El poder transformador de la palabra XI

La esclavitud sigue siendo una lacra aun en este nuevo siglo XXI. Si bien fue abolida en el XIX, después de una intensa lucha llevada a cabo por William Wilberforce y otros muchos colaboradores, continuamos hablando de ella. 

Hoy, a través de unas pinceladas, quiero recordar a Wilberforce, uno de los eternos olvidados, a través del libro William Wilberforce. La lucha por la abolición de la esclavitud de José Moreno Berrocal, y editado por Publicaciones Andamio, a quienes tengo que agradecer la celeridad y amabilidad con que te envían los libros cuando los solicitas. 

El autor nos retrata detalladamente la vida de este hombre de Dios desde su más tierna edad, haciendo un recorrido hasta cuando se convierte en ese gran político que se comprometerá con el prójimo sufriente hasta las últimas consecuencias. Este compromiso lo describe muy bien José de Segovia en su prólogo: "La bendita terquedad de Wilberforce nos muestra la necesidad de paciencia y perseverancia para poder lograr algo de justicia en este mundo. Visto como una amenaza por el establishment que mantenía la esclavitud, su reformismo fue considerado también insuficiente por algunos abolicionistas... La clase dirigente inglesa estaba tan asustada por el terror de la Revolución Francesa, que se oponía a cualquier cambio social, y políticos radicales como Cobbett se enfrentaban a casi todo en el Parlamento, movidos por la causa revolucionaria".

Moreno Berrocal destaca las personas claves para Wilberforce como lo fueron Newton y Charles Wesley, o William Pitt, su gran amigo. Interesante leer el libro para conocer los detalles de su vida y obra. Aunque había escuchado el evangelio de niño, es más adelante cuando se reconcilia con Dios en Cristo. Ante todo señala que Wilberforce cambia radicalmente; después de su conversión brillaba por su discreción en el modo de vivir, frente a los lujos y excesos de su entorno. Se preocupaba por la mejora de aquellos que le servían, daba de comer a los pobres en su propia casa... Además, consideró que para ejercer como político debía prepararse; por ello decidió dedicarse al estudio adentrándose en el ámbito de la historia, economía, literatura, filosofía y ciencias... interesándose también por autores como Locke, Pope, Montesquieu, Adam Smith, entre otros; pero nos señala que su libro esencial seguía siendo la Biblia. Y se propuso actuar correctamente, dejando de lado los insultos, la burla... formas cotidianas de ejercer la política.

Pensó en dejar la política al conocer el evangelio, pero su amigo William Pitt, por entonces primer ministro, y Newton, le hacen ver que la política no estaba reñida con la fe. Dice el autor: "Los consejos de Newton a Wilberforce hunden sus raíces en lo que la Biblia misma enseña sobre el compromiso social y político del cristiano ...". 

Escribe Moreno Berrocal que todo empieza en 1786, cuando W.W. recibe una carta de Sir Charles Middleton animándole a trabajar por la abolición del tráfico de esclavos en el Atlántico. Entra en contacto con numerosos antiesclavistas, entre ellos el pastor Thomas Clarkson (1760-1846), quien también se convertirá en uno de los adalides en la lucha contra la esclavitud. Este escribió el libro "Ensayo sobre la esclavitud y el comercio con seres humanos, en especial africanos, traducido de una disertación en latín honrada en la Universidad de Cambridge con el primer premio del año 1785; con adiciones". Se suman los apoyos, entre ellos el de los cuáqueros... el fundador del metodismo, John Wesley, quien publicó un ensayo, Pensamientos sobre la esclavitud. Pero realmente sus principales estimuladores fueron John Newton, antiguo capitán negrero y autor del himno Sublime gracia, y su gran amigo William Pitt. Newton había escrito el libro titulado Consideraciones sobre el comercio de esclavos en África con un valioso testimonio. 

Se constata a lo largo de la narración del autor de este libro que Wilberforce no estaba solo; solo no habría podido iniciar y culminar esta importante cruzada. Pero también estaba seguro que era Dios el que le llamaba. Hay una cita de Martyn Lloyd-Jones que dice al respecto: "Considerad a William Wilberforce. Fue un hombre rico, nacido en el seno del lujo. ¿Por qué comenzó a preocuparle el tema de la esclavitud? La pregunta tiene una sola respuesta: por causa de su conversión ... Habiendo sido uno de los presumidos de la sociedad, llegó a ser un gran reformador; y a medida que sus pensamientos eran más y más cristianos, comenzó a mirar el tema de la esclavitud y ver que la misma era un gran error". Se dio cuenta que este tema no agradaba a su Dios.

Moreno Berrocal nos ofrece unas amplias pinceladas de lo que ha sido la esclavitud desde la antigüedad. Repasamos el Antiguo y Nuevo Testamento encontrando textos significativos que nos hablan del tema. Y nos dice que con "el advenimiento del cristianismo conllevará una nueva actitud frente a la esclavitud y cuyo fruto será una gradual y casi completa erradicación de la misma en los lugares que prevalecía".  

Por si no lo sabíamos, "las bases para la futura esclavitud a través del Atlántico se gestaron durante la exploración portuguesa de África. O que fue el descubrimiento de América, y el deseo de explotación de la misma, la que abrió un inmenso campo de acción para el comercio de esclavos...". La esclavitud de los indios; la defensa por parte de Las Casas ante el trato inhumano por parte de los encomenderos... También Domingo de Soto, con su serie de diez libros, o del portugués Fernando de Oliveira, Arte de guerra no mar, que ponen su granito de arena posicionándose en contra de la esclavitud. No obstante, luego se añaden a esta actividad los holandeses, los franceses, los ingleses y los Estados Unidos, ya como nación independiente, comenta el autor. Y añade que esta actividad se desarrolló y se mantuvo durante mucho tiempo porque beneficiaba económicamente a muchos y a varios sectores de la sociedad. Y que era defendida ampliamente como algo que Dios apoyaba. Inaudito.

Como venimos observando, la literatura se posiciona del lado de los marginados con libros que denuncian la esclavitud. Cito el de Thomas Thompson titulado: El tráfico de esclavos negros en las costas de África en armonía con los principios humanos y con las leyes de la Religión Revelada. Mientras, otros escribían que "esperar civilizar o cristianizar al negro sin la institución de la esclavitud es esperar lo imposible".

En el libro nos encontramos con una amplia bibliografía. Vale la pena adentrarse en él. 

Interesante y escalofriante es esta declaración del Santo Oficio, aun en 1886: "La esclavitud como tal, considerada en su naturaleza esencial, no es en absoluto contraria a la Ley Natural o Divina, y puede haber varias causas justas de esclavitud a las que se refieren los teólogos autorizados y los comentaristas de los sagrados cánones... por lo que no es contrario a la Ley Natural o Divina que un esclavo sea vendido, comprado, intercambiado o donado".

Se puede constatar a través de las líneas de Moreno Berrocal el cuadro situacional que tenía delante W.W.  En 1787 se crea la Asociación inglesa para la Abolición de la Trata de Esclavos, en la que el 75% de los miembros eran esclavos. En 1791en Francia se crea la Sociedad Francesa de Amigos de los Negros, apoyada por dirigentes revolucionarios. Hay avances pero también con muchas limitaciones.

En el libro se nos narra el complicado proceso de recopilación de la información necesaria por parte de la asociación inglesa, en la búsqueda de evidencias que demostraran las injusticias cometidas por los traficantes de esclavos. Conmueve constatar cómo W.W. pierde pero aumenta su perseverancia, su fe. En esa época en la que no existían los medios como las redes sociales y otros medios de comunicación tan normales hoy, se consigue difundir  para que la sociedad fuera tomando conciencia sobre el asunto, se publican libros, se ofrecen testimonios de antiguos esclavos como Olaudah Equiano, quien incluso escribió un libro: La interesante narración de la vida de Olaudah Equiano el Africano. 

Interesante para mí ha sido descubrir que uno de los testimonios de los que echaron mano fue el de la poetisa afroamericana Phyllis Wheatley (1753-1784). Vemos que la poesía también se pone al servicio de la causa. El autor menciona también que la asociación inglesa repartió el famoso poema de William Cowper, La queja del negro.

Leyendo me doy cuenta que muchas de las tácticas utilizadas hoy para luchar por causas similares a la de Wilberforce y sus amigos tienen su origen ayer, pues nos menciona Berrocal que es posible que fuera Clarkson quien diseñara una táctica que "consistía en negarse a consumir el azúcar en cuya producción se hubiera empleado a esclavos negros. Estamos ante el que posiblemente sea el primer boicot de la historia". Se dice que estas iniciativas tuvieron efecto y que al mismo tiempo se recogieron miles de firmas. Tal como hoy lo hacen muchas organizaciones de nuestro país como Esclavitud XXI, que hace poco llevó a cabo una campaña de recogida de firmas para pedir al Gobierno y a los partidos políticos que incluyan en sus programas una ley eficaz que combata la explotación sexual. Se intentó influenciar a otros países.

Wilberforce "Contó con el apoyo de todas las demás denominaciones protestantes del Reino Unido", Pero también lo amenazan de muerte, sufre la incomprensión por parte de amigos, pierde votaciones... muere su madre, dos hijas. Aun así, continúa. 

Pero todo va cambiando, hay una nueva conciencia social en Inglaterra. Importante es el comentario que hace nuestro autor: "Era, sin duda, uno de los efectos del Gran Despertar Evangélico del siglo XVIII que afectó a todas las capas sociales, creando así un caldo de cultivo en la sociedad inglesa favorable al cambio".

Nuevamente hay derrotas, muere su amigo Pitt, pero trae también nuevos aires que van vislumbrando el principio del fin de la esclavitud. Emociona leer cómo un 23 de febrero de 1807 la moción en la que se abolía la trata de esclavos era aprobada. Un momento que tendría efectos a nivel mundial. Dice que Wilberforce lloró. Y a los lectores de estos hechos nos conmueve como si lo estuviéramos viviendo en carne propia. 

Wilberforce encontró a la compañera ideal para llevar a cabo todas sus cruzadas, la también antiesclavista Barbara Spooner, quien le estimuló y apoyó.  

Moreno Berrocal nos habla de su obra más famosa: Cristianismo Real, publicada en 1797 y traducida al francés, alemán, italiano, holandés y español.  Cristianismo Real es "un llamamiento a conocer, sentir y actuar para la gloria de Dios". 

Hay un capítulo en el que se da a conocer profundamente lo que fue el Grupo de Clapham, pues, como ya hemos señalado, la lucha de Wilberforce también contó con la cooperación de otros muchos. Los integrantes, en su mayoría evangélicos, se preocupaban en prepararse para ser útiles para la gloria de Dios en el mundo. Salieron de las fronteras de Inglaterra. Y aparte de la lucha contra la esclavitud, se embarcaron en alcanzar otras metas como lograr que la Iglesia Anglicana retornara al camino de la espiritualidad evangélica y puritana, beneficiar a los necesitados del mundo, establecer misiones cristianas en la India y en África; trabajaron para acabar con la explotación infantil, especialmente de los niños que trabajaban limpiando chimeneas... W.W. se embarcó junto a Hannah More, también miembro del grupo, a proveer educación a los niños más pobres, los sordos y los ciegos. Y que fomentaron el surgimiento de las escuelas dominicales. Y también, como afirma Moreno, el Grupo estuvo detrás de la creación de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera; de ahí la historia de Mary Jones.

He percibido que la lucha continuaba a pesar de los logros.  Se persigue abolir la esclavitud en todo el Imperio Británico. Y persuadir a otros países que abolieran el tráfico de esclavos. Un dato llamativo es el que dice que el tema de la abolición del tráfico de esclavos fue un soporte para los partidarios de la independencia de España.

Wilberfoce estuvo como parte interesada en la acción del Gobierno Británico para que España eliminara el tráfico de esclavos. Aquí se nombra al escritor protestante y también antiesclavista Blanco White (1775-1841) y a su libro Bosquejo del comercio en esclavos: y reflexiones sobre este tráfico considerado moral, política y cristianamente, que fue usado por Wilberforce, leo.

Hay un capítulo al final del libro, muy interesante, que menciona la lucha contra la esclavitud en España, destacando el nombre de Julio Vizcarrondo Coronado. Pero también menciona otros como el geógrafo Isidoro de Antillón y Marzo, el primero en levantar su voz contra la esclavitud, José Miguel Guridi y Alcócer, Agustín Argüelles. Guridi y Alcócer fue el que presentó el primer proyecto español de abolición de la esclavitud. Tampoco hay que olvidar a José María Blanco White. Ni a Antonio Carrasco. Esta parte de la historia creo que nos interesa muy mucho.

Wilberforce ve cómo continuaban los azotes de la esclavitud en las plantaciones de las colonias. Aun con su salud deteriorada sigue "dando guerra" por la causa. Y los cambios se dieron.  El 27 de julio de 1833, el Parlamento inglés aprobó la moción por la que se ponía fin a la esclavitud en el Imperio Británico. Él murió el 29 de julio. Todo tuvo una gran consecuencia a lo largo y a lo ancho de la tierra. Hoy sabemos, como cita el autor, que "esclavizar a otras personas constituye, según el Derecho Internacional, un crimen contra la humanidad".

Moreno Berrocal dedica un apartado a comentar acerca de aquellos que piensan que detrás de la lucha por acabar con la esclavitud había intereses ocultos.  Vale la pena leer los argumentos que favorecen a todos aquellos que se sacrificaron por el otro, su prójimo.  Sólo menciono una cita que dice: "La esclavitud se abolió porque estaba mal. Y los cristianos fueron los primeros en decirlo".

Para finalizar, Moreno comenta que a pesar de que la esclavitud ha sido abolida, todavía sigue afectando a muchos seres humanos. Y cita el tráfico de seres humanos como la más destacable. En este apartado nos encontramos con la mención de distintas organizaciones que trabajan por la liberación de los esclavos de este siglo. También cita el Compromiso de Ciudad del Cabo, documento donde se menciona este tema que abordamos:

"La esclavitud y el tráfico humano. En todo el mundo hay más gente en esclavitud hoy en día (aproximadamente 27 millones) que hace 200 años, cuando Wilberforce luchaba para abolir el comercio de esclavos trasatlántico. Sólo en la India hay aproximadamente 15 millones de niños que viven en condiciones de servidumbre. El sistema de castas oprime a los grupos de castas más bajas y excluye los intocables. Pero, tristemente, la Iglesia Cristiana también está infectada, en muchos lugares, de las mismas formas de discriminación. La voz conjunta de la Iglesia global debe levantarse en protesta contra lo que es, en efecto, uno de los más antiguos sistemas de esclavitud del mundo. Pero si esta defensa global es auténtica, la Iglesia debe rechazar cualquier desigualdad y discriminación dentro de ella misma.

Las migraciones, en una escala sin precedentes en el mundo de hoy, por varias razones, ha llevado el tráfico humano por todos los continentes, a la extendida esclavitud de mujeres y niños en el comercio sexual y al abuso de niños por medio de trabajos forzados o el servicio militar obligatorio.

Levantémonos como la Iglesia mundial para luchar contra la maldad del tráfico humano, hablar y actuar proféticamente 'liberar a los prisioneros'. Esto debe incluir dirigirse a los factores políticos, económicos y sociales que alimentan el comercio. Los esclavos del mundo claman a la Iglesia global de Cristo: 'Liberad a nuestros niños. Liberad a nuestras mujeres. Sed nuestra voz. Mostradnos la nueva sociedad que Jesús prometió". 

Se puede ampliar la lectura en la  Guía de Estudio sobre el Compromiso de Ciudad del Cabo, publicada por Andamio, y en Alétheia Nº 40. Y también podéis leer artículo de Daniel Banegas (Presidente de Esclavitud XXI) en el Blog Lausana de Protestante Digital,  refiriéndose a esta lacra. José María Moreno Berrocal escribió un artículo sobre Wilberforce en la revista Sembradoras el año 2014, dedicada especialmente a abordar el tema de la esclavitud en el siglo XXI. 

Gracias a este gran hombre de Dios, hoy también luchamos contra esta lacra que continúa a pesar de haber sido abolida. Creo que todos podemos, según nuestras posibilidades, poner un granito de arena para apoyar a las organizaciones y personas que se dedican a velar por estos esclavos de hoy. En nuestro ámbito evangélico son muchos los que se están comprometidos con esta causa.

Wilberforce forma parte de esa nube de testigos que nos animan en la carrera que tenemos por delante. Gracias a José Moreno Berrocal por recordárnoslo.