domingo, 24 de noviembre de 2024   inicia sesión o regístrate
 
Protestante Digital

 
 

La Psicología Divina y la maledicencia

Creernos dignos de juzgar al prójimo es vernos ya como sus superiores, incurriendo en pecado de orgullo, voluminosa viga que oscurece nuestra visión.

DESDE EL CORAZóN AUTOR Roberto Velert 08 DE MARZO DE 2015 09:45 h

Tradicionalmente, se dice que todos los chismosos son mujeres, pero los hombres incurrimos a menudo en el mismo pecado y lo llamamos “juzgar las cosas”.



Nuestro Maestro, al hablar de los maldicientes, dijo: “No juzguéis a los demás, o seréis juzgados”. Su admonición indica lo malo en los otros. Dios es el único que ve en el corazón de nuestro prójimo, mientras nosotros sólo vemos la cara. Es por eso que en la mayor parte de los Juzgados del mundo, los magistrados llevan togas, pelucas o birretes durante los juicios, para mostrar que es la Ley la que juzga y no ellos ni sus opiniones personales y mucho menos políticas. Esto se hace por reconocimiento de la verdad que todos los hombres sospechan. Hay una impudicia clara en el hecho de permitir, ni aun a los más sabios de entre nosotros, burlarnos de nuestros amigos o catalogar a nuestros enemigos. Cuando juzgamos a otros, a nosotros nos juzgamos. Nuestro Señor nos pidió que no juzgáramos para que no se nos juzgase, ampliando que con la misma vara que juzgáramos lo seriamos también, porque a veces el juicio que formulamos contra otra persona equivale a la condenación de nuestras propias faltas. Cuando un hombre llama sucio a otro, revela que conoce lo que la suciedad significa.



La envidia puede ser un tributo pagado por la mediocridad al genio. La persona envidiosa admite la superioridad de su rival, y como no puede llegar a su nivel, trata de rebajarla al nivel de ella misma. Otras formas de censura son igualmente reveladoras de cómo es el censor. Ya dijo nuestro Señor que las faltas del que critica son a menudo mayores que las que censura en su vecino: “¿cómo ves la mota de polvo en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que tiene el tuyo?. ¿Con qué derecho dirás a tu hermano que te deje quitarle esa mota, cuando tú no ves la viga que hay en tus ojos? Hipócrita, desembarázate de la viga de tu ojo y entonces verás más claramente y podrás desembarazar de su estorbo a tu hermano.



Creernos dignos de juzgar al prójimo es vernos ya como sus superiores, incurriendo en pecado de orgullo, voluminosa viga que oscurece nuestra visión. No se puede chismorrear sin elevarnos inmerecidamente o rebajar del mismo modo a nuestros semejantes… y frecuentemente caemos en las dos cosas. El maldiciente se inclina a proyectar sobre otro la falta que sospecha dentro de sí. A nadie le molesta más que le digan una mentira que a un mentiroso. El chismoso incurable se enfurece cuando sabe que, a sus espaldas, hablan mal de él.



Nuestro Señor pidió a los maldicientes que examinaran su derecho a condenar las faltas de los otros. “El que esté libre de pecado que lance la primera piedra”; la deducción es clara: sólo la inocencia tiene derecho a condenar. Pero la inocencia siempre deseará atribuirse las culpas ajenas y mirar los errores de los otros como si fuesen propios. El amor reconoce el pecado, pero está dispuesto a morir por atribuírselo.



Cuando no nos sentimos con paz y no estamos en estrecha relación con el Dios de amor, somos presas instintivas, de que nuestros vecinos se comportan mal delinquiendo y lo probamos con palabras como: “No se debe ser poco caritativo, pero…”, o “Desde luego no se debe criticar a nadie, pero…”, o “Prefiero no juzgar a nadie, pero…”, “Sí, es cierto que hace cosas buenas, pero…” Palabras como estas presagian el desuello moral del prójimo y el efecto sobre el que las profiere es quedar en plena oscuridad psicológica. “El que ama a su hermano mora en la luz… pero el que odia a su hermano vive en las tinieblas”.



Dios ha ofrecido una bella recompensa al que no juzgue: la de no ser juzgado cuando aparezca ante el tribunal celeste, aunque ese juicio de Dios del que se libra el justo será más misericordioso que cualquiera que nosotros hagamos. A David, cuando pecó, se le preguntó si quería recibir el castigo de Dios o del hombre y él, declarando la veracidad del mismo, prudentemente, eligió el de Dios, como esperando mayor piedad.



Ni hombres ni mujeres somos bastante inocentes ni sabios para juzgarnos los unos a los otros. La Ley de Dios y Su justicia, son el verdadero árbitro de nuestras vidas. De ahí, que la única decisión que podemos tomar acertadamente acerca de nuestro hermano cuando delinca es reconocerlo y decir: “Que Dios le juzgue”.


 

 


0
COMENTARIOS

    Si quieres comentar o

 



 
 
ESTAS EN: - - - La Psicología Divina y la maledicencia
 
 
AUDIOS Audios
 
La década en resumen: teología, con José Hutter La década en resumen: teología, con José Hutter

La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.

 
Intervalos: Disfruten de la luz Intervalos: Disfruten de la luz

Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.

 
2020, año del Brexit 2020, año del Brexit

Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.

 
7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo 7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo

Analizamos las noticias más relevantes de la semana.

 
FOTOS Fotos
 
Min19: Infancia, familia e iglesias Min19: Infancia, familia e iglesias

Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.

 
X Encuentro de Literatura Cristiana X Encuentro de Literatura Cristiana

Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.

 
Idea2019, en fotos Idea2019, en fotos

Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.

 
VÍDEOS Vídeos
 
Héroes: un padre extraordinario Héroes: un padre extraordinario

José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.

 
Programa especial de Navidad en TVE Programa especial de Navidad en TVE

Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.

 
Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia

Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.

 
 
Síguenos en Ivoox
Síguenos en YouTube y en Vimeo
 
 
RECOMENDACIONES
 
PATROCINADORES
 

 
AEE
PROTESTANTE DIGITAL FORMA PARTE DE LA: Alianza Evangélica Española
MIEMBRO DE: Evangelical European Alliance (EEA) y World Evangelical Alliance (WEA)
 

Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.