Sí

Fue Sancho PANZA el que dijo que tantas letras tiene un “sí” como un “no”, pero decir una u otra, encierra todo un mundo de diferencias. Esa palabrita castellana, tan breve y humilde, como pío de pollito recién nacido tiene, sin embargo, un valor idiomático tremendo. Y veamos si no. Primero, es el nombre de una nota de la escala musical, la última de las siete: do-re-mi-fa-sol-la-si. En segundo lugar, es la forma reflexiva del pronombre personal de tercera persona; como cuando decimos “por sí mismo” o “consigo mismo” o “volvió en sí”. En tercer lugar, es adverbio de afirmación, y se opone al “no”. De este sí, hablaba el imponderable escudero de Don Quijote.

En cuarto lugar, actúa como una conjunción y denota varias cosas, como cuando uno dice: “lo haré si quiero” o “si llueve nos vamos a mojar”. Y por último, esta palabra tiene un quinto significado en nuestro hermoso, flexible y suave idioma de Castilla: es el símbolo químico del silicio: Sí.

Como “Desde el Corazón”, me gusta leer y escribir, me atrevo a decir como un mero “aprendiz de escribidor” que con las letras se forman unos textos en que los grandes son creadores de fantasías, y los buenos tratan de contribuir a la creación de un mundo más vivible, al que todos queremos pertenecer. Aclarando, que si bien la generalidad de la ficción literaria es admirable, jamás alcanza a la realidad cotidiana y menos aún a la que es inspiradora revelación de Dios.

Puesto que recordando al insigne escudero del Hidalgo Caballero, hemos subrayado el valor de la palaba “sí”, es imposible abstraerse al impresionante poema de Rudyard KIPLING: “Sí”; su reconocimiento internacional queda patente por el gran número de versiones y parodias que ha inspirado, así como por la amplia popularidad que todavía hoy tiene especialmente entre los lectores de lengua Inglesa. Uno de sus versos “Si te encuentras con el Triunfo y la Derrota y a estos dos impostores los tratas de igual forma”, está escrito en la pared de la entrada de jugadores de la pista central del torneo británico de tenis de Wimbledon. Siendo curiosamente leído por entero por Roger FEDERER y Rafa NADAL para un vídeo promocional de la final masculina de Wimbledon de 2008.

Todo el poema es certero, deja poco espacio al comentario. Pero además, es simple y profundo al mismo tiempo, como las grandes obras. En Radio “Bona Nova” lo hemos recitado, analizado párrafo por párrafo y lo hemos sugerido como un marco de referencia para aprenderlo como pautas de liderazgo, porque es una lección de vida y de gran utilidad para formación hacia una buena conducta.

Pero al mismo tiempo, este teólogo de andar por casa, también ha podido aprender de comentaristas del famoso poema británico, que el escritor KIPLING no era desconocedor de un pasaje del libro de los Proverbios que emplea la palabra “si” en su acepción de conjunción distributiva, e incluso se indica que pudo ser fuente de inspiración para el poeta. Dice así: “Hijo mío. SI recibes mis palabras… y guardas mis mandamientos dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría… SI inclinas tu corazón a la prudencia… SI clamas a la inteligencia, y a la prudencia das voces. SI como a la plata la buscases, y la rebuscas como a tesoros, ENTONCES entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.

Es evidente que aquí la conjunción “SI” está empleada para establecer una condición necesaria para obtener algo bueno. “Si recibes mis palabras… Si guardas mis mandamientos… Si inclinas tu corazón… Si clamas a la inteligencia… Si haces todas esas cosas, ENTONCES, sólo entonces, y por esa causa, llegarás a lo más grande: esto es, el CONOCIMIENTO DE DIOS.

Está claro que mientras estemos indiferentes a las cosas del alma y del espíritu, indiferentes a la Palabra de Dios, seguiremos hundidos en las penumbras espirituales, de la inteligencia emocional, y nuestra vida carecerá de luz y sin ésta, imposible será conocer la verdadera dicha.