¡Evidence! L'eau

Cierro mis ojos y parece que estoy escuchando a mi abuela, “Esta niña no se echa colonia, se baña en ella”. Si!! Esas y muchas cosas más decía mi queridísima abuela de mi y… La verdad es que tenía razón. Desde siempre me encantaron los perfumes, Le “robaba” todos los que encontraba en su tocador o en el cuarto de baño; me encantaba pillar un poquito del rouge de labios de mi madre e incluso echarme en el cabello algo más bien pegajoso que utilizaba mi abuela para sujetar y elevar aquel moño italiano de precioso pelo blanco, se llamaba brillantina y dejaba el pelo pegoteado, pero a mi me rechiflaba andar por todas aquellas cosas y ponerme lo que podía, aunque luego me lo tuviera que quitar…

Sí!!... Han pasado muchos años y he aprendido muchas cosas, pero el requetegusto por lo bonito para una mujer, ese especial cuidado del Templo del Espíritu Santo que soy y esa especie de coquetería inocente y sin ningún tipo de pretensión, aún siguen vivos dentro de la niña que fui y que sigo llevando dentro.

Hay algo muy especial que sigue muy vivo muy dentro de mi y es el gusto por un buen perfume. No me gustan las aguas de colonia para echarse después de un baño, ni tampoco esa clase de perfumes que huelen a las millas , super recargados.. No!, para nada!...

Hay un perfume muy especial para mi, por supuesto! Ni os voy a dar el nombre de la marca que lo hace ni ningún otro dato que le haga publicidad a nadie. Pero hay un perfume que me encanta. Sí!, lo habéis adivinado, su nombre es EVIDENCE….. Y es ese tipo de perfume no suave, pero tampoco recargado, huele a jazmín, azahar, frutas suaves y deliciosas……. Lo suficiente ligero para no molestar el olfato de nadie, pero lo suficiente perfumado, sutilmente, para dejar un rastro de precioso aroma tras de mi…. Y me encanta usarlo cuando voy de viaje, hay un tamaño en vaporizador que no da problemas si va en el bolso al pasar el checking de un avión, simplemente me encanta!!.... Evidence, L’eau……

Me encanta aquello de…. “Predica y si hace falta utiliza palabras”. (Francisco de Asís)

Conocí a un hombre que se dedicaba a “predicar” por todos los sitios….. Cuando debía y cuando no. En una ocasión lo encontraron en el depósito de aguas de una ciudad poniendo pintadas por todos los sitios en aquel embalse que llevaba poco agua….. Lo llenaba de versículos y la gente que lo vio avisó a la policía; aquellas pintadas eran como muy sospechosas y pensaron que se trataba de un terrorista. Bueno, el tiempo y sus hechos demostraron que mucha pintada y mucho predicar, pero su vida dejaba muchísimo que desear, terminó negando al Señor y muchas otras cosas de las que no voy a hablar.

Me encantan las palabras del Apóstol Pablo a los Corintios: “Queda en claro que vosotros sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios vivo, no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”.

Creo que todos nosotros queremos dejar alguna huella en los que vienen detrás. En ocasiones será un sutil perfume, un “Evidence”, pero creo que muy por encima de eso queremos y deseamos dejar una influencia y una huella que perdure de una vida especial que marque a nuestros hijos y a todos aquellos que alguna vez han pasado por nuestro lado. Sabéis un secreto?, sólo hay un modo de hacer de esto una realidad, sólo hay un modo de que la huella de nuestra vida se perpetúe y lleve consigo hermosura a la vez que dignidad. Simplemente consiste en tener en cuenta el maravilloso e inescrutable plan de Dios para nuestras vidas. Sólo entonces los, tal vez cristales rotos por el dolor de nuestras vidas, podrán reunirse de modo que brillen de un modo precioso e inextinguible, un brillo que por mucho que otros se empeñen no podrán apagar jamás, sencillamente llevaremos con nosotros los preciosos frutos del Espíritu Santo: amor, gozo, paz, benignidad…mansedumbre, templanza….. No es cuestión de gritar a voces, poner pintadas en los montes o en los estanques…. Es cuestión de una vida que lleve escrita sobre si toda la verdad de Dios en toda Su esencia y en cada una de sus manifestaciones.

Me parecen hermosísimas las palabras de Dwight M. Kitch. “Aprendí de la sombra de un árbol que subía por la muralla, que la sombra de mi ser, mi influencia, pueden llegar hasta lugares donde yo no puedo entrar”.

Deseas que tu “Evidence”, se note, dure y perdure aún después de que tú te hayas ido??.... Quieres dejar una sutil y preciosa huella que les hable a otros del Amor de Cristo y del consuelo y preciosa salvación, paz y maravilla de Su bendita persona??...... Simplemente vive y sé una sencilla, suave y sincera carta abierta que, sin ni siquiera palabras, hable por si misma del inmenso Amor de Dios y de Su Espíritu que viven dentro de ti.