El efecto Jesús

Jesús es la solución inmediata al desconcierto humano respecto a su destino eterno. También es el verdadero antídoto contra la desesperanza y el vacío existencial y espiritual de muchísimas personas que lo detectan a tiempo; porque para muchos este síndrome de vacuidad se convierte en el asesino invisible y silencioso del alma humana.

Desgraciadamente no existe tal cosa como el Purgatorio que pueda redimir tardíamente nuestros pecados y maldades personales, que por cierto no son pocas. Dios nos ama y siempre ha tenido un plan maravilloso para nuestra vida presente y para nuestra vida futura.

Desde hace más de cuarenta años vivo instalado en ese plan divino de rescate y de propósito para nuestra vida actual y quiero reconocer públicamente que ha sido y sigue siendo una aventura emocionante y fascinante a la vez, como no te la puedes llegar a imaginar. Jesús vino al mundo para salvarnos de la condenación eterna y para regalarnos una vida nueva y abundante, una vida de plenitud en todos los sentidos más nobles que se puedan llegar a disfrutar.

Cuando Jesús dice "El que cree en mí...de su interior correrán ríos de agua viva", nos sugiere una intensa vida interior. Los ríos nos hablan de paz, de fuerza y de cauces que atraviesan todo tipo de paisajes y territorios inhóspitos. Cuando Jesús esta en tu vida y se convierte en el Rey de tu alma, puedes escuchar el sonido de Su Vida a través de esos ríos interiores que son impulsados por las turbinas del Espíritu Santo produciendo corrientes de vida en tu espíritu.

No se trata de escucharte a ti mismo/a, porque hemos de reconocer que gran parte del día lo pasamos hablando con nosotros mismos mentalmente y esto puede llegar a tener efectos neuróticos, en el peor de los casos. Definitivamente Jesús es capaz de hacerte auténticamente libre de la tristeza y de tu ensimismamiento mental. Jesús puede y quiere darle un nuevo efecto a tu vida, para que vayas en una nueva dirección y hacia un nuevo destino final que es la Casa del Padre.