Adriano Celentano y las apariencias

“Todos ven lo que tú aparentas; pocos advierten lo que eres”

Nicolás Maquiavelo

Salía de viaje para un lugar en donde me iba a encontrar con muchísima gente de muy diferentes países, y unos días antes alguien me llamó para pedirme si podría encontrar a una persona. Me dijo simplemente su nombre y su nacionalidad, nada más!! Por supuesto que me dispuse a hacerlo!! Pero pensé para mis adentros que aquello que se me pedía era más difícil que encontrar una aguja en un pajar.

Justo al día siguiente de llegar a aquel lugar de un país que no era el mío y entre cientos de personas, supongo que podéis imaginar lo que me pasó… Sí!!...Por supuestísimo!!! Por muy inverosímil que parezca, en la primera cola inmensa de la comida me encontré a la persona que me habían pedido, a quien vamos a llamar…. ADRIANO, porqué la primera impresión que me dio fue… Una especie de revival y total retroceso en el tiempo y me pareció ver a un archiconocido por generaciones ADRIANO CELENTANO….. Alto, moreno, atractivo, latino, con aires de mediterráneo. Era muy comunicativo y llevaba siempre puestas unas bonitas gafas de sol, preciosas y oscuras…. Definitivamente…. Adriano Celentano!!

Enseguida nos presentamos, hablamos como si nos conociéramos de toda la vida, le hablé de la persona que me pidió que lo buscara… Pero no sabía la razón, entre casi mil personas me lo encontraba hasta “en la sopa”.

Cada vez que me lo topaba, era como sino entendiera nada de nada, cómo lo había encontrado tan pronto? Por qué me lo encontraba a cada rato cuando había personas de mi propio país a las que casi no vi? Tenía demasiado en lo que pensar como para pararme a pensar más de la cuenta en Adriano y sus porqués, pero... Es que me lo encontraba hasta en la mismísima sopa!! Le calculé como unos cuarenta largos, pero pasé.

Una noche, hablando con una amiga muy querida, pasó por delante de nosotras nuestro querido Adriano y me dijo, le conoces?? Sí!!! y tú??... Pues claro!! Es una persona maravillosa… Y comenzó a contarme parte de su historia, no me la contó al completo, pero si lo suficiente como para no poder abrir más la boca. Me dijo que era un profesional de carrera muy cualificado y de éxito, pero que tanto él como su esposa dedicaban muchísimo de su tiempo y sus finanzas a viajar por muchos lugares extendiendo el evangelio de mil modos y me contó un poco por encima… Bea, no te fijaste en sus ojos??... Pero cómo me voy a fijar si se pasa el día luciendo unas maravillosas gafas oscuras de marca?? Me había parecido el típico latino atractivo y seductor y la viva imagen del mítico cantautor y cineasta, icono y símbolo de todo un país en unos años difíciles como Adriano Celentano….. Bea!!!!..... Qué no!!.... Es una persona deliciosa y llena del Señor. Fíjate en él cuando no tenga las gafas puestas, no ve de un ojo y muy poco del otro.

Me quedé casi en estado de shock, no me podía estar pasando eso… Cómo me podía haber equivocado de ese modo??

A la mañana siguiente el Señor me lo volvió a poner delante y esta vez sin sus preciosas gafas oscuras y… Efectivamente!! Con discreción le miré a los ojos y pude comprobar que lo que me había dicho mi amiga era cierto. Su expresión era muy distinta sin las gafas y le eché unos cuantos años más.

Al cabo de unos días pude saber más cosas de su vida, cosas muy duras, muy duras que intuían otras todavía más duras y tuve que ponerme, como tantas otras veces, delante de mi Señor y pedirle perdón.

Es increíble como podemos sabernos la Biblia casi de memoria, haber pasado por miles de experiencias al lado del Señor, haber bebido lágrimas demasiado amargas por saber lo tremendamente duros y engañosos que pueden resultar los engañosos juicios ajenos sobre nuestras propias vidas y… Zas!!, caer de nuevo en el mismo error.

“ENGAÑOSO ES EL CORAZÓN, MÁS QUE TODAS LAS COSAS, Y PERVERSO; QUIÉN LO CONOCERÁ??.... YO EL SEÑOR QUE SCUDRIÑO LA MENTE, QUE PRUEBO EL CORAZÓN PARA DAR A CADA UNO SEGÚN SU CAMINO…..” Jr. 17: 9 y 10.

Y nuevamente le di gracias a mi Dios por ser tan bueno conmigo, por recordarme las veces que puedo equivocarme en la vida y ver la manera amorosa en que Él me tiene que volver a decir…Hey chiquita!!!!... Pero mira que eres……. Recuerda que YO SOY EL QUE SOY y que nunca me equivoco.

Simplemente me postré humildemete y adoré!!

Qué el Señor te bendiga, te guarde y te siga utilizando para extensión del reino y para Su gloria “ADRIANO”!. En el Amado, Beatriz.

“Mala y engañosa ciencia, es juzgar por las apariencias”