Desde su título el libro llamó mi atención. El mismo iba contra lo bien conocido sobre que Dietrich Bonhoeffer fue condenado a pena de muerte por haber sido parte de un intento de matar a Adolfo Hitler. Me propuse leer el libro en cuestión y lo que sigue resume la tesis principal de la obra.
El volumen tiene el título
Bonhoeffer the Assasin? Challenging the Myth, Recovering His Call to Peacemaking (¿Bonhoeffer el asesino? Reto al mito, recuperación de su llamado a construir la paz). Son tres los autores: Mark Thiessen Nation, Anthony G. Siegrist y Daniel P. Umbel, y la casa publicadora Baker Academic, Grand Rapids, Michigan, 2013.
Thiessen Nation tuvo a su cargo los capítulos históricos, en los cuales traza las etapas de la vida de Bonhoeffer, con especial atención a las evidencias que apuntan hacia la ausencia del teólogo alemán en complot alguno para terminar con la vida de Hitler. Siegrist y Umbel analizan el tópico de la ética en la teología de Bonhoeffer a lo largo de la obra de éste, sus planteamientos iniciales, desarrollo y planteamientos hacia el final de su vida.
Dietrich Bonhoeffer tuvo una corta vida, apenas de 39 años, nació en 1906 y fue ejecutado en 1945. El interés de Thiessen Nation no está en hacer una biografía pormenorizada sobre ésos 39 años, sino en
documentar el itinerario de Bonhoeffer que le llevó tanto a ser un decidido opositor al totalitarismo nazi como a su convicción de resistirlo por medios no violentos.
La opción pacifista y pacificadora no siempre fue el camino que hizo suyo el teólogo germano. Por ejemplo, casi al final de un año (marzo 1928-febrero 1929) como pastor asistente de la comunidad de habla alemana en Barcelona, Bonhoeffer dio una conferencia sobre ética cristiana, en ella consideró que en los tiempos que corrían era inaplicable el Sermón del Monte y dio argumentos sobre la legitimidad de aniquilar a los enemigos que ponían en peligro la integridad familiar y la de la nación alemana.
Thiessen Nation anota: “Las evidencias sugieren que para 1929 Bonhoeffer estaba en un serio itinerario teológico (y espiritual), itinerario durante el cuál él sería transformado durante el año escolar de 1930/31, cuando estuvo en la ciudad de Nueva York”. ¿Qué pasó en esos casi doce meses en los que hizo estudios teológicos, enseñó en las aulas y tuvo contacto con iglesias cuya feligresía era tan distinta a la conocida por él en Alemania?
En sí misma la experiencia del año escolar de Bonhoeffer en el renombrado Union Seminary no fue muy gratificante, como dejó constancia en sus críticas escritas. Sin embargo
las relaciones establecidas con otros compañeros de estudios y congregantes de una iglesia afroamericana resultaron para él muy aleccionadoras y enriquecieron su pensamiento teológico.
Cuatro nuevos amistades en Nueva York tuvieron en Bonhoeffer un impacto transformador: Paul Lehman, norteamericano que hablaba fluido alemán y quien mantendría contacto con aquél casi hasta su muerte; Erwin Stutz, suizo y comprometido estudioso de Karl Barth y clave para mantener el vínculo entre éste y Dietrich; Jean Lasserre, pastor reformado francés, con él tuvo Bonhoeffer “su primer encuentro con un pacifista cristiano de su generación […] Lasserre lo confrontó con la aceptación del mandato pacifista de Jesús, el cual nunca antes había considerado [seriamente]”; Frank Fisher, afroamericano que conectó a Bonhoeffer con la Abyssinian Baptist Church, congregación afroamericana grande en Harlem y situada relativamente cerca de Union Seminary.
Las contantes conversaciones con Lasserre llevaron a Bonhoeffer “a un nuevo entendimiento del Sermón del Monte […] también fue Lasserre quien dio el impulso inicial el gran libro de Bonhoeffer, [El costo del] Discipulado”, afirma Eberhard Bethge, discípulo, amigo de muchos años y biógrafo del teólogo germano. El gran libro de Bonhoeffer al que apunta Bethge existe en castellano publicado por Ediciones Sígueme con el título
El precio de la gracia. El seguimiento.
En compañía de Jean Lasserre, Bonhoeffer viajó a México a principios del verano de 1931. Ambos dieron conferencias y charlas públicas sobre la paz.
En una carta a su novia, Elizabeth Zinn, de fecha 27 de enero de 1936, Dietrich Bonhoeffer le confía el proceso de cambió que comenzó en Nueva York y continuó intensamente por un tiempo, hasta darle nuevas perspectivas de sí mismo y el significado de la fe cristiana. Escribió: “vine a la Biblia por primera vez. Es terriblemente difícil para mí decir esto. Había predicado muchas veces, había visto mucho de la iglesia, había dado sermones y escrito sobre ella, pero todavía no había llegado a ser cristiano”. Es cuando, sigue
Bonhoeffer, “la Biblia, especialmente el Sermón del Monte, me liberó. Desde entonces todo es diferente. Estoy claramente consciente de ello; incluso quienes me rodean lo han percibido. Esa fue la gran liberación”.
No sería la única vez que Bonhoeffer dejaría constancia sobre la que llamó su gran liberación. A partir de entonces fue un teólogo y activista firme partidario de la no violencia, la construcción de la paz, como vía duradera para la transformación social. Fue un férreo opositor al nazismo y sus postulados supremacistas, pero no se involucró en conspiraciones para asesinar a Hitler.
El mito sobre la participación de Bonhoeffer en el intento de magnicidio contra Hitler se sigue propagando con mucho éxito. Varios autores han difundido tal mito, más recientemente la leyenda la ha sostenido Eric Metaxas, quien escribió originalmente en inglés una biografía que se ha hecho popular, por lo que estuvo en la lista de best sellers en 2010. Dicha obra fue traducida al español y publicada en nuestra lengua en 2012 por Grupo Nelson (
Bonhoeffer: pastor, mártir, profeta, espía). En un impreso promocional del libro los editores difundieron que el teólogo alemán “es reconocido y recordado tanto por sus obras sobre espiritualidad así como por su ejecución en 1945 en un campo de concentración debido a su participación en el complot para asesinar a Adolf Hitler […] El biógrafo también brinda detalles de su participación en el famoso complot Valquiria y en Operación 7, el esfuerzo para el contrabando de judíos en la neutral Suiza”.
Dietrich Bonhoeffer sí participó en acciones para salvar a judíos enviándolos secretamente a Suiza. Pero es una total distorsión de los hechos y pruebas documentales que fue parte de Valquiria, o de cualquier otro intento de asesinar a Hitler. Lo prueba nítidamente el libro de Thiessen Nation, Siegrist y Umbel (
Aquí en Amazon). De esas copiosas evidencias me ocuparé en la próxima entrega.
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