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Protestante Digital

 
Juan Sánchez Núñez
48
 

Dialogando sobre la homosexualidad con Will Graham

Una respuesta a sus críticas sobre mi libro “Ética teológica y homosexualidad”.

ACTUALIDAD 05 DE AGOSTO DE 2016 17:45 h

Introducción.



Quisiera comenzar mi respuesta agradeciendo al hermano Will Graham sus artículos sobre mi libro “Ética teológica y homosexualidad” (1); el hecho de exponer públicamente sus críticas y mencionarme expresamente en el titulo de los mismos, no puedo sino interpretarlo como una invitación a dialogar sobre las bases bíblicas, éticas y teológicas expuestas en los cinco estudios que componen mi libro.



Por desgracia, el hermano Will, en sus artículos, sólo ha realizado diversas críticas a los dos primeros de mis estudios, obviando los tres siguientes, que son precisamente aquellos en los que hago un estudio detallado de las bases bíblicas, éticas y teológicas que sustentan mi postura de aceptación de las personas homosexuales en la iglesia.



El hecho de concentrarse en los dos primeros de mis estudios le lleva, obviamente, a considerar solamente las cuestiones introductorias, donde expongo el marco teórico general donde situar hoy la valoración específicamente cristiana de la homosexualidad, algo que realizo, como he mencionado, en los tres últimos estudios.



 



La identidad evangélica



Pero antes de analizar sus críticas quisiera expresar la profunda tristeza que me produjo leer la respuesta que el hermano Will Graham dio a Jorge Varón, quien hizo un comentario a uno de sus artículos; le dice: “Sí, eso es lo que me molesta a mí, que emplean nuestro nombre. Que se hacen pasar por evangélicos. ¿No sería más honesto que se llamen 'creyentes progresistas, modernistas, secularistas' o algo por el estilo?”



Hermano Will, el nombre de “evangélico” no le puede ser negado a quien encuentra en el evangelio de Jesucristo la razón de su existencia; a quien se ha encontrado en el evangelio de Jesucristo con el Dios misericordioso que le salva; a quien mantiene una relación personal con su Señor y Salvador: Jesucristo.



Y esto mismo que confieso personalmente, estoy convencido que puede hacerse extensivo a todos los miembros de la Iglesia Evangélica Española, que con humildad pero con plena conciencia de lo que significa, dan testimonio del Evangelio de Jesucristo en esta tierra nuestra desde el siglo XIX, sufriendo, en muchas ocasiones, oposición y persecuciones.



Es por ello que el calificativo “evangélico” es tan nuestro como de todo aquel que lo considere la base firme de su identidad.



Y si comparto mi tristeza para iniciar esta respuesta es porque su comentario me ha hecho revivir experiencias de rechazo y condena sufridas en mi infancia y adolescencia, allá por los años 60 del siglo pasado, cuando siendo hijo de un pastor evangélico en un pueblo de Jaén, mis conciudadanos me negaban mi identidad “española” por ser protestante; para ellos era imposible ser “español” y protestante, pues el hecho de serlo me excluía, automáticamente, del hecho de ser “español”.



De igual modo, hermano, en su comentario siento rechazo y condena de mi identidad evangélica, precisamente de aquello que constituye la raíz y el fundamento de mi identidad personal. Le aseguro que ni en la modernidad, ni en el secularismo, ni en el progresismo encuentro las razones que me identifican como lo que soy: un humilde discípulo de Jesús, salvado y santificado por su Evangelio.



No creo que el hecho de tener una comprensión diferente de la suya respecto a alguna doctrina, valoración moral, tradición eclesial, etc., sea una razón suficiente para romper nuestra comunión en el Evangelio de Jesucristo.



Hermano, si me detengo en esto es por el dolor que me ha producido su comentario; cuando discrepamos acerca de alguna valoración moral o doctrinal, no creo que esté en juego nuestra comunión en el Evangelio de Jesucristo. A no ser que piense que sólo puede tener comunión en el Evangelio de Jesucristo con quien opine exactamente igual que usted acerca de todas las doctrinas, normas morales, prácticas eclesiales, etc., que se han ido creando a lo largo de toda la historia de la iglesia cristiana.



¿Es esa la comunión que genera el Evangelio de Jesucristo? Sinceramente creo que no, hermano. Desde mi punto de vista la comunión de las iglesias evangélicas en España sólo mostrará a nuestra sociedad el amor de Dios, si ese amor preside nuestras relaciones, es decir, si esas relaciones se realizan bajo la inspiración de esta antigua máxima: “En lo esencial, unidad; en lo opinable, libertad; y en todo, amor”. Estoy convencido de que es el mejor modo de vivir la comunión, de gestionar la unidad en la diversidad.



 



La homosexualidad en las iglesias evangélicas de Europa y América



Pues bien, hermano, la primera consideración que quiero hacer está relacionada con su última crítica a mi segundo estudio, una crítica que en realidad no lo es, pues no creo que puedan criticarse las fuentes de inspiración de ninguna persona.



Su última crítica dice: “Sánchez encuentra inspiración en un pastor gay en Turín”.



Como decía, en realidad esta afirmación no constituye una crítica, pues el hecho de que yo encuentre inspiración en un pastor evangélico de Turín, o en Calvino, o en Lutero, o en Agustín de Hipona, no creo que pueda ser criticado; por el contrario, lo que sí puede ser objeto de crítica son los resultados de esa inspiración, es decir, si esa inspiración me acerca o me aleja del Evangelio de Jesucristo.



Pero es más, me sorprende que usted dirija su crítica a lo que no es más que un ejemplo de un tema que me parece central en mi estudio, y que usted parece no haber comprendido en absoluto: el hecho de que el proceso de discernimiento que estaba llevando a cabo la Iglesia Evangélica Española de cara a la aceptación de las personas homosexuales como miembros de sus iglesias, era un proceso que ya habían efectuado otras muchas iglesias hermanas en Europa y América.



Y quisiera detenerme un poco en este punto porque me parece de gran relevancia en el conjunto de mis estudios.



El caso del pastor homosexual de la iglesia bautista de Turín lo menciono como ejemplo de las conclusiones a las que han llegado muchas iglesias hermanas nuestras; y si en mi estudio hablo de Italia, es simplemente porque la situación de este país la conozco de primera mano.



Esto es lo esencial de mi planteamiento, hermano, que la Iglesia Valdense de Italia, con el testimonio evangélico que mantiene en este país desde hace tantos siglos, haya decidido, después de un profundo proceso de discernimiento ético, bíblico y teológico, aceptar a las personas homosexuales en sus iglesias como miembros con los mismos derechos y deberes que cualquier persona heterosexual.



Resulta muy fácil consultar los documentos que han estudiado las iglesias, los debates sinodales y las resoluciones finales de los distintos Sínodos que se han pronunciado sobre estas cuestiones; pues todo ello es fácilmente accesible en internet.



Y lo mismo puedo decir de las iglesias bautistas y metodistas en Italia. Pero no sólo en Italia. También es fácilmente consultable en internet todo lo referente a las iglesias protestantes en Francia, donde no sólo se aceptan a las personas homosexuales sino que en su último Sínodo han aprobado la bendición matrimonial de las parejas homosexuales. Y lo mismo podría decir de la Iglesia Evangélica Alemana, y de otras muchas iglesias en Holanda, Suecia, Canadá, etc.



Cuando la Iglesia Evangélica Española avanza en esta dirección, y acepta a las personas homosexuales como miembros de pleno derecho en sus iglesias, no es una iglesia “extraña” y “singular”, un “caso único” en el mundo; es una más de tantas iglesias hermanas como en todo el mundo han llevado a cabo un profundo estudio del tema; y sobre bases éticas, bíblicas y teológicas, han llegado a la conclusión de que es un pecado no aceptar como miembro de las mismas a una persona por su condición sexual, equivalente al pecado de no aceptarla por su sexo o su etnia.



Y no, hermano Will, esta última afirmación mía no es una afirmación deshonesta, y mucho menos significa confundir la homosexualidad con el feminismo o el racismo.



 



La homosexualidad y la ciencia



En su quinta crítica a mi segundo estudio usted dice: “Sánchez confunde la homosexualidad con el racismo y el feminismo”



Hermano, creo que no ha entendido mi argumentación, que viene a ser la misma que acabo de presentar: que no aceptar como miembro de nuestras iglesias a una persona homosexual es equivalente a no aceptarla por su sexo o su etnia. Es evidente que esto no es confundir, es equiparar. Y creo que con razones sólidas y concluyentes, tal y como expongo en mis estudios sobre el tema.



Me extraña que usted califique este argumento de deshonesto y malintencionado, es más, que incluso en su crítica número ocho llegue a decir que es un argumento “sucio”. Hermano, los argumentos son falsos o verdaderos, bien fundados o falaces, pertinentes o peregrinos, etc., pero no deshonestos, malintencionados o sucios.



En realidad esos calificativos sólo se me pueden aplicar a mí, y en ese caso no pueden sino constituir una ofensa, la cual no quiero sino obviar, interpretando, más bien, que son una manifestación del efecto que le produce tener que enfrentar un argumento de consecuencias tan deletéreas para su postura.



Y copio literalmente su quinta crítica: “Uno de los argumentos más deshonestos y peor intencionados de Sánchez es cuando compara la homosexualidad con el racismo y el feminismo (20). El problema con esta analogía es que el color de la piel y el género de una persona no son cuestiones éticas, pero la homosexualidad sí lo es. Dios nunca condena a nadie por su color de piel ni por su género en las Escrituras. Sin embargo, sí censura la actividad homosexual una y otra vez”.



Hermano, aquí estamos en uno de los puntos fundamentales en los que es necesario entendernos, pues constituye una base a partir de la cual nuestras argumentaciones emprenden caminos diferentes.



Es importantísimo determinar si la homosexualidad es una cuestión ética, o si por el contrario es una cuestión antropológica, equivalente al color de la piel de una persona o de su género.



Usted está convencido que es una cuestión ética. Pues bien, hermano, lo que yo afirmo rotundamente es que antes que una cuestión ética, la condición homosexual de una persona es una cuestión antropológica, equivalente a la condición étnica o de género de cualquier persona; y baso esta afirmación en los estudios científicos sobre el tema.



En la crítica número tres de su segundo artículo, usted dice: “Sánchez justifica la homosexualidad en base a la biogenética”, y argumenta:” las cosas no son tan claras como Sánchez nos quiere dar a entender. ¿Nos quiere decir que la ciencia moderna está unánimemente de acuerdo en que la homosexualidad no es una elección? Esperamos que no. Y si insiste en decir que es así, que nos comparta las fuentes de los estudios tan conclusivos que tiene en mente”.



Por más que usted, hermano Will, espere que no sea así, lo que yo afirmo claramente en mi estudio es que sí, que “la ciencia moderna está unánimemente de acuerdo en que la homosexualidad no es una elección”. Y considero justo que usted solicite las fuentes en las que apoyo mi afirmación.



Aunque quizá habría que empezar diciendo que están disponibles para cualquier persona que quiera informarse al respecto en multitud de libros y artículos, fácilmente consultables en internet; además de en la fundamentación de las leyes que regulan los derechos de las personas homosexuales emitidas en Ayuntamientos, Parlamentos nacionales, el Parlamento Europeo, etc.; y en los informes emitidos al respecto por instituciones dedicadas a la salud pública como la APA (Asociación de Psiquiatría Americana), la Organización Mundial de la Salud, etc.



Ni el segundo estudio de mi libro, ni ésta respuesta, constituyen un espacio adecuado para exponer detalladamente la historia del estudio científico de la homosexualidad; aunque voy a reseñar brevemente los principales hitos de la misma, con el fin de facilitar su estudio.



Fue en el siglo XIX cuando se empezó a estudiar si la homosexualidad podía considerarse una enfermedad, ya que las leyes que la condenaban necesitaban fundamentar sus penas científicamente, y sospechaban que si en realidad constituía una patología médica, las leyes debían tener en cuenta este hecho.



Pues bien, después de más de un siglo de debates científicos sobre el tema, en el año 1974, la APA (Asociación de Psiquiatría Americana), considerada como institución de Salud Pública de referencia a nivel mundial, eliminó la homosexualidad del Índice de enfermedades mentales.



No todos los profesionales de la APA apoyaron esta decisión, así que los que se oponían lucharon para que la homosexualidad volviera a incluirse en la lista de trastornos, patologías o enfermedades. No lo consiguieron, al contrario, en 1986 fue ratificada la decisión aprobada en 1974 por la mayoría de sus miembros.



Al ser la APA reconocida como una institución de referencia mundial en estas cuestiones, diferentes instituciones, también de ámbito mundial, comenzaron a reconsiderar su postura; y así la Organización Mundial de la Salud eliminó en 1990 a la homosexualidad de su lista de Enfermedades y otros Problemas de Salud; la Asociación Médica Norteamericana, la Asociación de Psicología Norteamericana, etc. han actuado de la misma manera.



Pero no sólo los profesionales de la ciencia, sino que las leyes y los gobiernos de los países de nuestro entorno social y cultural, corroboran esta visión de la homosexualidad y adoptan las mismas medidas que la APA y la Organización Mundial de la Salud. Así lo hizo el Reino Unido en 1994, o la Sociedad China de Psiquiatría en 2001, etc.



Es en base a esta realidad que yo comienzo mi segundo estudio, dedicado precisamente a presentar la valoración de la homosexualidad en nuestros días, citando las leyes que distintos Estados han aprobado reconociendo el matrimonio homosexual, y equiparándolo, en muchos casos, al matrimonio heterosexual.



Hermano Will, no soy yo quien hace esta afirmación, es el conjunto de todas las instituciones científicas, sociales, políticas, jurídicas, etc., de nuestras sociedades occidentales, las que parten de esta visión actual de la homosexualidad, y afirman que “la ciencia moderna está unánimemente de acuerdo en que la homosexualidad no es una elección”.



Las instituciones de nuestras sociedades no emiten juicios morales a la ligera, ni legislan sin fundamento moral alguno; su valoración de la homosexualidad está fundamentada científica y antropológicamente; jurídica y filosóficamente. Basta conocerlo mínimamente para ser consciente de ello.



Es evidente que no puedo seguir ampliando esta información, simplemente le proporciono algunos datos a partir de los cuales seguir investigando:



El 13 de julio de 1981, la Comisión de Cuestiones Sociales y de la Salud del Consejo de Europa presentó y expuso públicamente un informe sobre la discriminación hacia las personas homosexuales, acompañado de un proyecto de recomendación y de un proyecto de resolución, que fueron aprobados el 1 de octubre de 1981.



El Parlamento Europeo también ha adoptado varios acuerdos referentes a las personas homosexuales. El 13 de marzo de 1984 aprueba la Resolución sobre las Discriminaciones Sexuales en el Lugar de Trabajo, en la que se advierte que, en la lucha contra las discriminaciones de cualquier tipo, no se pueden ignorar o aceptar pasivamente las discriminaciones de hecho o de derecho contra las personas homosexuales. Deplora todas las formas de discriminación basadas en la orientación sexual del individuo y pide que se evite, en los estados miembros, que las personas homosexuales sean víctimas de discriminaciones en la contratación laboral y en las condiciones de trabajo.



En 1992, la clasificación internacional de enfermedades (CIE-10) dejaba de incluir la homosexualidad en la lista de «trastornos psicológicos y del comportamiento o de la orientación sexual». Además, añadía una nota en el mismo sentido: «La orientación sexual en sí misma no se considera trastorno».



Como le decía, no puedo extenderme en este sentido, simplemente le invito a tener en cuenta que en base a esta visión científica de la homosexualidad, se extraen estas afirmaciones antropológicas: que una persona recibe su condición homosexual por las mismas causas que otra persona recibe su condición heterosexual; y son estas bases científicas y antropológicas las que llevan consigo hacer una valoración moralmente positiva de los actos homosexuales de las personas homosexuales.



Como ve hermano, nos movemos en un campo de reflexión que es fundamentalmente humano, y que es previo a nuestra valoración teológica. Y es que no podemos presentarnos en la “plaza pública” con el prejuicio de que las leyes que aprueba nuestra sociedad en defensa de las personas homosexuales son moralmente condenables, simplemente porque no las han fundamentado bíblicamente.



Hermano, no podemos decir que lo que nuestra sociedad dice que es moralmente bueno, es moralmente malo, sólo “porque Dios lo dice así en la Biblia”.



Nuestra sociedad sabe que con este argumento las iglesias cristianas han justificado las guerras, la esclavitud, la segregación racial, la discriminación de la mujer, etc.; y hoy en día, la discriminación de las personas homosexuales. Y aún más, nuestra sociedad sabe que “lo que Dios dice en la Biblia” no puede deducirse de una lectura literalista del texto bíblico, sino que exige la intervención de las ciencias históricas, literarias, hermenéuticas, teológicas, etc.



Los comités de ética de muchas instituciones de nuestra sociedad están formados por profesionales de muchos ámbitos del conocimiento, es decir, juristas, médicos, biólogos, psicólogos, filósofos, teólogos, etc.; es decir, la ética es una disciplina interdisciplinar (que es lo que yo afirmo en mi estudio, y evidentemente esto no significa confundir la ética con la ciencia); y cuando llevan a cabo una afirmación ética, en este caso que los actos homosexuales de un matrimonio homosexual son moralmente positivos, normalmente suele ser el resultado de un discernimiento interdisciplinar.



Como le digo, hermano, no podemos decir que esos actos homosexuales son moralmente condenables, ignorando las bases científicas, antropológicas, éticas, jurídicas, etc., que sustentan la valoración moral positiva que de los mismos se lleva a cabo en la mayoría de nuestras sociedades occidentales.



Y no digo esto por mero “esnobismo cronológico”, sino fundamentalmente porque en la Biblia no podemos encontrar ninguna valoración antropológica de las personas homosexuales, simplemente porque los autores bíblicos ignoraban esta realidad. Como expongo detalladamente en mis tres últimos estudios, la Biblia sólo condena los actos homosexuales que se practicaban en su sociedad, los cuales se realizaban en un marco idolátrico y/o de violencia sexual.



 



La homosexualidad de la que habla la Biblia



Hermano, no creo que sea justo decir que mi reflexión ética no es bíblica, pues he dedicado dos estudios detallados a los textos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Simplemente usted los ignora, indicado que todo ello se encuentra refutado en un libro, y que no es necesario ni siquiera dialogar sobre ello.



Pues bien hermano, ni el libro que usted cita, ni obviamente sus artículos, tienen en cuenta la decisiva importancia exegética y hermenéutica que los textos que cito en mis estudios, a saber, los de 2ª Macabeos y Sabiduría, tienen para la comprensión de la homosexualidad en la Biblia.



Estos textos nos proporcionan una valiosísima información histórica para entender el marco idolátrico en que los textos bíblicos sitúan los actos homosexuales, (no a las personas homosexuales, ya que sería verdaderamente anacrónico pedir esa distinción a los textos bíblicos).



Es en base a estos textos que podemos estudiar el texto de Pablo en Romanos, y comprobar cómo Pablo cita “casi literalmente” a Sabiduría, y sitúa los actos homosexuales en un marco de idolatría, cuando describe la “impiedad e injusticia” de los paganos. A estudiar esto detalladamente dedico el tercer estudio de mi libro.



Pero es más, también Pablo tiene en cuenta la ética teológica del Levítico, y a estudiar este texto dedico el cuarto de mis estudios. En él expongo las últimas investigaciones exegéticas sobre el tema, mostrando cómo la prostitución sagrada es la realidad contra la cual se pronuncian esos textos del Levítico que condenan los actos homosexuales.



Como usted debe saber, sólo estos dos textos hablan explícitamente de actos homosexuales en la Biblia, el resto de referencias a los mismos son exegéticamente muy discutibles, aunque también a ellos les dedico algún comentario en mis estudios.



La conclusión que extraigo de todos estos estudios está claramente expresada en mi libro: la Biblia no pronuncia una condena general y universal de todos los actos homosexuales, sólo de aquellos que ella contempla: actos homosexuales realizados en un marco de idolatría y/o violencia; luego no sería justo hacer extensiva esa condena hoy en día a los actos homosexuales de dos personas homosexuales que se amen.



No es de extrañar que la conclusión a la que he llegado, después de todos estos estudios, es que las personas homosexuales tienen todo el derecho a ser admitidas como miembros de nuestras iglesias, en igualdad de condiciones, con cualquier otra persona heterosexual; y que los actos homosexuales a través de los cuales una pareja homosexual realiza su vida sexual, no sólo no son pecado, sino que son una bendición de Dios para sus vidas.



 



Una palabra final para continuar dialogando



Hermano, supongo que en este marco de diálogo (la web de Protestante Digital) no puedo extenderme más; sin embargo he de decirle que no creo que sea necesario que dedique más comentarios al resto de sus críticas, pues pienso que en esta respuesta puede encontrar las claves de interpretación que le permitan revisar esas críticas y entender que son fruto de una mala comprensión de lo expuesto por mí en el conjunto de los cinco estudios de mi libro, de los cuáles usted parece haber leído sólo dos.



Así que me gustaría terminar esta respuesta comunicándole mi voluntad de seguir abierto al diálogo, y pidiéndole a nuestro Dios que el Espíritu de su Hijo Jesucristo nos ayude a crecer en comunión y a ser un testimonio fiel de su Amor en nuestra sociedad. Un abrazo, hermano.



 



Notas:



1. Nota del editor: En anteriores ediciones del Magacín, el autor de Protestante Digital Will Graham publicó dos artículos de crítica al libro "Ética teológica y homosexualidad" de Juan Sánchez. A solicitud de Sánchez, publicamos el siguiente artículo, a modo de réplica.


 

 


48
COMENTARIOS

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Protestantólogo
12/08/2016
17:39 h
46
 
A unos les dijeron- en nombre de una ciencia “evolucionista” con ínfulas de infalible-, que eran descendientes directos de animales sin alma, conciencia ni valores, entonces procedieron como tal, entregados a cuánto les venía en ganas, deslizándose en todo tipo de perversión sexual, consumismo desenfrenado, hedonismo y tiranía, arrasando con los recursos de su entorno, matando “científicamente” a niños, ancianos, enfermos y débiles. A otros, que eran evaluados como “poco menor que los ángeles”.
 
Respondiendo a Protestantólogo

Protestantólogo
12/08/2016
12:47 h
45
 
Mi máximo respeto y cariño hacia quienes han adquirido o creen poseer la condición homosexual desde antes del nacimiento, y a quienes lidian con la atracción hacia el mismo sexo. En el fondo se trata de una lucha entre Creación y Caída, de un estado “natural” a otro predominantemente artificial, cultural, sociológicamente tutelado. De acuerdo a múltiples testimonios, la “terapia reparativa” realmente eficaz- y única- es la conversión del corazón al dador de la fe y de la vida, Cristo Jesús.
 
Respondiendo a Protestantólogo

Óscar Margenet Nadal
11/08/2016
17:46 h
41
 
Gracias Noemí por tu reto. Ocurre que en pocas iglesias evangélicas se animan a abordar el tema de la sexualidad a la luz de la Biblia. Lo opuesto en el mundo secular es la educación a los niños para que cada uno escoja el sexo que desee, al tiempo que califica de anacrónico el perfecto diseño divino. Peor aún, e injustificable, es pretender apoyar prácticas pecaminosas -homosexualidad incluida- con el Evangelio de Cristo. No denunciar a los falsos maestros es ser sus cómplices. Dios te bendiga.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

Alfonso Chíncaro (Perú)
12/08/2016
21:47 h
47
 
Saludos Oscar (41) y Noemí (37,43,44). Yo también veo una especie de autocensura masiva en las iglesias para tratar el tema del homosexualismo, una suerte de aturdimiento. He llegado a pensar que hay temor o, quién sabe, amenazas veladas. Varias veces he visto eso escrito en comentarios en la web, pero no hay ninguna denuncia o declaración para asegurar algo así de grave.
 
Respondiendo a Alfonso Chíncaro (Perú)

Noemí
12/08/2016
11:08 h
44
 
(1/2) Por otro lado, es triste que en las Iglesias no se hable del tema. Parece que aún pensamos que unos pecados son peores o más vergonzosos que otros. Hemos de aprender a ver las cosas como Dios las ve. Nuestro orgullo es abominable a Él, nos puede llegar a destruir nosotros mismos y a los demás; o lo horrible que es la mentira, la codicia, el no honrar a los padres... El pecado es pecado, es lo que provocó la crucifixión de Cristo y todos hemos de arrepentirnos de igual manera. Bendiciones.
 
Respondiendo a Noemí

Noemí
12/08/2016
11:00 h
43
 
(1/1) Gracias hermano Óscar por tu respuesta. En el colegio uno de los objetivos en educación infantil es que los niños y niñas aprendan a distinguirse, aceptarse y valorarse como tales. Y como maestra, tanto yo como mis compañeras (que no son creyentes) siempre lo hemos hecho así. Si la cosa cambia (y espero que no), me negaré en rotundo a enseñar a niños de tres años que pueden elegir. Si son niños, son niños. Si son niñas, son niñas. Así de simple. Y ellos lo entienden perfectamente.
 
Respondiendo a Noemí

Protestantólogo
11/08/2016
14:00 h
40
 
Poco se dice sobre otras causales de la homosexualidad, como podrán ser el abuso psicológico- vía autoridad- a que son sometidos niños y adolescentes en colegios e institutos, conminándolos a revisar o reflexionar sobre un posible cambio de orientación sexual; abusos sexuales sufridos o problemas emocionales generados en la infancia; el papel de las drogas, en asociación a promiscuidad; el enseñoramiento hostil y opresor de sicópatas; la carencia de lazos emocional-espirituales, el vacío de fe.
 
Respondiendo a Protestantólogo

EZEQUIEL JOB
09/08/2016
12:25 h
32
 
Tintín, con todo respeto, para Dios es pecado ya en la mente, si te sientes atraído por la mujer de tu vecino ya es pecado, hay que confesarlo (1Jn1:9), si se lleva a cabo (adulterio) es pecado consumado y su fruto es la muerte (Rom6:23). (Pro 21:4 Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado.)(Stg 1:15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.). Los gays son pecadores desde la mente.
 
Respondiendo a EZEQUIEL JOB

EZEQUIEL JOB
12/08/2016
04:56 h
42
 
Jedidías (35) (2/2) El PECADO es PECADO antes de realizarlo, cuando es aceptado en el Corazón codicioso (Mat5:28), en esta etapa es cuando se desea o se siente atraído (Stg 1:14), y se debe confesar (1Jn1:9) y rechazarlo. Los homosexuales tienen pensamientos impuros y los aceptan, pecan antes de consumarlos. El Señor Jesús fue tentado en todo, pero solo en su mente, en su corazón no había codicia ni lascivia, ni concupiscencia, por lo tanto no se sentía atraído ni tenía malos deseos.
 
Respondiendo a EZEQUIEL JOB

Jedidías
09/08/2016
21:26 h
35
 
A lo que Tintin se está refiriendo es a la tendencia que genera tentación. La atracción que usted menciona no es ese tipo, sino el deseo profundo de realizar ese acto impuro. Jesús no dijo que la tentación fuera pecado, no confundamos las cosas. De hecho, vencer la tentación es a lo que estamos llamados. Si fuera como usted dice, Jesús no sería perfecto, pues Él mismo fue tentado. Sentirse atraído (o tentado) por algo es una cosa. Desearlo profundamente o hacerlo, es otra.
 
Respondiendo a Jedidías

EZEQUIEL JOB
09/08/2016
12:38 h
33
 
En realidad los versos 22 y 23 de Levítico 18 es una misma oración, se refieren a una misma cosa, la proposición "ni" con la que empieza el verso 23 es parte de una expresión a un solo hecho o cosa de la que se habla, en mi opinión, ante Dios el homosexualismo es equiparable a la zoofilia.
 
Respondiendo a EZEQUIEL JOB

ANGEL
08/08/2016
13:58 h
24
 
Y aún cuando esa postura llegase a ser mayoría, ¿La haría automáticamente correcta, por tal razón?
 
Respondiendo a ANGEL

Jedidías
09/08/2016
21:23 h
34
 
No, claro que no. Totalmente de acuerdo. Pero lo he escrito porque parece que uno de los argumentos del autor es que esta decisión no es exclusiva de la IEE. Claro que no lo es. Sabemos que hay más iglesias tomando ese tipo de decisiones. Pero no es algo tan amplio como él pretende afirmar.
 
Respondiendo a Jedidías

Alfonso Chíncaro (Perú)
08/08/2016
21:07 h
28
 
Para entender la última frase, debo añadir que si Pablo tuvo carácter para impedir a los judíos que obliguen a los gentiles seguir reglas importantísimas como la circuncisión, de sobra también habría defendido la valoración antropológica a la que alude Juan Sanchez ante ellos.
 
Respondiendo a Alfonso Chíncaro (Perú)

Óscar Margenet Nadal
12/08/2016
22:09 h
48
 
Respuesta a Noemí (43/44). Admiro a los docentes que aman a sus niños respetando el diseño divino. D. F. Sarmiento decía 'El niño aprende de aquél a quien ama'. Se refiere al inocente amor hacia quien comparte contenidos valiosos de manera responsable, íntegra y sacrificial. El estudio de la hamartiología en la Biblia revela lo horroroso del pecado desde la Caída: mentira, hipocresía, avaricia, soberbia, orgullo, envidia, vanidad. No enseñarla es ayudar a los falsos maestros. Saludos hermana.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

Protestantólogo
11/08/2016
13:59 h
39
 
Sobre el pretendido consenso científico sobre la homosexualidad. Hasta 1973, la homosexualidad era vista por los psiquiatras como “una perturbación sociopática de la personalidad”. El psiquiatra Robert Spitzer intervino para modificar el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales o DSM, la “biblia de la siquiatría”. El supuesto que incorporó giraba en torno al poco científico criterio de angustia subjetiva. El 2001 admitió las terapias reparativas, posteriormente se retractó.
 
Respondiendo a Protestantólogo

Protestantólogo
11/08/2016
13:58 h
38
 
La eliminación de la homosexualidad del DSM, pendió de estrecheces políticas (58% de votos favorables, con apoyo de la Fundación Rockefeller). En 1973 se produjo un vuelco en la Sociedad Americana de Psiquiatría (SAP), primando aspectos sociales, culturales y de derecho de las minorías, que trascendían lo científico y médico. Lo “común” se hizo “normal”, lo que para los detractores significaba redefinir lo desviado como saludable, sin reparar en la incidencia de casos de depresión y suicidio.
 
Respondiendo a Protestantólogo

Noemí
11/08/2016
09:24 h
37
 
¿Nadie va a responder al hecho de que hay hermanos regenerados por la sangre de Cristo que han dejado su vida de homosexual, se han casado y tienen familia? ¿Qué tienen que decir a eso el Sr. Sánchez y los pro-homosexuales? No hace mucho aquí en esta misma página se publicó el testimonio de un ex-transexual que se había operado incluso. ¿Qué dicen a eso? ¿Se atreverán a decir que están fingiendo? ¿Llamarán a la obra de Dios una doble vida? "Esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados". 1Co. 6
 
Respondiendo a Noemí

jorgevaron
10/08/2016
19:36 h
36
 
"No todo el que me llama Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre". ¿donde podemos conocer la voluntad de Dios? ¿En los escritos de Sánchez?, ¿En las afirmaciones de la ciencia, que suelen cambiar con cada giro de paradigma?, ¿en las especulaciones de los "expertos" en teología, exegética, hermenéutica etc? o ¿En las escrituras que contienen la revelación de Dios? Sr Sánchez " El reino de Dios no consiste en palabras, sino en PODER? 1Cor 4:20 .
 
Respondiendo a jorgevaron

Manolo
09/08/2016
08:58 h
31
 
La exposición del señor Sánchez es clara "No podemos decir lo que la sociedad dice que es moralmente bueno, es moralmente malo solo porque Dios lo dice en la Bíblia". Los evangelicos no somos los moralizantes de la sociedad, pero aquellos que hemos conocido el evangélio hay un cambio en nuestras vidas, nos guía la palabra, la sociedad no es la moralizante de la iglesia. Ro.12:2 No os conforméis a este siglo, si no transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. Manolo.
 
Respondiendo a Manolo

Tintín
09/08/2016
06:51 h
30
 
Sánchez justifica la condena de la práctica homosexual por estar en contexto idolatra.Creo q no es concluyente. 2 razones: ¿por qué no se justifican el resto de pecados que aparecen? Gula, fornicación etc. Segundo, incluso concediendo que no haya condena en la Escritura (q no lo creo) ese argumento no es concluyente. ¿Por qué habría q aceptar la práctica homo?¿La aceptaron los apóstoles? ¿Es acorde a naturaleza?Q existieran personas con AMS congénito (algo no probado) tampoco lo justifica
 
Respondiendo a Tintín

Tintín
09/08/2016
06:43 h
29
 
Hay qu distinguir en este y en los siguientes artículos a las personas con AMS (atracción por el mismo sexo) de aquellas que practican actos homosexuales. Evidentemente la AMS de una persona ni es responsabilidad de uno ni por tanto condenable (como si me atrae el chocolate, o la mujer del vecino ¿qué culpa tengo yo?). Realizar actos de gula, adulterio y fornicacion, eso sí es pecado e imputable a mi, la atracción no. En el artículo de Sanchez se mezclan ambas cosas en varios momentos.
 
Respondiendo a Tintín

Galaad
08/08/2016
20:32 h
27
 
...defendido el Evangélio de Jesucristo y lo seguiré haciendo. Internet me ha dado una visión del mundo evangélico ambivalente: por un lado me ayudan muchos de los artículos que leo y por otro, la mayoría de los comentarios que se originan -y que yo mismo puedo hacer- sobre temas "espinosos" son lamentables, más propios de aquellos que "están sin Dios y sin esperanza en el mundo". Admiro su templanza, buenas maneras y respeto a la hora de hacer su rèplica. Un saludo fraternal, Paco Hidalgo.
 
Respondiendo a Galaad

Galaad
08/08/2016
20:14 h
26
 
Hermano Sanchez, cuánto me ha confortado ver su réplica. No entraré en el meollo del asunto, no estámos en común acuerdo al respecto. En alguno de los comentarios del artículo anterior, se nos ha invitado a los evangélicos a denunciar sus afirmaciones, incluso se nos preguntaba si usted es evangélico. Me alegra lo que ha dicho al respecto en su réplica. Me resisto a entrar en ese juego. Lo que realmente me entristece es el ataque contra usted:despiadado y altivo. Durante años creo que...
 
Respondiendo a Galaad

jorgevaron
08/08/2016
19:22 h
25
 
Sr Sánchez, si Dios existe (y por supuesto que existe), es Él (Dios mismo) quien tiene la potestad de imponer las reglas del juego; no nosotros, ni la cultura circundante, ni la cultura clásica, ni ningún escritor imaginativo. La biblia rechaza, por antinatural el homosexualismo y el lesbianismo, ambos son mencionados explícitamente en el nuevo testamento, y tomarse en serio la escritura es lo que hace evangélico a un ser humano. No cito los textos, porque se supone que usted los conoce bien.
 
Respondiendo a jorgevaron

EZEQUIEL JOB
08/08/2016
12:46 h
23
 
¿Cuál es próximo paso del sr. Sánchez?. Decir que el sexo (zoofilia) con animales es permitido mientras no sea "idolátrico"?. (Lev 18:22-23 No te echarás con varón como con mujer; es abominación. Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión.)
 
Respondiendo a EZEQUIEL JOB

Jedidías
08/08/2016
11:54 h
22
 
Cito: «Hermano, no podemos decir que lo que nuestra sociedad dice que es moralmente bueno, es moralmente malo, solo “porque Dios lo dice así en la Biblia”». Yo sí que me atrevo a decirlo y me atreveré siempre. Una cosa es que no pretenda que mi fe intervenga en la legislación de una sociedad donde no todo el mundo la comparte. Los legisladores deben legislar para todos, cristianos y no cristianos. Pero, en nuestras iglesias, sí que debemos afirmar lo que es correcto moralmente según la Biblia.
 
Respondiendo a Jedidías

Jedidías
08/08/2016
09:17 h
21
 
La mayoría de los argumentos tienen una base tan débil, que me parece incluso sorprendente que usted, que se ve que tiene un razonamiento lógico, no se dé cuenta de ello. De hecho, afirma cosas que no son ciertas. LAS iglesias bautistas no apoyan la aceptación de homosexuales como usted indica. ALGUNAS iglesias bautistas lo hacen. Parece que usted quiere sumar apoyos a su postura donde no los hay. De acuerdo con observador. Hoy en día, su postura sigue siendo minoritaria en el mundo evangélico.
 
Respondiendo a Jedidías

Jedidías
08/08/2016
09:14 h
20
 
Tras leer su respuesta, no me ha convencido en absoluto. Primero, si la base bíblica se sustenta en dos libros apócrifos, empezamos mal. Segundo, para dar base científica, usted se basa en que la homosexualidad haya sido retirada de la lista de enfermedades mentales. Mi gusto por el baloncesto no es una enfermedad mental, y, sin embargo, tampoco es una característica genética de mi personalidad. Es una elección. No discutimos que existan tendencias. La elección que hacemos en base a ellas sí.
 
Respondiendo a Jedidías

Alfonso Chíncaro (Perú)
08/08/2016
01:54 h
19
 
Decir: "en la Biblia no podemos encontrar ninguna valoración antropológica de las personas homosexuales, simplemente porque los autores bíblicos ignoraban esta realidad" es un error. Es improbable que el apóstol Pablo, Lucas y el autor de Hebreos desconocieran la valoración antropológica de las personas homosexuales propio de la cultura grecorromana porque dentro de esa cultura desarrollaron sus ministerios. Incluso Pablo evitó que los creyentes gentiles siguieran todo lo que los judíos querían.
 
Respondiendo a Alfonso Chíncaro (Perú)

Alfonso Chíncaro (Perú)
08/08/2016
01:37 h
18
 
Afirmar que "en la Biblia no podemos encontrar ninguna valoración antropológica de las personas homosexuales, simplemente porque los autores bíblicos ignoraban esta realidad" es negar la inspiración de Dios. Si Dios distingue el acto homosexual y no a la persona homosexual es porque, conforme a la revelación de Dios, la persona homosexual no existe como ser creado. Lo único admisible es que una persona homosexual es una persona que ha adoptado dicha conducta como el elemento que define su vida.
 
Respondiendo a Alfonso Chíncaro (Perú)

YOLI
07/08/2016
23:11 h
17
 
Quisiera expresar mi profundo agradecimiento a Juan Sanchez por contestar tan respetuosamente y coherentemente los ataques de Will Graham a su espiritualidad y persona.¿Acaso somos jueces para condenar a los que piensan diferente? Pienso que Dios nunca nos ha llamado a ello. El amor y la justicia son los filtros por los cuales hemos de medir nuestra vida y no las diferentes perspectivas que nos deben llevar al dialogo y al aprendizaje y no a separarnos y atacarnos. Un abrazo Juan.
 
Respondiendo a YOLI

Tintín
07/08/2016
20:56 h
16
 
[2/2] Comentar una cosa desde fuera y sin saber cómo funcionan sus comunidades.Hay algo que me confunde en lo que Ud dice. Habla mucho de "aceptar a los homosexuales como miembros de pleno derecho" y en otros lados salta a "moralidad de actos homosexuales".¿No son temas completamente diferentes?P. Ej. Una persona con propensión a la lujuría será evidentemente aceptado ¿no? Un lujurioso será pecador, pero también aceptado, ¿no?. Es un tema completamente distinto a "la lujuría es moralmente buena"
 
Respondiendo a Tintín

Tintín
07/08/2016
20:48 h
15
 
[1/2]Estimado Sánchez: no comparto su valoración final sobre la homosexualidad y creo que su estudio confunde muchas cosas y se debería discutir paso a paso. Sin embargo, antes que todo eso y más importante, sí comparto con Ud su valoración previa del artículo de Graham: falta de caridad e (por lo que le leo a Ud ahora) hizo una caricatura de su estudio.En eso no puedo estar más de acuerdo.Le animó a que haga una serie de artículos en PD para comentar más tranquilamente su estudio.Bendiciones
 
Respondiendo a Tintín

ANGEL
07/08/2016
18:13 h
14
 
Hay homosexuales que lo son desde pequeñitos, sin que sepan porqué tienen esa tendencia, pero hay otros muchos (los más) que lo son por otras muchas razones evitables. El problema se viene agrandando hoy, porque muchos se harán homosexuales sin causa alguna, solo por el hecho de que en los colegios les enseñarán a los niños y a las niñas a que elijan ser lo que ellos quieran ser, y los padres poco podrán hacer para evitarlo. Y eso viene de la mano del colectivo que todos sabemos. ¡Diabólico!
 
Respondiendo a ANGEL

ANGEL
07/08/2016
18:03 h
13
 
Con esas declaraciones, se formó la conciencia del pueblo de Dios, hasta nuestros días. Y como ha dicho Bruno Caballero en el comentario 3, la decisión de la APA, "no fue una decisión medica, o científica sino política...". y se sabe que desde hacía mucho tiempo el colectivo gay estaba trabajando y presionando para que se adoptara esa decisión. Habría que preguntar a aquellos científicos que se les ha arrinconado, ninguneado y hecho el vacío, por decir lo contrario a lo que allí se decidió.
 
Respondiendo a ANGEL

ANGEL
07/08/2016
17:57 h
12
 
Un tema bastante complejo, pero claro, desde el punto de vista bíblico. Y, para los creyentes, como para el antiguo pueblo judío, más que aquellos pasajes de carácter negativo en cuanto al tema de la homosexualidad, son los positivos acerca de la creación del ser humano: "Varón y hembra los creó..."; verdad refrendada por nuestro Señor: "Al principio no fue así, sino que el que los creó, varón y hembra los hizo..." de donde se desprende lo de "padre y madre", "hombre, mujer".
 
Respondiendo a ANGEL

Óscar Margenet Nadal
07/08/2016
17:37 h
11
 
Es difícil un diálogo constructivo en este tema mientras Sánchez insista que es de ‘evangélicos’ recurrir a la moral, ciencia, legislación, política y sínodos para aceptar la unión homosexual; y santificarla bajo el mandato de Cristo ‘amaos los unos a los otros’. El Evangelio de Cristo hace de la unión hombre-mujer el símbolo de la misteriosa unión Cristo-iglesia. En su Plan Perfecto Dios condenó al pecado en Cristo por amor de nosotros. Ser 'evangélico/a' es imitar a Dios en todo. Efesios 5.
 
Respondiendo a Óscar Margenet Nadal

Víctor Hernandez
07/08/2016
15:47 h
10
 
Agradezco la respuesta de Juan Sánchez, no sólo por su esmerado contenido sino también por el espíritu de diálogo con que está escrita. El amplio y diverso mundo evangélico necesita de esa capacidad de conversación entre hermanos en la fe y no actitudes guerreras de descalificación. También hay mucho por trabajar en la interpretación de la Biblia. Hace un año escribí un texto sobre el pecado de Sodoma y por qué no debe usarse en el debate sobre la homosexualidad.
 
Respondiendo a Víctor Hernandez

Blanco
07/08/2016
13:39 h
9
 
Con todo el respeto, el Nuevo Testamento condena LA PRÁCTICA de la homosexualidad de una manera muy clara: Romanos 1:26, 27 (Biblia La Palabra): "Así que Dios los ha dejado a merced de pasiones vergonzosas. Sus mujeres invierten el uso natural del sexo y se entregan a prácticas antinaturales. Y lo mismo los hombres: dejan las relaciones naturales con la mujer y se abrasan en deseos de los unos por los otros." Lo que no haría nunca sería obligar a otros a pensar o actuar como yo, o maltratarlos.
 
Respondiendo a Blanco

JRRiudoms
07/08/2016
13:09 h
8
 
¿Aguna congregación prohíbe que entre su feligresía haya algún pecador? ¿Hay alguna congregación que no ayude al hermano caído? ¿Alguna congregación admite el pecado como "cosa sin importancia"? Meditemos en Lucas 15. Y no olvidemos que Jesús, más de una vez, le dijo al pecador, después de haberlo sanado: "Ves Y NO PEQUÉS MÁS". Dios ama al pecador y odia el pecado; Dios nos ama A PESAR de que caigamos en pecado. No olvidemos que las iglesias han de ser, antes que nada, "hospitales". Atentamente
 
Respondiendo a JRRiudoms

observador
07/08/2016
07:22 h
7
 
Está claro que las Iglesias Evangélicas se seguirán dividiendo por su discrepancia en este asunto. Hay Iglesias Reformadas que aceptan la membresía de personas homosexuales, pero otras muchísimas más no. La Convención Bautista Brasileña, con casi 2 millones de miembros, acaba de expulsar de su seno a una iglesia por este hecho, y lo mismo ocurre con la Convención Bautista del Sur de EE.UU.Yo me pongo del lado del hermano Graham, y en el futuro las iglesias tendrán que definir su posición.
 
Respondiendo a observador

Noemí
07/08/2016
07:01 h
6
 
Sintiéndolo mucho Sr. Sánchez he de decirle que su artículo me entristece mucho. Usted no es nacido de nuevo, aún está en tinieblas. A mí me basta con que Dios los hizo en un principio "varón y hembra" y Cristo así lo corroboró en su tiempo. No quiero cambiar las Escrituras para acomodarlas a este mundo impío y aborrecedor de Dios. La Palabra de Dios es verdad y no hay errores en ella. Es clara y sencilla. La homosexualidad es pecado, punto. Tengo hermanos ex-homosexuales, ¿Cómo se lo explica?
 
Respondiendo a Noemí

EZEQUIEL JOB
07/08/2016
05:12 h
5
 
(2/2) Las expresiones de Sanchez son antibíblicas, como ser:”Hermano, no podemos decir que lo que nuestra sociedad dice que es moralmente bueno, es moralmente malo, sólo “porque Dios lo dice así en la Biblia””. ó “Como ve hermano, nos movemos en un campo de reflexión que es fundamentalmente humano, y que es previo a nuestra valoración teológica”. Sanchez pone a la ciencia y lo humano antes que LA BIBLIA. Esto ya pasó cuando la serpiente engaño a Eva (la iglesia) (Gen3:1-5)(2Cor11:3-4, 13-15)
 
Respondiendo a EZEQUIEL JOB

EZEQUIEL JOB
07/08/2016
05:09 h
4
 
(1/2) Sanchez habla de un Jesús que no es bíblico (2Cor11:13-15) porque no habla de la SALVACIÓN a los homosexuales, yo le pregunto: ¿Los homosexuales son salvos?, obviamente que no (1Cor6:9), a no ser que dejen de serlo (1Cor6:11). En ninguna parte de La Biblia Dios rechaza solo el homosexualismo idolátrico, como dice Sanchez, pues en: (Lev 18:22) y (Deut23:17), Dios rechaza todo tipo de homosexualismo incluyendo idolátrico o de violencia, etc. La doctrina de Sanchez es tergiversada y torcida
 
Respondiendo a EZEQUIEL JOB

Bruno caballero
07/08/2016
04:05 h
3
 
El señor Sanchez, asegura que la aceptación del homosexualismo como un comportamiento normal, en algunos segmentos de la sociedad, inicio cuando la APA elimino de su catalogo el homosexualismo, como enfermedad mental, le aclaro al Señor Sanchez, esta no fue una decisión medica, o científica sino política, en la cual se decidió por mayoría de votos, como cualquier otro tema de debate, no significa que por haber sido abrobada por mayoría, fuera una decisión ética, científica o correcta.
 
Respondiendo a Bruno caballero

Alfonso Chíncaro (Perú)
07/08/2016
04:01 h
2
 
Las entidades presentadas como institutos de Salud Pública son en realidad gremios profesionales y organismos internacionales. Al decirse: "Es en base a esta realidad que yo comienzo mi segundo estudio" se ignora que la razón por las que estas organizaciones no científicas tomaron la decisión de ya no considerar a la homosexualidad un trastorno fue la presión del activismo LGBT, no una real evidencia científica.
 
Respondiendo a Alfonso Chíncaro (Perú)

Alfonso Chíncaro (Perú)
07/08/2016
03:39 h
1
 
Yo veo coherente que Will Graham no comente la sustentación bíblica de la posición de Juan Sanchez porque la exégesis de Juan Sanchez se encuentra afectada de todos los criterios equívocos que Will Graham ha rechazado. Simplemente no habría coincidencia desde el principio hasta el final, todo sería una redundancia.
 



 
 
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