscal de campo era “una desgracia y [algo] muy perjudicial para el espíritu de la nación”. El presidente Obama respaldó el derecho de Colin a no sumarse en la ceremonia de honores a la bandera y canto del himno.

La solitaria protesta de Colin Kaepernick está ganando apoyos entre otros jugadores de distintos equipos de la liga de fútbol americano. Casi en cada juego varios corpulentos atletas permanecen con una rodilla en tierra y/o con un puño en alto.

Rosa Parks

Tal vez la mejor evaluación del acto que ha despertado encendidas controversias en los medios informativos de Estados Unidos, sea la que hizo en el The Washington Post Kareem Abdul-Jabbar, jugador de baloncesto y líder anotador de canastas de todos los tiempos: “Lo que debe de causarle horror a los estadounidenses no es la elección de Kaepernick de permanecer sentado durante el himno nacional, sino que casi 50 años después de que [Muhammad] Alí fuera expulsado del boxeo por su postura [de rehusarse a ser reclutado por el ejército] y de que los puños en lo alto de Tommie Smith y John Carlos [en una ceremonia de premiación durante las Olimpiadas de México en 1968] causaron ostracismo público y numerosas amenazas de muerte, todavía necesitamos llamar la atención a las mismas inequidades raciales”.

La negativa de Colin Kaepernick para ponerse de pie en la ceremonia ya mencionada, está en línea con acciones de protesta como la de Rosa Parks. El primero de diciembre de 1955, exhausta tras una larga jornada de trabajo, Parks se negó a levantarse y cederle su asiento en el autobús para que fuese ocupado por alguno de los blancos que iba de pie. Por ley, en Montgomery, Alabama, la “gente de color” debía viajar en la parte trasera de los autobuses, y ceder el asiento si algún blanco(a) lo requería. Ante la desobediencia de Rosa Parks, el conductor del autobús llamó a la policía y ella fue arrestada.

La decisión de Rosa Parks de permanecer sentada, su posterior arresto y juicio, desató la organización de un movimiento de protesta que se gestó en la Iglesia Metodista Afroamericana Monte Sión. El pastor bautista Martin Luther King resultó elegido para presidir el movimiento que organizó un boicot contra el sistema de transporte de Montgomery. Rosa Parks y el doctor King serían personajes emblemáticos del Movimiento por los Derechos Civiles, el que tuvo como antecedente el coraje de una mujer afroamericana con su negativa a levantarse de su asiento.

Ante la mala temporada de los 49’s de San Francisco, en parte debido al mal desempeño del mariscal de campo Blaine Gabbert, Colin Kaepernick tendrá la oportunidad de regresar al campo de juego el próximo domingo. La presión sobre él será muy alta, tendrá que ponerse de pie para entrar al emparrillado, pero no lo hará para saludar a la bandera y cantar el himno.