Hace muchas semanas que no me sale de la cabeza el personaje bíblico de Otoniel, en palabras de hoy diríamos alguien sin demasiado brillo personal, carisma, etc... Y menos cuando lo comparamos con compañeros suyos de otras épocas, jueces también de Israel como Sansón, Déborah o Gedeón, por ejemplo.
¡Sansón! Alguien escogido y apartado por y para Dios desde el vientre de su madre; lleno de talentos y dones inmensos… Me lo imagino super atractivo: alto, con una fuerza casi sin límites, moreno y de ojos negros y con una preciosa melena… Capaz de derribar a leones, ejércitos enteros, ingenioso en adivinanzas y palabras… vamos!! Todo un latin-lover a lo israelita!!!
Sansón comenzó bien trabajando para lo que había sido destinado: la Gloria de su Dios; pero, poco a poco, decidió trabajar para su propia gloria. Le atraía demasiado el trato con el pueblo enemigo de Dios y… Creo que mucho más las hermosas mujeres filisteas, cayó en el hoyo más profundo, bueno! Sabemos de sobra que Satanás no está demasiado interesado en derribar a quien no está muy “alto”; pero si es especialista en intentar destruir a aquellos de la altura espiritual suficiente como para destruir con ganas y hacer daño a la obra de Dios.
Eso fue lo que hizo con Sansón. Pero me encanta como Dios trata con él. No sólo le perdona; aunque deja que le corten la melena, el secreto de su fuerza; que fuera traicionado por la mujer que amaba, que le arrancaran los ojos… Pero cuando Sansón ya se creía destruido para siempre, Dios le da una triste, pero segunda oportunidad y –aún siendo el oprobio y la burla de todos- sin ojos y mil cosas más, con su propia muerte gana la victoria más grande de su vida para su Señor.
Es una historia triste; pero que rezuma por todas partes el amor y la misericordia de mi Dios.
Y entre otros tenemos a Déborah… Me encanta esta mujer!!! Y no hay nada que más me encorajine, que el escuchar que en aquel tiempo no había demasiados hombres o barbaridades por el estilo… Nanaina queridos míos!!!!!!, Déborah fue un instrumento super escogido por Dios para Su gloria.
Déborah era hermosa, dulce, cargada de talentos y dones… Era cantante, poetisa, mujer guerrera, aguerrida de Dios y jueza de Israel durante muchos años… Si señor, toda una mujer!!! Pero es una mujer femenina. Jamás pierde su dulzura y humildad. Cuando juzga a toda la nación de Israel, siempre lo hace bajo una palmera. Es una escena preciosa tanto física como metafóricamente, algunos quieren ver en ello una especie de señal de autoridad, no lo sé, pero me parece bonito el estar debajo de la palmera y cuando ayuda a Barac a derrotar a Sísara, Déborah se esconde tras Barac y le ofrece a él la victoria con un cántico. Preciosa y super válida mujer de Dios donde las haya.
Y simplemente un toque sobre Gedeón. Gedeón, cuánto luchó con Dios!!!, no se aclaraba, tenía mil miedos… Vellón para arriba y rocío para abajo, rocío para arriba y vellón para abajo… Pero aprendió, aprendió y vio como él, simplemente con Dios al lado, sencillamente con trescientos hombres, unos cántaros de barro con una luz dentro, fueron capaces de derrotar a ejércitos enemigos “Como langostas en multitud y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la orilla del mar en multitud”.
Y por ahí… entre gente como esta, nos encontramos con mi amigo Otoniel, si!!! No tenía el “brillo” de un Sansón o una Déborah. Pero era igualmente un personaje escogido por Dios para trabajar para Él. La Biblia nos habla poco de Otoniel y no nos explica eventos grandes, dramatizaciones de extrema valentía o cualquier otro gran talento. Sin embargo nos dice dos cosas importantes: la primera es que “El Espíritu del Señor vino sobre él” y la segunda que “El señor entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria” (Jueces 3). La conclusión: “El Señor levantó un libertador” (v 9)… Y ese libertador era mi amigo Otoniel, no tenía ni la fuerza ni el atractivo de todo un Sansón, no tenía todos los preciosos valores de una Déborah. Pero por alguna razón el Señor lo escogió y Dios, al que llama capacita e hizo de Otoniel un libertador.
Si!!!! Cada uno de ellos “personas extraordinarias en un mundo ordinario” y me puedo preguntar, ¿Otoniel también? Pero si no hay punto de comparación humanamente hablando!!! Sin embargo cualquier hijo de Dios con lo mucho o poco que pueda tener, cuando Dios lo escoge y lo aparta para algo, Él pone el resto, pone Su Espíritu, pone Su fuerza, lo hace fuerte en su debilidad y la Gloria de Dios es exaltada.
¿Tal vez te identificas con este curioso personaje bíblico? Recuerda, si eres un “Sansón”, una “Déborah” o un “Otoniel”. Si Dios te ha escogido para hacer cualquier trabajo para Él, te capacitará, te guardará, te ayudará, te llenará de Su Espíritu, te dará una segunda oportunidad si le has fallado a la primera y hará de ti “ALGUIEN EXTRAORDINARIO EN UN MUNDO ORDINARIO”.
Si quieres comentar o