La sinergia del amor

Para concluir esta breve serie y tras analizar en nuestro artículo anterior lo que el AT nos enseña sobre la interdependencia, veremos ahora lo que el NT explica sobre ella; enfocándola como la nueva manera de relacionarnos que introdujo el Señor Jesucristo con su doctrina.

Pero, antes de seguir adelante, deseo recordar que Dios confirió a su creación un carácter integral en interdependiente armonía. La ciencia sigue abundando en descubrimientos que revelan la enorme interdependencia existente en todas las aéreas de la biosfera. Paralelamente, irresponsables acciones del ser humano han puesto en peligro el delicado equilibrio del planeta. Más aún, una pequeña elite de personajes ambiciosos cree tener el derecho de no revelar secretos con los que ocultan las causas de la sistemática pobreza, hambre, desigualdad y abusos en el mundo globalizado.

Acabo de leer una noticia¹ que me ha creado una mezcla de perplejidad y serios cuestionamientos. Un juez decretó una condena de prisión al hombre que espió el móvil de su esposa porque sospechaba que le estaba siendo infiel. El juez adujo la ley que protege la privacidad de las personas. Queda claro que esa ley se aplica con independencia de género.

Si esta sentencia prosperase la unión matrimonial quedará definida como la entidad legal formada por dos personas obligadas a respetar mutuamente el derecho de privacidad en el matrimonio. Se desvirtuaría el valor social del vínculo, porque siempre y cuando se respetase el derecho de privacidad la infidelidad se consagraría como un derecho dentro del matrimonio.

Esto me llevó a recapacitar sobre la persistente infidelidad de Israel y sobre la paciencia de Dios para perdonarlo a lo largo del AT. En Isaías 54 leemos que Dios considera a Israel como si fuese su esposa:

“Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.”²

El matrimonio creado por Dios se basa en la cooperación y mutua edificación (interdependencia). Dios todo lo hace perfecto. El pecado introdujo la separación de Dios, la imperfección y la muerte. Suficiente razón para que Dios no busque líderes o iluminados sino pecadores para hacerlos discípulos. Dos veces se menciona a ‘discípulos’ en el AT. La segunda está en el libro del profeta Isaías:

“Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.” ³

Esta es una orden divina dada a Israel a causa de olvidar su compromiso con Dios⁴.

Con ella se anticipa la nueva manera de interrelacionarse que inauguraría Jesús.

La interdependencia en el NT.

Declarada por Jesús a los doce discípulos. En los días de Jesús había maestros que creían ser los únicos con títulos y autoridad para enseñar. La enseñanza que impartían iba dirigida a atemorizar a la masa para asegurar su sometimiento. Quienes desobedecían eran castigados. En tal contexto Jesús escogió a doce individuos comunes ocupados en sus tareas diarias, los llamó para mostrarles un nuevo camino y convivió con ellos en una escuela diaria que les cambió el sentido de sus vidas y los capacitó para servir al prójimo. Si bien hubo un círculo más amplio de discípulos – en especial un buen número de mujeres piadosas – sólo se hizo notorio el grupo de ‘los Doce’, que serían los enviados (apóstoles) al mundo pagano para enseñar lo que habían recibido. La relación maestro-discípulo da origen y sustento a la interdependencia entre los seguidores de Cristo.

Manifestada en una vida de integridad. Una de las características del discipulado cristiano es su vital coherencia. Lo que enseña para la vida privada es de aplicación para la vida pública. No hay doble mensaje. El Evangelio no da lugar a dos estándares de conducta. Jesús no daba clases de ocultismo o de auto realización; tampoco fundó una sociedad secreta de amigos o una plataforma anti imperialista. La clave de la vida evangélica está resumida en el ‘Sermón del Monte’⁵.

Caracterizada por una respuesta voluntaria al llamado. El llamado de Jesús a sus potenciales apóstoles es de origen sobrenatural. Todos los que acudían a Jesús lo hacían como atraídos por una fuerza irresistible. Sin embargo, debido a la naturaleza esclavizada por el pecado los seres humanos somos proclives a sacar un provecho egoísta de cualquier oportunidad. Por eso el propio Jesús aclara que ‘muchos son llamados, mas pocos escogidos’ ⁶. En su diálogo con el Padre Jesús revela que aquellos que había llamado para ser sus discípulos eran los que su Padre le había señalado⁷.

Diferenciada de las relaciones mundanas. La persona religiosa generalmente se maneja con patrones de conducta impuestos por los líderes de su religión. Por esa razón, muchas veces encasillamos a los demás por profesar tal o cual religión, o por congregarse en tal o en cual iglesia o denominación. La diferencia que marca el Evangelio con el resto es mucho más profunda, no se detiene en las apariencias ni en las formas. Cuando esas diferencias desnudan corrupción o hipocresía pueden generar rechazos y ataques violentos de parte de los ofendidos. Así, para evitar molestias hay cristianos que introducen en sus vidas formas mundanas socialmente aceptadas pero que contradicen el espíritu del Evangelio⁸.

Enriquecida por la igualdad y el servicio. La vida cristiana se extiende de manera horizontal, nunca verticalmente. No hay jerarquías en un grupo que depende del Señor Jesucristo. Nadie molesta a Jesús por acercársele. ¿Por qué debería molestarle a algún discípulo? Estar con hermanos o hermanas más consagrados que nosotros no debiera ser motivo para subirlos a un podio. Menos aún, para sentir envidia por su condición; pues la vida cristiana hace que toda diferencia entre los seres humanos desaparezca cuando está presente Jesucristo. El servicio cristiano hace digno ante Dios a quien lo presta, aunque el servidor se sienta indigno de haber sido escogido⁹.

Contextualizada a las costumbres culturales. Si bien no pertenecemos al sistema mundano aún vivimos en él. Jesús demostró que hay que vivir respetando las costumbres del lugar y cumpliendo con las obligaciones ciudadanas. Muchos critican los festejos de santos patronos y navideños; y en parte se comprende que haya un profundo rechazo a la paganización de ciertas celebraciones.

Pero la interdependencia nos induce a cumplir con lo que nos toca, así como lo hicieron Jesús y sus discípulos ¹⁰.

No exenta de sufrimientos. Hay doctrinas humanas que ven en la doctrina de Cristo sólo aquello que sea placentero. Dejando de lado las demandas, compromisos y entrega vinculados a la vida de fe, resaltan solo aspectos materialistas y temporales. La prosperidad que se predica en reuniones multitudinarias se saca fuera del contexto bíblico con doble intención o mera ignorancia (ambas muy perniciosas). El cristiano sufre, más por compasión hacia los demás que por auto conmiseración. Quien no sufre no puede comprender ni ayudar a los que sufren. Y vivimos en un mundo donde hay más de la mitad de sus habitantes que tienen poca comida, agua y salud. Esto no se soluciona simplemente con dinero. Quien no sufra por esta calamidad debe preguntarse si ha comprendido el Evangelio¹¹.

Edificada en el amor (ágape) por la iglesia apostólica. Desde el día en que Jesús dejó este mundo y el Espíritu Santo descendió para habitar en cada creyente el amor se convirtió en algo real y palpable. La vida cristiana es básicamente una vida de amor. La imagen de miles de creyentes compartiendo todo al punto de que no había nadie necesitado, suscitó la admiración del mundo de entonces¹².

Conclusiones

En los días actuales predomina la filosofía del individualismo narcisista que busca la exclusividad (el ‘yoismo’). El uso abusivo de la tecnología (‘selfies’, cambiantes fotos de perfil en redes sociales) ubica a cada persona en su contexto inmediato, y la tendencia a vivir en ‘estudios’ o apartamentos de un solo ambiente son pruebas claras de esa independencia del tipo ‘solos en la muchedumbre’.

El estilo de vida impuesto por el modelo neoliberal está basado en potenciar el individualismo; pregona un mensaje de este tipo: ‘procura primero realizarte tú; solo así podrás ser ejemplo a otros’.

Por el contrario, el inmutable Evangelio de Jesucristo transforma el ser interior del individuo sin ignorar su naturaleza gregaria. Hace de cada persona un agente de cambio integral. La realidad en la persona cristiana parte del paradigma: estás diseñado como agente de cambio para trabajar por el bien de los demás. La aplicación de la ‘regla de oro’ legada por Jesucristo lo afirma:

“Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.” ¹³ Hemos sido transformados de pecadores a discípulos para hacer con los demás como Él ha hecho con nosotros. A eso llamamos interdependencia y la encontramos explícita e implícitamente en la Biblia.

El Señor nos ayude a vivir como Él quiere que vivamos hasta el regreso de Jesucristo.

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Notas

Ilustración: no encontré ninguna imagen mejor que esta para representar la interdependencia.

01. http://politica.elpais.com/politica/2015/10/02/actualidad/1443804996_640011.html

02. Isaías 54:6,7.

03. Ibíd. 8:16. Como contraste a la palabra ‘discípulo/s’ se la menciona 269 veces en el NT.

04. Ibíd. 8:1-4. Leer más: http://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/significado/maher-salal-hasbaz/.

05. Mateo 5:1-7:29; ver también Mateo 8:23, 25; 9:10, 14, 19; 37; 11:1; 13:10, 36; 14:15, 22; 16:5; 16:21;19:13; 20:17; 21:1; 23:1; 24:1, 3;26:1, 8; 26:36,40, 45;28:7,8, 16; Marcos 5:31; 7:17; 8:1;10:46; 11:1; Lucas 7:11;11:1; 19:39; 20:45;Juan 2:2, 11, 12; Juan 2:22; 3:22;6:3; 9:2; 11:7, 54;12:16; 18:1, 15-19; 20:19.

06. Mateo 20:16.

07. Juan 17: 6-12; ver también Mateo 8:21; 16:20, 24; 21:6; 26:35, 56; 8:34; Lucas 6:13; 14:26,27, 33; Juan 6:66; 8:31.

08. Mateo 9:11; 10:42; 11:2; 12:1,2; 14:19; 15:2, 12; 15:32; 16:13; 17:10; 19:23, 25; 22:16; 26:26; 27:64; 28:13; Marcos 4:34; 8:33;9:14, 31; 10:24; 11:14; 12:43; Lucas 6:17; 9:43, 54; 10:23; 12:21;Lucs 19:37; Juan 4:1-8; 6:60,61; 9:27,28;13:35;15:8; 20:20, 25-30;21:1,2,4, 14;

09. Mateo 10:1, 24,25; 12:49; 15:23; 18:1; 27:57; Lucas 6:20, 40; Juan 4:27; 13:5; 19:26,27.

10. Mateo 17:24-27; Marcos 12:14-17; ver también Mateo 26:17-19; Lucas 22:11; Juan 3:25; 6:12.

11. Lucas 17:1, 22; Juan 2:17; 4:31-33; 11:8, 16; 20:2.

12. Hechos 4:31-37; ver también Romanos 12:10; 1ª Pedro 1:22; 2ª Corintios 6:6; Efesios 1:5; 3:17; 4:2, 15, 16; 5:2;Colosenses 2:2; 1ª Tesalonicenses 3:12; 1ª Juan 4:16; 2ª Juan 1:3, 6.

13. Lucas 6:31.

Aclaración del título: sinergia. (Del gr. συνεργ?α, cooperación). 1. f. Acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales.