Que la confrontación Israel-Hamás genera enorme controversia queda en evidencia cuando en un solo buscador de internet hallamos abundante información a favor y en contra de las posiciones que identifican a los actores de este sanguinario conflicto.
También leyendo los comentarios sobre esta serie y muchas otras publicaciones - en P+D y otros medios – verificamos demasiada pasión y una amplia gama de criterios que va de arraigados prejuicios a bien fundamentadas posiciones.
Será por esa razón que algunos consideren prudente callar antes que atizar el fuego que asuela Medio Oriente y que tiene como responsables a poderosos e impunes incendiarios.
LA NECESIDAD DE DESARROLLAR UN ESPÍRITU CRÍTICO
Por su compromiso personal con Jesucristo, el responsable de esta serie asume los riesgos que implica ejercer su espíritu crítico, y alienta a los lectores a desarrollar el suyo; pues está convencido de que sin una sana crítica se corre el riesgo de alejarse de la verdad y caer rápidamente en vanas justificaciones. Es recomendable pues no juzgar a nadie porque guarde silencio –no solo respecto de este asunto- pues, tan cierto como que en ciertos casos el silencio es salud, así en otros el silencio puede hablar mejor que mil palabras.
Nacido en un hogar respetuoso de la tradición católica romana quien aquí escribe supo que sus padres habían tenido un encuentro personal con el Señor Jesucristo gracias al convincente testimonio de un hombre que supo ser instrumental al Plan divino de Redención. Su fiel transmisión de la Buena Noticia halló eco en toda nuestra familia porque estaba respaldada por una práctica viva de la piedad. Al recordar a Don Miguel Altare sigue comprobando que en ese varón se cumplió, y se cumple, lo dicho por Jesús y el Evangelio (1).
La persona comprometida con Jesucristo sabe bien que en toda controversia hay intereses implícitos o explícitos, y que su privilegio es dar testimonio del Señor para ayudar a que su prójimo discierna lo falso de lo verdadero. Tener sentido crítico incluye una serie de principios. Todo genuino cristiano haría bien en recordarlos y descubrir otros.
1. Todo conflicto es consecuencia del pecado (2). No reconocerlo es trasladar el problema de su contexto real a otro imaginario e inexistente.
La mentira es la manifestación más difundida del pecado. Así, la mentira de Estado es la manera usada por los déspotas para dominar a un electorado sin espíritu de crítica. Hitler tuvo en Goebbels al padre de la ‘propaganda de estado’; mintiendo siempre llegaron a imponer un falso relato. Una de sus mentiras fue acreditarle a ‘antisemitismo’ el significado de ‘judeo-fobia’, cuando cualquier lector de la Biblia sabe que Sem – uno de los hijos de Noé – origina la línea genealógica de la que desciende Abraham, padre de Ismael e Isaac.
El historiador francés de origen judío Joseph Pérez dice que el término
‘antisemitismo’ fue acuñado por el periodista alemán Wilhelm Marr en 1873 sacándolo de su contexto original para
‘descalificación de un grupo étnico’ lo que ‘no deja de presentar una contradicción interna: el antisemitismo viene dirigido únicamente contra los judíos, cuando, en rigor, tan semitas son los árabes como los judíos.’(3)
El sionismo lo adoptó como propio a partir de entonces para defenderse del espíritu anti-judío que predominaba en Europa e impuso la confusión de la que saca provecho hasta el día de hoy. Cuando el poderoso sionismo globalizado le aplica el vocablo ‘antisemita’ a quien se atreva a criticar sus prácticas inhumanas, ilegales y desleales, la tal persona habrá de enfrentarse con un verdadero vía crucis (4).
Recientemente, los académicos Alain Badiou y Eric Hazan que han investigado el antisemitismo en Francia explicaban en una pequeña obra la confusión que se crea con las palabras mal empleadas:
“las palabras tienen su importancia en este negocio: al definirse Israel como un Estado Judío, se produce una suerte de fusión entre la palabra 'judío' y las prácticas del gobierno israelí” (5). Cabe preguntarse si esa fusión es premeditada con el fin de causar confusión.
En este problema con las palabras y sus significados, Nirenberg recuerda que
“judío no es lo mismo que hebreo, los israelitas no son israelíes, israelí no significa necesariamente sionista o judío (o viceversa) y muchos de los que han sido llamados 'judíos' o 'judaizantes' no se identifican en absoluto con el judaísmo”. (6)
2. Dios es quien pone y quita gobernantes, no solo los del estado de Israel sino los de todos los países del mundo (7). La máxima responsabilidad de los gobernantes es salvaguardar el Derecho internacional que firmaron respetar como estados miembros de la ONU, que incluye la Declaración de los Derechos Humanos, única manera de fortalecer el frágil orden mundial.
Toda persona que decide respetar a las autoridades de su país aunque este transgreda reiteradamente normas de la comunidad internacional tiene un serio problema de conciencia. Quienes dicen que por algo ‘Dios permite’ acciones transgresoras de parte de los gobernantes no solo pretenden justificar lo injustificable; también demuestran un liso y llano desconocimiento de la voluntad de Dios.
‘Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.’ (8)
La justicia se encarga de aplicar la Ley y de castigar a los transgresores. Pero, ¡Ay de los jueces que no juzgan conforme al Derecho! ¡Ay de los convictos que acusan a los jueces por condenarles!
‘¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera.’ (9)
3. La Biblia no promete un estado terrenal judío o cristiano antes del regreso de Jesucristo; en cambio, sí ofrece una detallada explicación sobre la Jerusalén celestial que esperan los escogidos (tanto judíos como gentiles).
‘Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre’. (10) ‘os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.’ (11)
El título de nuestra anterior entrega da pie para sostener ahora que la tragedia pergeñada por los nazis contribuyó a que el sionismo del siglo 19 se hiciera de un estado territorial, y reconocido por la ONU.
Lo que la Declaración Balfour y la banca Rothschild intentaron realizar a principios del siglo 20, el sionismo lo haría realidad recién en 1948 después del Holocausto; aunque no sería tal y como lo había soñado Teodoro Herzl.
LA NECESIDAD DE GANAR LA ELECCIÓN CLAVE
Veremos a continuación el enorme esfuerzo del sionismo para que la ONU votase a favor de la partición de Palestina en dos estados.
Debe compararse esta conducta de soberbio ninguneo que exhibiría de allí en más el Estado de Israel respecto de las numerosas resoluciones de la ONU en su contra por violación reiterada del Derecho(12).
Revisemos lo que ocurría en los días previos al 29 de noviembre de 1947 cuando se celebró la cumbre que definiría el destino de Palestina. El sitio elegido fue un patinódromo en Flushing Meadows-Corona Park ya que el organismo no tenía aún su actual edificio.
Los bien documentados autores de ‘Oh, Jerusalén’ cuentan:
‘Recién llegados a la diplomacia mundial, numerosos Estados que no tenían relación ni interés alguno con el conflicto, tenían voz y voto, igual que las naciones implicadas. En este principio de guerra fría, cuando EE.UU. y Rusia estaban de acuerdo por última vez, ¿cuál sería el voto de la India y del Pakistán, que acabarían, algunos meses después, por sellar la repartición con un baño de sangre?’ Por su parte, los países de Latinoamérica y del Extremo Oriente,
‘buscaban la ocasión de afirmar su independencia contra la hegemonía de EE.UU.; lo mismo ocurría incluso en Francia, cuyas tradiciones oscilaban entre sus intereses árabes y su amistad con los judíos.’(13)
Los políticos norteamericanos, conscientes de la importancia electoral de su comunidad judía, desplegaron una activa campaña a favor de la partición, la emigración irrestricta a Palestina y la creación de un Estado judío. Pero esa conducta contrastaba con la decisión del Congreso que rechazaba incrementar las cuotas de inmigración para los refugiados de Europa. Esta hipocresía política marcaría el desempeño de EE.UU. en esos días decisivos para el destino del proyecto sionista. Por un lado enfatizaban la necesidad de enviar 250.000 inmigrantes judíos a Palestina donde vivían 1.200.000 árabes;
‘pero aquellos legisladores no habían dejado que 4.767 supervivientes de las cámaras de gas franquearan las puertas de la tierra prometida americana durante los ocho primeros meses de 1946.’(14)
El Ministro de Asuntos Exteriores de la Agencia Judía, Moshe Sharett, elaboró una estrategia de última hora para intentar conseguir los votos que asegurasen el triunfo en el escrutinio. Como no quedaba tiempo material para ello, Moshe y sus colaboradores rogaron a los representantes que habían asegurado su voto afirmativo que ocuparan la tribuna de oradores lo más que pudiesen. Al llegar la noche, el presidente de la Asamblea, Oswaldo Aranha del Brasil y partidario del reparto, decidió aplazar el escrutinio hasta la próxima sesión la que se efectuó el 29 por ser el 27 el día nacional de Acción de Gracias, ganando el sionismo más de 48 horas.
En ese lapso y a pesar de las protestas airadas de los representantes árabes por la sorpresiva estratagema parlamentarista, llegaba el momento de ejercer toda suerte de presiones sobre los países remisos al reparto para hacerles cambiar el voto y lograr los dos tercios necesarios para ganar el escrutinio. Veamos cómo EE.UU. apoyó a los judíos:
1. El Presidente de EE.UU. Harry S. Truman en persona tomó cartas en el asunto:
a). Advirtió al representante de EE.UU. ante ONU, Hershel Johnson, que si la votación fracasaba lo haría único responsable.
b). Obligó a su consejero, el financista Bernard Baruch, que amenace a Alexandre Parodi – delegado de Francia ante la ONU – a votar favorablemente so pena de suspender toda clase de ayuda americana al país galo.
2. El parlamentarista por el Estado de New York, Emmanuel Celler, presionó al Presidente Truman con un cable en el que le pedía que
“países recalcitrantes como Grecia, fueran llevados a la razón” (15).
3. Los jueces del Tribunal Supremo de EE.UU. presionaron por escrito al Presidente filipino advirtiéndole
“que corría el riesgo de perder millones de amigos y partidarios americanos” (16) si votaba en contra del reparto.
4. Agentes sionistas acorralaron al delegado de Haití en el barrio de Harlem para hacerle cambiar su voto.
5. El empresario norteamericano Harvey Firestone fue amenazado con un boicot de su producción si
‘no lograba convencer al Presidente de la República Africana de Liberia para votar a favor de la partición’ (17). Firestone poseía en ese país 400.000 Has con plantaciones de hevea y se aprestaba a ampliar sus inversiones.
Finalmente, con el nerviosismo propio de quienes estaban en los umbrales de cumplir con un sueño milenario, llegada la hora de la votación y escrutinio, el resultado fue de 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones, con la ausencia de Tailandia.
La alegría de los sionistas contrastaba con la ira de los representantes árabes canalizada a través de Jamal Husseini, primo del Gran Mufti de Jerusalén quien, poco antes del escrutinio había anticipado que si la ONU votara a favor del reparto los árabes de Palestina, harían la guerra a los judíos apoyados por todos los Estados árabes, tan pronto como se marchasen los británicos (18).
Siete meses después, un número de personalidades de origen judío - entre ellos Albert Einstein - envió una carta al New York Times cuyo contenido crítico sacudió a la opinión pública norteamericana e internacional. Allí se decía:
“Entre los fenómenos políticos más inquietantes de nuestra época tenemos, en el Estado de nueva creación de Israel, la aparición del ‘Partido de la Libertad’ (Tnuat Haheteur), un partido político con un enorme parecido en cuanto a su organización, métodos, filosofía política y planteamientos sociales, a los partidos nazi y fascista. Dicho partido ha sido formado por los miembros y partidarios del antiguo Irgun Zyai Leumi, una organización nacionalista de extrema derecha en Palestina” (19).
El profesor de origen judío Yakov Rabkin resume:
‘En lugar de proporcionar un refugio seguro, Israel se ha convertido en el lugar más peligroso para los judíos. Hannah Arendt, refugiada alemana en Nueva York e intelectual sionista, escribió en vísperas de la declaración unilateral de la independencia de Israel: ‘E incluso si los judíos fueran a ganar la guerra.... los victoriosos judíos vivirán rodeados por una población árabe totalmente hostil, y encerrados dentro de fronteras cada vez más amenazantes, absorbidos en su autodefensa física [...]’
Sin saberlo Hannah Arendt hizo eco al rabino antisionista Amram Blau, quien acusó a los sionistas de no tener respeto alguno por la vida humana: ‘ellos han demostrado ser irresponsables, extendiendo su dominio sobre zonas de la Tierra Santa habitadas por árabes, y por consiguiente haciendo que todo el mundo árabe entre en conflicto con la comunidad judía’.
En realidad, no hay otro tema que divida a los judíos tan profundamente como la cuestión de Israel. A diferencia de los judíos, los sionistas cristianos -varias veces más numerosos que todos los judíos del mundo-, constituyen hoy la más poderosa fuerza a favor de Israel en los Estados Unidos.
La conflagración reciente confirma que el Estado de Israel, militarmente superior y gozando de la impunidad, puede hacer irrelevantes las resoluciones de la ONU y desdeñar el derecho internacional; pero no puede traer la paz a tan sufrido país” (20).
En la próxima analizaremos el afán expansionista del sionismo en el poder. No dejemos de orar por los que sufren días aciagos en esta región sometida al escándalo de la guerra.
Hasta entonces, si el Señor lo permite.
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Notas
Ilustración: Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 29 de Noviembre de 1947. (Foto: Archivo GPO).
1. Lucas 24:6; Juan 15:20; Hebreos 13:7
2. Romanos 5:12; Gálatas 5:19-21; Romanos 6:23; Juan 8:43,44
3. Historiador e hispanista nacido en Francia, de origen judío, ‘Los judíos en España’, Marcial Pons Ediciones de Historia S.A., 2005, ISBN: 84-96467-03-1
4. Un caso reciente es el de la pareja de actores españoles formada por Javier Bardem y Penélope Cruz que salieron a defender a los palestinos gazatíes con una carta firmada por una centena de actores; las corporaciones sionistas que dominan Hollywood los tildaron de ‘antisemitas’ y les exigieron que fuesen a Israel a pedir público perdón si desean seguir trabajando. El actor estadounidense Jon Voight, padre de la actriz Angelina Jolie, publicó una carta abierta en varios medios de su país en la que acusa a los actores españoles Javier Bardem y Penélope Cruz "de incitar al antisemitismo" por calificar de genocidio la operación israelí en Gaza. “Ahora algunos me han puesto la etiqueta de antisemita, igual que a mi esposa, lo que es la antítesis de lo que somos como seres humanos. Detestamos el antisemitismo igual que detestamos las horribles y dolorosas consecuencias de la guerra”, declaró Javier Bardem
5. Alain Badiou y Eric Hazan , ‘L’antisémitisme partout- Aujourd’hui en France’ (La Fabrique éditions, 60 pages)
6. Ibíd.
7. Juan 19:10,11; Romanos 13:1-8; 1ª Corintios 15:23-25; Efesios 1:17-23; Tito 3:1; 1ª Pedro 3:22; Apocalipsis 2:26
8. Romanos 5:20,21
9. Romanos 6:1,2a
10. Gálatas 4:24-26
11. Hebreos 12: 22-29; comparar con Apocalipsis 21:10-27
12. Ver la primera nota de la serie en:
http://www.protestantedigital.com/ES/Magacin/articulo/6652/Israel-de-dios-o-de-los-hombres
13. Dominique Lapierre y Larry Collins, Ed. Plaza & Janes S.A. Editores, undécima edición, marzo 1973, página 31
14. Ibíd. Página 32
15. Ibíd.
16. Ibíd.
17. Ibíd.
18. La versión oficial de la Resolución 181 de la ONU puede leerse en versión pdf y guardarse,
clicando aquí
19. Leer la carta completa con la lista de judíos firmantes clicando en
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=78295
20. Yakov Rabkin es de origen judío, catedrático de historia en la Universidad de Montreal. Su libro ‘’A Threat from Within: A Century of Jewish Opposition to Zionism (Una amenaza desde adentro: un siglo de oposición judía al sionismo) ha sido publicado en doce idiomas. Se opuso a la creación de dos estados y es partidario de un estado binacional
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