Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios

Dedicado a uno de los hombres más maravillosos del Universo, el que ha marcado mi vida profundamente y al qué jamás podré olvidar….Te quiero Papá….. Te quiero Manuel Garrido!!

Señor, tu nos has sido refugio de generación en generación.

Antes que naciesen los montes

Y formases la tierra y el mundo,

Desde el siglo y hasta el siglo,

Tú eres Dios…..

Porque mil años delante de tus ojos

Son como el día de ayer que pasó,

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Los arrebatas como con torrente de aguas; son como un sueño,

Como la hierba que crece en la mañana,

En la mañana florece y crece;

A la tarde es cortada y se seca…….

Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,

Qué traigamos al corazón sabiduría!!....

Alégranos conforme a los días qué nos afligiste….

Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros,

Sí!! La obra de nuestras manos confirma.

Samo 90. Oración de Moisés

Cada vez que llegan estas fechas y leo de nuevo este Salmo, mi corazón y el alma de niña qué aún conservo dentro, hacen que todo mi ser se estremezca por miles de razones.

Efectivamente, este precioso Salmo es una oración del antiguo Príncipe de Egipto, Un Moisés ahora anciano y si tuviéramos el tiempo para analizar cuidadosamente cada palabra, podríamos comprobar lo que llevaba en su seno aquel gran siervo de Dios.

Cada uno de sus textos llevan relación a experiencias vividas y maravillas del Dios al qué sirvió hasta su muerte, en la que el único que estaba presente era Dios mismo, el Dios maravilloso del Sinaí.

Cuando termina un año y se comienza otro, nuestros ojos miran a estas benditas palabras y, no sin razón!! Creo que resume de un modo maravilloso la transición de los años de un fiel creyente, incluso la realidad de toda su vida.

Tengo un buen amigo y consiervo qué me contó lo qué le sucedió en una ocasión en Año Viejo. Estaba con su familia celebrando aquella noche junto a unos cuantos creyentes bien conocidos por diferentes razones qué no importan. Cenaron, se lo pasaron genial y luego dijeron, qué podemos hacer ahora?.

A mi amigo, siempre de ideas fulgurantes, se le ocurrió….. Y por qué no celebramos ”La mesa del Señor” al comenzar el nuevo año??

Qué nadie se me asuste!! Qué no es ningún pecado, recordáis?..... “Cada vez qué hagáis esto en memoria de mi, la muerte del Señor anunciáis hasta qué Él venga” Y ya basta de tanta historia… Cada vez!! Cada vez!! No especifica nada más!!.

Los primeros cristianos lo hacían cada día y hoy, cada uno lo hace como lo considera mejor delante del Señor. Mi buen amigo y consiervo me dijo que ese fue uno de las mejores Nocheviejas de su vida. El Espíritu de Dios y Su presencia se derramaron con poder y fue toda una delicia.

Cuando os estoy contando esto, la mente de la niña qué llevo dentro se retrotrae a recuerdos maravillosos que….. Qué tantas cosas…….

Cuando comienzan a faltar familiares a la mesa, siempre hay un pinchazo de dolor en lo más profundo del pecho y, no es que idealice en retrospectiva, simplemente hay recuerdos maravillosos que no pudo borrar.

Sí!! Ya se que el estar unidos como iglesia en unos días cómo estos, casi han pasado a la Prehistoria, que si hay que cenar rápido para que los más jóvenes puedan salir toda la noche por ahí y llegar después de desayunar los típicos churros con chocolate, o se toma una especie de combo de Noche Vieja para parejas y pasárselo genial.

Yo tengo la mente muy abierta y no me asusto de nada; pero decidme, por favor!! Donde quedo el sentido de familia e incluso de Iglesia?.

Recuerdo con muchísima nostalgia, “morriña” en mi tierra El Año Viejo en mi familia.:

Mi madre preparaba la cena con todo esmero, todo bien rico y colocado con sumo gusto. Pero todo aquello quedaba allí sin tocar hasta las…. Once de la noche, íbamos a la Capilla, era vieja y hacía mucho frío; pero os aseguro que el lugar se llenaba.

No había distinciones de ningún tipo, todo el mundo participaba de algún modo, era un culto totalmente libre. Pero poco antes de las doce de la noche, igual que Cenicienta, Todos nos postrábamos en adoración y oración. Se recibía el Año Nuevo orando.

Al terminar, todo eran besos, abrazos sinceros y llenos de Amor entrañable. Luego todos nos abrigábamos muchísimo y cada uno se iba para su casa. Eso sí!! Sin permitir qué nadie quedase solo o sin cena….

Cuando nosotros llegábamos a nuestro hogar, mi madre destapaba todo aquello hecho con muchísimo amor y todo nos sabía a gloria.

Cuando ya íbamos a comenzar con los turrones y el Champagne, mi padre hacía un alto, es verdad qué mi padre y mi abuelo se llamaban Manuel, eso daba igual, pero mi padre nos hacía parar, oraba con pasión poniendo nuevamente nuestras vidas y el año que comenzaba en las manos del Soberano y todos cantábamos el viejo himno……. Eben-Ezer!!

Desde el lindero qué un año demarca,

Ebenezer!!

Canta en un Salmo de ardiente alabanza,

Tu pueblo fiel.

Mira los días qué raudos volaron

Y en ellos ve,

Huella indeleble de Tu Amor y canta,

Ebenezer””…..

Ebenezer!!!........Ebenezer!!

Dios con nosotros y un salmo resuena,

Ebenezer!!.......

Mariano San León

Este año qué queda atrás estuvo lleno de muchas cosas para mi y no pienso caer en aquello de que.. “Cualquier tiempo pasado fue mejor”. A estas alturas de mi vida, miro al futuro llena de gozo, ilusión y esperanza.

En cuanto a la iglesia, coincide con el día del Estudio Bíblico, que se transformará en una especie de culto de Año Viejo de mi niñez; aunque sea de ocho a nueve, me da lo mismo…..

Este Año, los más jóvenes han preparado unas tarjetitas para cada persona en las que hay que escribir algún texto con un significado especial para cada uno y tres peticiones de oración para este nuevo año….

Nos las intercambiaremos. Yo espero poder ir, llevar mi tarjeta y traer la de…. Quién sea…… Y en el medio de la gélida noche, después, celebrar en familia.

Ni soy cursi, ni remilgada, ni nada qué se le parezca y siempre estoy abierta a cualquier nueva y buena idea; simplemente, en ocasiones, creo qué hemos perdido un tanto el tino de muchas cosas, nosotros, el Pueblo de la Biblia.

Os deseo una feliz salida y entrada de Año, desde aquí, y en el Amor de nuestro Dios.