Un análisis de lo que creen las denominaciones evangélicas españolas sobre la eclesiología.
En esta nueva entrega sobre ‘¿Qué creen los evangélicos?’, nos centraremos en la eclesiología, esto es, la doctrina de la Iglesia.
A la luz de nuestros estudios anteriores, hemos podido comprobar que las diferentes familias denominacionales dentro del mundo evangélico español tienen convicciones muy parecidas con respecto a los temas de bibliología, la teología propia, la antropología y la soteriología. Si el Señor quiere, la semana que viene veremos cómo sucede lo mismo con la escatología, es decir, la doctrina de las últimas cosas. No obstante, la eclesiología es indudablemente donde se presentan más discordias doctrinales.
Ahora bien, esto no quiere decir que los evangélicos no tengan ciertas ideas clave en común pero sí hay bastante diversidad dentro de la fe protestante española.
Las denominaciones que estamos estudiando en esta serie son las siguientes: la Iglesia Evangélica Española (IEE), las Asambleas de Hermanos (AAHH), la Federación de Iglesias Evangélicas independientes de España (FIEIDE), la Iglesia Metodista Unida, el Cuerpo de Cristo, la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE), la Iglesia de Dios, los Menonitas, la Iglesia de Cristo, las Iglesias Evangélicas Biblia Abierta, Asamblea Cristiana, el Ejército de Salvación, la Iglesia Salem, las Iglesias Buenas Noticias, la Federación de Asambleas de Dios de España (FADE) y la Unión Evangélica Bautista de España (UEBE).
Hoy empezaremos citando los puntos de acuerdo entre los evangélicos y luego mencionaremos varios puntos de tensión.
I.- PUNTOS DE ACUERDO
La fe evangélica, siguiendo la enseñanza de las Escrituras, recalca que la Iglesia es el cuerpo de Cristo y que se manifiesta de dos formas: universal y local. Gracias a la obra del Espíritu, la Iglesia universal está unida y tal unidad se da a conocer mediante la congregación local. Los evangélicos sin embargo, a diferencia del Catolicismo Romano, rehúsan identificar la unidad de la Iglesia en términos de una sola organización visible.
La Iglesia es, en última instancia, la comunidad o la fraternidad de los elegidos, salvos, redimidos y bautizados quienes se congregan (sobre todo los domingos) con el fin de adorar a Dios, predicar el Evangelio y celebrar las dos ordenanzas, a saber, el bautismo en agua y la Santa Cena. Además, la Iglesia es un lugar donde uno puede ejercer sus dones para la edificación del pueblo de Dios, recibir corrección y disciplina e involucrarse en la Gran Comisión.
Como regla general, la mayoría de las familias evangélicas enseñan que son los ministros ordenados los que tienen que encargarse del liderazgo de la iglesia local con el fin de predicar, administrar las ordenanzas y ejercer disciplina. Dentro de este marco, hay libertad para que cada iglesia local desarrolle su propia liturgia y ceremonias eclesiásticas. Las iglesias, por ejemplo, pueden elegir celebrar la Cena del Señor una vez a la semana, una vez al mes o cuatro veces al año, etc.
Los evangélicos insisten en que las ordenanzas son simples señales. Con esto queremos decir que el bautismo es una señal o un símbolo de la salvación del bautizado; no efectúa su salvación. En lo relacionado con la Santa Cena, los elementos (el pan y el vino) son puramente conmemorativos. De ninguna manera está Cristo físicamente presente en ellos. Como mucho, se podría hablar de una presencia espiritual del Señor; pero no de una presencia física.
En lo concerniente a la relación con el Estado, los protestantes están de acuerdo en que hay que obedecer y someterse a las autoridades civiles siempre y cuando sus mandatos no contradigan la Palabra de Dios. En términos de la Iglesia Evangélica Española (IEE), “La Iglesia, como comunión de ciudadanos con derechos y obligaciones para con la autoridad civil, debe prestar a ésta la obediencia correspondiente; pero tanto la Iglesia en su totalidad como cada miembro de ella en particular negará la obediencia a una autoridad que obligue a obrar en contra de la Palabra de Dios”.
Hasta este punto, estarán las familias evangélicas en España de acuerdo.
II.- PUNTOS DE TENSIÓN
Ahora pasamos a comentar cinco tensiones que surgen a partir de leer las diferentes declaraciones de fe.
01.- El gobierno de la Iglesia
Un primer punto de discordia es la cuestión del gobierno de la Iglesia. Como regla general, el protestantismo global ha tendido a dividirse en tres campos en cuanto al gobierno eclesiástico: un sistema episcopal, presbiteriano o congregacionalista. En España, la realidad es bastante parecida.
En el sistema episcopal (la IERE), el presbítero dirige la congregación local asistido por diáconos pero está sujeto al obispo de su diócesis. Encima de los obispos se encuentra el arzobispo, el cual se encarga de todas las iglesias de una determinada provincia.
El sistema presbiteriano (la IEE) cree en una pluralidad de ancianos (el presbítero) dentro de una iglesia local para gobernarla. Estos ancianos a la vez formarán parte de algún sínodo –sea provincial, nacional o internacional- para tomar decisiones relacionadas con la administración de la denominación y la iglesia local.
Los congregacionalistas, sin embargo, rechazan tanto la postura episcopal como la autoridad de los sínodos, aseverando que el gobierno de la iglesia local depende de la congregación en sí o simplemente, de los líderes que la misma congregación ha elegido. La postura congregacionalista es la que más prevalece entre los evangélicos españoles.
02.- El bautismo
Existe una clara divergencia en cuanto a la pregunta: ¿podemos bautizar a los niños? Donde la mayoría de las familias evangélicas en España declara que el bautismo es para los mayores de edad, hay dos denominaciones que creen en el bautismo infantil (la IEE y la IERE).
La IEE estipula que, “Tratándose de niños, cuyos padres, o uno de ellos, o cuyos tutores sean creyentes, también recibirán el bautismo, porque los beneficios de la gracia son anteriores a todo conocimiento o voluntad de hombre. Los padres o tutores, así como la Iglesia entera, se hacen responsables de la instrucción de la criatura bautizada, de manera que llegue al conocimiento propio de la salvación en Cristo, su Señor, reconozca la necesidad del arrepentimiento, preste obediencia a la Palabra y tenga siempre en su bautismo la prenda y señal segura de ser un hijo de Dios”.
Por su parte, afirma la IERE que el bautismo “es la puerta de entrada a la familia de Dios. Se administra una sola vez a cada persona (generalmente en la niñez). Se realiza con agua, simbolizando la limpieza del pecado y se invoca la santísima Trinidad. El don interior y espiritual es la unión con Cristo en su muerte y resurrección, el perdón de los pecados y un nuevo nacimiento a la familia de Dios, la Iglesia”.
Este debate sobre el bautismo predomina en el mundo protestante a nivel internacional, no simplemente dentro de la península ibérica. Desde sus inicios, el protestantismo magistral creyó en el bautismo de los niños (luteranos, reformados y anglicanos) mientras que los anabautistas fueron los primeros en prohibirlo, abogando más bien por el credobautismo.
03.- Ritos
Como en el caso del bautismo infantil, tanto la IEE como la IERE reconocen ciertos ‘ritos’ (no ordenanzas) que la Iglesia tiene que tomar en serio. La IERE cuenta con cinco ritos mientras que la IEE hace mención de tres.
Para la IERE, los ritos son: la confirmación, el matrimonio, la reconciliación del penitente, la ordenación (llamada ‘orden’ en su declaración de fe) y la unción de los enfermos. Tal vez el rito más problemático para el resto de la comunidad evangélica sería la penitencia puesto que la IERE define la reconciliación del penitente de la siguiente manera: “Reconocimiento y confesión a Dios de los pecados, hecha libre y voluntariamente en presencia de un ministro, y con un sincero deseo de cambiar de actitud. Por medio de la absolución, el ministro afirma el perdón de Dios la reconciliación del pecador”.
Semejante frase –además del énfasis de la IERE en la naturaleza litúrgica del culto y su creencia de que los obispos son los sucesores de los apóstoles- revela que sería la denominación evangélica en España más cercana al Catolicismo Romano. La Iglesia Metodista Unida, por ejemplo, rechaza rotundamente la doctrina de la absolución por su falta de fundamento bíblico.
La IEE, por su parte, resalta tres ritos especiales, a saber, la confirmación, el matrimonio y la ordenación. En un ningún lugar se refiere a la absolución ni a la unción de los enfermos.
Como regla general, el resto de los protestantes en España celebran uno o dos ritos especiales (dependiendo de la denominación), los cuales son el matrimonio y la ordenación al ministerio.
04.- Diezmos, cabello y pies
Además de la predicación de la Palabra, la administración de los sacramentos y la disciplina, hay un par de denominaciones que confiesan que hay otros deberes que tienen que caracterizar a la Iglesia del Señor.
Primero, está el asunto del diezmo. La Asamblea Cristiana declara que “todo nacido de nuevo debe contribuir con sus diezmos y ofrendas al sostenimiento de su iglesia local, siendo ésta la administradora”. Es la única denominación que se posiciona explícitamente sobre el diezmo en su confesión de fe.
Segundo, el tema del cabello o el pelo. Según la Iglesia Menonita, “Creemos que Dios ha asignado papeles únicos al varón y a la mujer, simbolizados en el varón por el cabello distintivamente corto y la cabeza cubierta, y en la mujer por el cabello sin cortar y la cabeza velada”. Los hombres, entonces, tiene que tener el pelo corto mientras que las mujeres tienen que dejarlo sin cortar. La Iglesia ofrece tres pasajes bíblicos para defender este deber cristiano, el cual refleja los papeles diferentes que el Señor ha asignado a la humanidad: Génesis 2:18-25; 1 Corintios 11:2-16 y Efesios 6:22-33.
Tercero, se habla sobre el lavamiento de los pies como un deber cristiano. En este tema hay dos denominaciones que creen en su importancia: la Iglesia Menonita y la Iglesia de Dios. Los menonitas dicen, “Creemos en el lavamiento de los pies entre los santos, símbolo de hermandad, de purificación y de servicio”. La Iglesia de Dios confiesa que cree, “en la cena del Señor y el lavatorio de los pies de los santos”.
05.- ¿Mujeres en el pastorado?
Un punto de controversia final tiene que ver con el tema de mujeres en el liderazgo de la Iglesia. ¿Pueden las mujeres ser pastoras o no? La única denominación que se posiciona oficialmente a favor de las pastoras es la Iglesia Metodista Unida, la cual testifica que, “La Iglesia de Jesucristo está integrada por una comunidad de iguales, de mujeres y hombres, sin ninguna diferenciación por razón de sexo, raza, país de origen, lengua, cultura, clase social o cualquier otro signo interno o externo que apartemente nos puede diferenciar porque todos somos uno en Cristo Jesús. Es en la Iglesia donde se manifiestan los dones espirituales.
Todos ellos, incluidos el de pastorado, pueden ser desarrollados tanto por hombres por mujeres”. Aunque no se cite ningún versículo bíblico para apoyar su postura, parece ser que la confesión esté aludiendo a Gálatas 3:28.
De todas maneras, como en otros puntos de división, no es un debate que se limita exclusivamente al campo evangélico en España sino que es un tema que sigue separando hermanos y hermanas protestantes a nivel mundial.
CONCLUSIÓN
Para concluir lo que hemos visto hoy, nos encontramos con una doble realidad. Por un lado, hay bastante unidad entre el pueblo evangélico español con referencia a la eclesiología. Sin embargo, por el otro lado, es verdad que es el área teológica con más discrepancias doctrinales.
¿Cuáles son las similitudes? La Iglesia, el cuerpo de Cristo, es tanto universal como local y que está formada por los redimidos quienes se congregan para que la Palabra sea predicada y los sacramentos administrados (los cuales son simples símbolos). La Iglesia está obligada a obedecer el Estado en todo aquello que no contradiga las Escrituras.
¿Y las diferencias? Los temas más polémicos son el gobierno de la Iglesia; el bautismo infantil; la cantidad de ritos/ ceremonias que la Iglesia ha de celebrar; sobre si es obligatorio dar diezmos, lavarse los pies los unos a los otros y cortarse el pelo en el caso de los varones; y finalmente, si las mujeres pueden tener posiciones de liderazgo dentro de una denominación.
La semana que viene (parte 5):
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