Protesto de mí

Que si como tantos dicen, el terrorismo está amparado por dictaduras árabes. Que si como tantos dicen, éstas mismas subvencionan equipos de fútbol y no pasa nada, que si corrupción sin parar, protagonizada por tantos políticos, concejales, Ayuntamientos y no pocos banqueros. Que si los Capitolios de Roma, ante la llegada de una delegación iraní, se ha tenido que tapar el mármol desnudo a algunas estatuas, para no herir la sensibilidad de los visitantes, que si cuando las ministras occidentales han visitado países musulmanes, han tenido que plegarse protocolaria y sumisamente a las exigencias de su machista tradición cubriendo todo su cuerpo, y por supuesto absteniéndose del cordial y occidental apretón de manos. Que si se sacrifica al perro Excalibur como se hizo como previsión por si podía llevar virus del Ébola y la gente, animalistas y otros tipos de buenistas defensores de las hembras caninas salieron a la calle, pero no dicen ni “mu” ante regímenes que utilizan las grúas de construcción para colgar públicamente a los homosexuales, sin que los festivaleros del “Orgullo Gay” digan “na”. Que si Hacienda descubre fortunas en el Caribe, no de buques hundidos, sino de cuentas corrientes de onorables familias (escrito adrede sin h, pues la honradez está perdida) millonarias en Curaçao, en Bahamas, y en la más cerca, Andorra. Que si una Ministra de Empleo y Seguridad Social tiene seis pisos, dos fincas y un solar, siendo aún joven, pero que cuando se jubile dentro de unos quince años, podrá combinar las rentas generadas por el alquiler de dichas propiedades con la pensión contributiva que le corresponda, justo lo contrario de una ley que firma qué les ocurrirá a los escritores españoles, pues el Real Decreto 5/2013 sentencia que cuando un creador supere los 65 debe renunciar a sus derechos de autor generados por las obras que publique, así como a los beneficios que se puedan generar por la obtención de un premio, por la realización de una conferencia o, en general, por cualquier actividad de carácter intelectual que alguien tenga a bien remunerarle; esto es algo peor que cubrir las esculturas de mármol, de herir sensibilidades, esto es un abyecto ataque a la cultura y a la inteligencia de los ancianos. Que si cada día crecen más políticos y partidos que en la obtención de sus fines priorizan la desobediencia a las leyes vigentes e instan a derogar decretos ya aprobados por el T.C. Que si Presidentes de Clubes que han hecho mal y trampas en traspasos y contratos millonarios de jugadores, se nieguen a declarar ante la Justicia. Que si, como si estuviéramos en un régimen Estalinista, ciertas Aseguradoras se planteen premiar a los “chivatos”, porque han descubierto que un 73% de conductores denunciarían a otros por fraude a las aseguradoras, si fueran bonificados. Que si leemos, casi sin avergonzarnos, que miles de niños de los refugiados, aparte de las decenas de muertos, no aparezcan por parte alguna. Que si existe una indignación desesperante a la que nos está llevando el pastizal político de nuestro país, y quedamos como el silencio de los corderos, mientras no nos toquen el bolsillo y, tengamos políticos que igual se quejan por no ocupar escaños en el “gallinero” (no sabía que así se llamaba una parte del Parlamento) como necesitan días, y días, semanas y semanas, pese a tanto adelanto tecnológico, para dialogar. Que si un Ayuntamiento, como el de Barcelona, reconoce, como lo reconoce Hacienda, la Iglesia Bautista China está exenta por Ley del impuesto IBI, y le exige que pague tal impuesto y le amenaza con el embargo de la capilla, si no ingresa unos cuantos miles de Euros.

“Desde el Corazón” pienso ¿pero qué hemos hecho los inocentes protestantes para merecer esto?; prácticamente nada. Porque todos estamos en contra de las dictaduras árabes y las ventajas que aquí se les ofrecen; porque creo que todos estamos en contra del rifirrafe político y bancario, todos los jubilados nos reímos sardónicamente cuando se nos manda un escrito que nos anuncia que nos suben 1,04 euros la pensión. Toda la culpa es de los otros. Nosotros no podemos hacer nada –bueno, algunos protestantes dan la bienvenida a los nuevos Arzobispos y estrechan las manos de los políticos que instan a la desobediencia- No podemos hacer nada ¿seguro? ¿tan débiles somos? ¿no podemos hacer alguna cosita, como una protesta en público y no sólo en nuestros humildes medios de comunicación? ¿y qué de retirar la confianza en bancos, políticos, líderes, religiosos que nos han engañado? ¿no podemos desapuntarnos de un Club que tiene amistades peligrosas? ¿y qué acerca de dejar de comprar las marcas que explotan a sus empleados, o publicitan engañosos productos?; ni siquiera hemos puesto en el balcón de casa, una señal que muestre vergüenza porque la ONU haya encargado a la Arabia Saudí, que presida una comisión de los Derechos Humanos, al menos para que se entere mi barrio.

Protesto de mí, por no estar haciendo nada. Mucho quejarme de lo mal que está todo, pero protesto bien poco. La culpa también es mía. Estoy en contra de todas las injusticias, pero apenas en este boletín, no protesto nada y por eso “PROTESTO DE MÍ”.