miercoles, 27 de noviembre de 2024   inicia sesión o regístrate
 
Protestante Digital

 
Educación teológica VI
3
 

José Manuel Díaz Yanes: Conocer bien lo que proclamamos

Es preciso que la Iglesia responda a las necesidades del hombre de hoy; no sólo del hombre de la calle que va a ser evangelizado, sino también del propio creyente, que se cuestiona y se replantea muchas veces lo que ha aprendido, especialmente la gente más joven, que estudia y se ve confrontada a formas de pensamiento que precisan de una respuesta clara.
MUY PERSONAL AUTOR Jacqueline Alencar 18 DE ABRIL DE 2014 22:00 h

José Manuel Díaz Yanes, rector del CEIBI.


Siguiendo con la serie sobre Educación Teológica, hoy entrevistamos a José Manuel Díaz Yanes, Rector del CEIBI (Centro de Investigaciones Bíblicas). Díaz Yanes es Doctor en Filosofía porla Theological Universityof America (USA), Doctor en Sagrada Teología por St. Alcuin House University (USA), Magíster en Teología Espiritual porla Facultad Teológica Teresianumde Roma y Licenciado en Teología por el Seminario Bíblico Latinoamericano de Costa Rica. Además, es licenciado en Teología porla Escuela Evangélicade Teología de la FIEIDE, Grado en Teología por la Facultad de Teología Asambleas de Dios de España, Diplomado en Teología en la Facultad de Teología del Norte de España en Burgos y tiene la Diplomatura en Ciencias Bíblicas por la Casa de la Biblia de Madrid.

Pregunta.- ¿Cuál es el propósito de la enseñanza y la educación teológica?
Respuesta.- La enseñanza y la educación teológica, como su nombre indica, tienen un claro propósito: enseñar, formar, instruir y educar. Entendiendo que el conocimiento de Dios y de su Santa Palabra es fundamental para la vida de la Iglesia en todos sus ámbitos, desde la evangelización hacia el exterior hasta el crecimiento interno y personal de cada creyente, nuestro CEIBI se ha esforzado durante más de un cuarto de siglo en ofrecer precisamente una educación teológica completa y de alta calidad.

P.- ¿Es la educación teológica parte de la misión más allá de la evangelización?
R.- No podemos desgajar la evangelización de la formación teológica. Pensamos que si nos formamos teológicamente es para estar mejor preparados para, como nos dice el apóstol San Pedro, «estar siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que nos demande razón de la esperanza que hay en vosotros» (1 P. 3:15). Esto está conectado con la formación bíblica y teológica y la evangelización. Entonces, uno de los motivos de la educación teológica es la evangelización. Por otro lado no podemos obviar las palabras de Jesucristo cuando dijo que fuéramos por todo el mundo a predicar el evangelio a toda criatura (Mt 16:15), y lo más apropiado para esto es estar lo mejor formado que podamos en Biblia y Teología.

P.- ¿Cuál es el papel de la enseñanza en la Misión?
R.- El Señor Jesús, según leemos en San Mateo 28:20, comisionó a los apóstoles, vale decir a la Iglesia, para enseñar a los nuevos discípulos todo cuanto él había ordenado. No es porque sí que desde hace muchos siglos la Iglesia se ha esforzado en formar a quienes habían de consagrarse al Sagrado Ministerio. Esta necesidad aún se vio con más claridad a partir de la Reforma, dado que todos los creyentes habían de conocer los contenidos fundamentales de la fe cristiana tal como los muestra la Santa Biblia. Pretender que la Iglesia pueda desempeñar su misión en el mundo sin un sistema bien elaborado, bien estructurado, de seminarios que impartan una enseñanza correctamente cimentada, sería un error colosal. De hecho, uno de los mayores problemas que se están viviendo en la actualidad en muchas iglesias consiste precisamente en la escasa —a veces nula— formación de quienes se suponen las han de dirigir. Quien no conoce bien la teología de la Iglesia, no puede prestar un servicio adecuado, por muy buena voluntad o muy buena disposición que tenga.

P.- ¿Es la educación teológica sólo para los líderes y pastores?
R.- Ha existido tiempo atrás una corriente de pensamiento que circunscribía sólo a los clérigos y pastores la formación teológica. Hoy, gracias a Dios, ya no es así. De hecho, son cada vez más los miembros laicos de las iglesias que desean formarse en este campo, o bien para su propia edificación personal y particular (¡que está muy bien!), o bien para un mejor servicio a sus iglesias (¡mejor!). Es muy importante que las iglesias, tanto a nivel local como denominacional, asuman la responsabilidad de formar teológicamente, no sólo a quienes habrán de desempeñar labores ministeriales a pleno tiempo, sino también a quienes vayan a ejercer otros ministerios o actividades, o simplemente a quien desee hacerlo. Ello sólo redundará en beneficio de la obra de Dios y para honra de su Nombre, nunca hay que olvidarlo.

P.- ¿Deben las instituciones y programas de educación teológica realizar una revisión misional de sus planes de estudio, estructuras y ética, de manera que sean los adecuados para coadyuvar a la iglesia a responder a los desafíos a los que se enfrenta en este siglo XXI?
R.- Obviamente, la respuesta ha de ser un rotundo SÍ. Imaginemos la tragedia que supondría que estudiantes de teología de nuestros días se formaran con parámetros de hace, no ya veinte o treinta, sino cien o doscientos años. Aunque parezca mentira, tal es el caso de algunas instituciones empeñadas en el mantenimiento de unos patrones teológicos que hoy pueden resultar discutibles. Es preciso que la Iglesia responda a las necesidades del hombre de hoy; no sólo del hombre de la calle que va a ser evangelizado, sino también (y esto se olvida con harta frecuencia) del propio creyente, que se cuestiona y se replantea muchas veces lo que ha aprendido, especialmente la gente más joven, que estudia y se ve confrontada a formas de pensamiento que precisan de una respuesta clara. De ahí la difícil tarea de los seminarios y centros de estudios de teología, que debemos bascular entre el mantenimiento de unos principios doctrinales muy claros que son irrenunciables y las realidades de un mundo cambiante que nos desafía con nuevas preguntas. Nuestra sagrada obligación es profundizar cada vez más en el meollo de la Revelación, en el mensaje central de Cristo, siempre válido, perenne, pero capaz de manifestarse en todas las épocas de la historia humana.

P.- ¿Cómo se encuentran nuestras iglesias en materia de educación teológica, hoy?
R.- Como hemos apuntado en una respuesta anterior, no todas las iglesias, por desgracia, cumplen debidamente con su cometido de formar bíblica y teológicamente, no ya a sus miembros sino incluso a sus ministros, en aras de unas posiciones previas que resultan, a la larga o a la corta, nocivas. La Palabra de Dios revelada en la Santa Biblia puede convertirse en un arma de doble y triple filo: en manos de personas bien formadas, especialmente ministros, redunda en gran bendición; nadie que haya adquirido una educación teológica seria y la haya hecho suya, cederá fácilmente a la tentación de creerse por encima de los demás, sino que al contrario será muy consciente de sus limitaciones; pero en manos de gentes sin formación, deviene con facilidad una especie de hacha o de martillo de supuestos herejes, y un manual de legalismo, de fanatismo, de intransigencia ciega, e incluso un instrumento de persecución. Son muchas las familias enteras que abandonan congregaciones, simplemente porque quienes supuestamente las dirigen son personas carentes por completo de la formación más mínima en asuntos teológicos, meros repetidores de clichés y estereotipos con tendencia al endiosamiento.

P.- ¿Cómo implementarla a todos los niveles, en caso que no todos los creyentes tengan acceso a la misma?
R.- En relación a esta pregunta, las iglesias debieran ser en extremo cuidadosas a la hora de escoger a sus ministros, tanto las que se rigen por el sistema congregacional como las más estructuradas. Dicho con total claridad, no debiera acceder a la función pastoral nadie que careciera de formación bíblico-teológica reglamentada. Puede sonar un poco duro, pero es la realidad. A nadie nos gustaría ir al ambulatorio, al dispensario o al hospital y ponernos en manos de facultativos no titulados, por mucha tradición médica que hubieran respirado en su familia, pongamos por caso. Y a la hora de escolarizar a nuestros hijos, desde la escuela primaria hasta la universidad, pondríamos serios reparos si supiéramos que los docentes no tuvieran una formación académica previa. Se nos hace difícil imaginar por qué muchas iglesias no tienen ese mismo cuidado a la hora de escoger a sus ministros. ¿Acaso el servicio al Señor y a su Iglesia son de menos valor que el desempeño de ciertas profesiones? Y nadie se engañe: ni la buena voluntad, ni los buenos deseos hacen de nadie un buen ministro para nuestros tiempos actuales sin la preparación adecuada. De ahí que las iglesias deben buscar buenos seminarios. Hay una amplia gama de ellos, lógicamente, y cada iglesia, o cada candidato al ministerio, puede elegir el que más se adapte a sus necesidades o a su orientación doctrinal y teológica. Y en el caso de los miembros laicos que deseen tener una formación adecuada para servir mejor en sus iglesias, se les debe dar la opción a estudiar en los seminarios o institutos bíblicos. O las iglesias procurar organizar cursillos sobre temas específicos. Han de ponerse en contacto con los seminarios o institutos bíblicos correspondientes, o el sistema de formación que tengan organizado, para que colaboren con ellas. No les negarán jamás la ayuda necesaria.

P.- ¿Cómo debe, entonces, hacer frente a estas necesidades?
R.- Ya lo hemos indicado: para los candidatos al ministerio, pónganse en contacto con seminarios en los que puedan cursar sus estudios. Lo mismo para los laicos que se quieran formar al mismo nivel. Y para ambos, cuando son ya algo mayores y trabajan y no disponen de un trienio libre para asistir al seminario presencial, existen centros de formación teológica que imparten los estudios a distancia. Nuestro CEIBI tiene una acreditada experiencia de 28 años en la docencia bíblico-teológica en la modalidad «a distancia», dando unos excelentes resultados. En 28 años hemos graduados a unos 130 hermanos y hermanas, tanto pastores como laicos.

P.- ¿Cuáles son las consecuencias de una falta de educación teológica, tanto para la iglesia como para la misión?
R.- Son trágicas. Una iglesia que carece de educación teológica, tarde o temprano será llevada «de todo viento de doctrina», como dice el Sagrado Texto. Resulta aterrorizadora la situación de más de una iglesia de nuestro propio país que, debido a la moda de negar la utilidad de los estudios bíblicos-teológicos en un momento dado, se ha ido al garete. Si no hay una formación de base, cualquiera puede decir cualquier cosa y hallar eco. Así nos explicamos cómo congregaciones que otrora eran puntales del protestantismo español, hoy languidecen o sencillamente desaparecen, demasiadas veces divididas y destrozadas por olas de ideas a cual más estrambótica o por personajes de dudosa calidad ética que pretenden ser portadores iluminados de la mismísima Palabra Viva del Dios Vivo. La Reforma nos puso en guardia ya en su momento contra estos excesos y estableció la necesidad y la obligatoriedad de una educación teológica firme para quienes fueran a desempeñar el ministerio pastoral o docente, que muchas veces son lo mismo. Y es que tiene toda la lógica: si hemos de evangelizar al mundo compartiendo las Buenas Nuevas de Cristo Redentor, hemos de conocer bien lo que tenemos que proclamar, y saber por qué lo proclamamos y por qué no, o por qué lo hacemos de una manera y no de otra. Nada de esto es posible sin una sana teología.

P.- ¿Deben las iglesias relacionarse con seminarios o institutos bíblicos? ¿Cuál la mejor forma de hacerlo?
R.- Se supone que las distintas denominaciones debieran proveer para tener sus propios centros de formación teológica. Si tal no fuere el caso, deben orientar a sus candidatos al ministerio o a cualquier persona que desee formarse en teología hacia los seminarios o institutos bíblicos existentes. La mejor manera de hacerlo es la más fácil: escribiendo o comunicando directamente por los medios al uso. En este sentido, nuestro seminario, el CEIBI, dado que no es estrictamente hablando dependiente de ninguna denominación en concreto, sino que sirve a todas las que deseen aprovechar sus programas teológicos, desempeña un magnífico papel. Quienes se han formado en él han adquirido una visión muy amplia del panorama cristiano y protestante actual, dado que hemos tenido que estudiar todas las posturas existentes.

P.- ¿Cómo asegurar la centralidad de la Biblia en nuestra educación teológica pero sin dejar de lado otras vertientes de conocimiento y la realidad social en la que estamos insertos?
R.- Ningún seminario protestante que se precie de serlo puede arrinconar la Palabra de Dios. De hecho, cuanto se debe estudiar en los distintos programas teológicos, ha de tener forzosamente una orientación bíblica. La Biblia ha de ser en todo momento el manual principal y aquél al que se refieran todos los otros.

Según el testimonio de más de un estudiante nuestro, nos dicen que cuando se formaban como alumnos en el CEIBI, una de las cosas que más les gustaron de su programa de estudios fue el hecho de que incluso materias tan aparentemente alejadas de la formación bíblica como Filosofía o Historia de la Filosofía, por no mencionar otras relacionadas con las distintas religiones o con ciertas áreas del pensamiento, siempre tenían como punto de referencia aquello que la Palabra de Dios enseña. Pensamos que es la mejor manera de proceder en este campo.

P.- ¿Cómo ha sido su experiencia en cuanto a su propia formación?
R.- Después de mi conversión en el año 1968, comencé en mi iglesia local de la FIEIDE a asistir a unos cursillos bíblicos que se impartían cada sábado. Allí surgió mi aprecio al estudio de las Escrituras y de la Teología. Avanzando en los estudios comencé a estudiar los cursos bíblicos Emaús y luego los de la Académica Cristiana del Aire, todos a distancia, ya que al ser funcionario en activo no podía permitirme el lujo de asistir tres o cuatro años a un seminario presencial, fuera de España, claro está, ya que en España no existía entonces prácticamente nada. Con el correr de los años pude graduarme en la Escuela Evangélica de Teología de la FIEIDE y en el Seminario Bíblico Latinoamericano, hasta concluir los estudios superiores en la Universidad Teológica de América. Como se puede ver, prácticamente casi todo a distancia, ya que no sólo era por vivir en unas islas muy lejanas de la Península, sino por mi trabajo secular. De ahí el especial afecto que tengo por la formación bíblico-teológica a distancia, ya que por propia experiencia sé que es una excelente herramienta para lograr una formación de calidad académica.

P.- Usted es responsable de una institución evangélica dedicada a la formación bíblico-teológica, ¿qué retos y qué perspectivas se plantean?
R.- CEIBI ha asumido desde su origen el desafío de formar -y formar bien- tanto a quienes se hayan de consagrar al sagrado ministerio pastoral como a quienes tan sólo deseen adquirir conocimientos bíblicos y teológicos. Puede parecer pura pedantería o presunción, pero no lo es. No hay más que escuchar a la gran cantidad de alumnos de todos los países en los que se habla nuestra lengua y que se han formado con nosotros para estar seguros de lo que afirmamos. CEIBI no ha cejado en este empeño. De hecho, renovamos de continuo nuestros módulos de estudio y materiales propios, así como los programas de estudios, poniendo al día bibliografías y buscando en todo momento la excelencia. Como humanos que somos, tenemos plena conciencia de nuestras limitaciones y siempre tenemos que estar aprendiendo. En estos momentos, nuestro reto más grande sigue siendo el estar en la cresta de la ola en lo referente a la calidad de la formación teológica que nuestros profesores imparten, así como el facilitar a todos cuantos lo deseen el poder estudiar con nosotros.

P.- ¿Piensa que todas las instituciones académicas evangélicas priorizan también en sus planes de estudio el desarrollar en el alumnado un compromiso con la realidad que lo circunda?
R.- Puesto que el mundo evangélico es amplio y variopinto, no todos los centros de educación teológica persiguen exactamente los mismos fines. Eso es evidente. Mucho nos tememos, como indicábamos antes, que alguno que otro se autoerija en bastión inexpugnable de una verdad concreta frente a un mundo considerado esencialmente maligno. Entendemos, por nuestra parte, que quien sale hoy de un seminario para servir en una congregación o simplemente para colaborar en ella, no puede limitarse a repetir estereotipos doctrinales que no siempre están debidamente enfocados. Los desafíos de una sociedad cambiante y gente que estudia y piensa nos empujan a ofrecer respuestas válidas que, sin negar los principios básicos del cristianismo, puedan ser entendidas dentro de los patrones culturales actuales.

Finaliza la entrevista. Gracias, José Manuel, por su generosa disposición a colaborar en esta serie sobre la educación teológica, ayudando a hacer una radiografía acerca de lo que se está haciendo en este campo y dentro del contexto español.
 

 


2
COMENTARIOS

    Si quieres comentar o

 
Respondiendo a

Manuel J. Martínez.
23/04/2014
21:36 h
2
 
Margnífica entrevista y magnífico el entrevistado. ¡Cuántos lideres necesitarían leer esto! Gracias, de verdad, me habéis aportado mucha luz.
 
Respondiendo a Manuel J. Martínez.

Bendecido
21/04/2014
11:36 h
1
 
Un gran teólogo y un gran profesor. Siempre presto a ayudar en las dificultades que el mundo académico presenta. Dios le bendiga José Manuel. Gracias por tanto bien que ha hecho a mi vida.
 



 
 
ESTAS EN: - - - José Manuel Díaz Yanes: Conocer bien lo que proclamamos
 
 
AUDIOS Audios
 
La década en resumen: teología, con José Hutter La década en resumen: teología, con José Hutter

La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.

 
Intervalos: Disfruten de la luz Intervalos: Disfruten de la luz

Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.

 
2020, año del Brexit 2020, año del Brexit

Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.

 
7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo 7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo

Analizamos las noticias más relevantes de la semana.

 
FOTOS Fotos
 
Min19: Infancia, familia e iglesias Min19: Infancia, familia e iglesias

Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.

 
X Encuentro de Literatura Cristiana X Encuentro de Literatura Cristiana

Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.

 
Idea2019, en fotos Idea2019, en fotos

Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.

 
VÍDEOS Vídeos
 
Héroes: un padre extraordinario Héroes: un padre extraordinario

José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.

 
Programa especial de Navidad en TVE Programa especial de Navidad en TVE

Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.

 
Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia

Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.

 
 
Síguenos en Ivoox
Síguenos en YouTube y en Vimeo
 
 
RECOMENDACIONES
 
PATROCINADORES
 

 
AEE
PROTESTANTE DIGITAL FORMA PARTE DE LA: Alianza Evangélica Española
MIEMBRO DE: Evangelical European Alliance (EEA) y World Evangelical Alliance (WEA)
 

Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.