Tras nuestra primera pregunta a una foto –“¿
qué estoy viendo?”- y la segunda –“¿
quién puedo inducir/deducir que la ha hecho?”, procede -y ahora más que nunca- evitar caer en la dichosa pregunta-trampa de la técnica. El
continente ya lo indagaremos… después de analizar lo que realmente importa: el
contenido. Por eso, nuestra tercera pregunta no es otra que “¿Cómo?”.
Y para diferenciarla claramente del otro cómo, en de la técnica, el equipo y sus circunstancias, lo llamaremos “¿Cómo I? (Lenguaje)”.
Se trata de analizar, siempre a la vista de la propia foto, la comprensión del tema -sujeto, objeto o concepto- por parte del fotógrafo y su habilidad para transmitir el mensaje al observador de la imagen.
Importante no perder de vista que una fotografía lo mismo puede mostrar un motivo que sugerir un motivo. Y que ese motivo lo mismo puede ser un sujeto que un objeto o un concepto. Esto es, “persona, animal, cosa”… o concepto, idea o sentimiento.
Así, pues, entendemos por lenguaje fotográfico no la técnica, sino la expresión; lo que la foto dice,no los meros datos de la toma -cámara, objetivo, accesorios, soporte de imagen, tecnología de proceso, etc.-. El contenido, vaya, en lugar del continente.
La iconografía -la descripción de las imágenes- y aún la iconología -
“Representación de las virtudes, vicios u otras cosas morales o naturales, con la figura o apariencia de personas” (DRAE)-, en lugar de lo que un servidor viene denominando desde hace unos cuantos años como
‘tecnolatría’.
Ahí estamos. De la ficha técnica de esta foto -un
fotón en toda regla- nos ocuparemos, Dios mediante, en nuestro próximo artículo. Hoy nos centraremos en lo importante: escudriñar el resultado, superada la trampa de hacer inventario de las herramientas.
La foto nos muestra al doliente papa Juan Pablo esforzándose por dar la bendición hisopo en mano en un oficio celebrado en septiembre de 2002 bajo la atenta mirada del cardenal Joseph Ratzinger, quien le sucedería en el papado tres años después.
Esta es una de las pocas fotos que mantengo fijas en mi ‘foto-charleta’
Mirar y ver. Cómo leer una foto que vengo impartiendo desde 1998 en un buen número de ciudades dentro y fuera de España. A día de hoy, nadie me ha preguntado por la ficha técnica de la foto. ¡Perfecto!
Para qué quiero yo saber de qué cámara y qué objetivo se ha valido el fotógrafo autor del
fotón de la prehistoria de la sucesión en el reciente papado, si: primero, difícilmente conseguiría que un medio le acreditase para estar allí; segundo, desconozco el orden del servicio religioso; tercero, ignoro el esfuerzo que el ritual de levantar el hisopo va a causar al sufriente pontífice; y cuarto, no estoy al tanto del papel real del cardenal ayudante y mucho menos de las circunstancias sucesorias del candidato ‘in péctore’ a sucesor papal, por lo que no sabría dónde conseguir situarme exactamente para tener la perspectiva correcta…
Todos estos extremos sí los conocía en detalle Pier Paolo Cito, fotógrafo de Associated Press con base en la oficina de Roma de la agencia, ya por aquel entonces curtido como corresponsal de guerra en los conflictos internacionales de Montenegro, Kosovo, la franja de Gaza, Cisjordania, Israel y Etiopía, quien tuvo a su cargo la cobertura gráfica de las actividades en el Vaticano y los múltiples viajes internacionales de Juan Pablo II, y posteriormente también los de su sucesor Benedicto XVI, al lado de más misiones como corresponsal de guerra a Irak, Líbano, Afganistán y Libia.
Este doble perfil profesional del corresponsal de guerra y el periodista ‘cortesano’ es solo aparente, pues cabe deducir que algo del ‘sexto sentido’ de la anticipación de acontecimientos y la subsiguiente rapidez ‘exprés’ de reflejos del fotógrafo de guerra sí subyace a la espectacular imagen de los dos últimos papas.
Un papa en su declive a causa de su quebrantada salud es atentamente observado por quien va a ser su sucesor. Lo que el fotógrafo quería comunicar lo capta a la primera cualquier observador de la foto en cualquier parte del mundo.
Los tres ceros de las 1.000 palabras de la metáfora que se refiere a las palabras que puede valer una imagen se quedan cortos. Esta foto es todo un ensayo sobre la historia del Vaticano.
Lo dicho: antes que la técnica, el lenguaje. La historia no la escriben las herramientas, sino las imágenes.
“Para ser fotógrafo”, reza un conocido refrán,
“hacen falta cuatro cosas, por este orden: imaginación, ojos, pies y una cámara.”
Alguien terció con este postulado:
“Aunque los pies deberían ir antes”.
Del Libro del Panchatantra todavía podemos sacar este corolario a la ley y excepción al postulado:
“El verdadero órgano de la vista es el conocimiento, no los ojos”.
Ahí estamos.
El propio Pier Paolo Cito formula su propia ley en su
web:
Michelangelo diceva que non era difficile creare delle opere d'arte. Le sue sculture si trovavano già nel blocco di marmo. Lui si limitava a "togliere il soverchio" e a isolare la cultura.
E' lo stesso per il fotoreporter.
Le imagine sono già attorno a noi.
Basta far attenzione per accorgersene a "prenderle".
(
“Miguel Ángel decía que no era difícil de crear obras de arte. Sus esculturas ya estaban en el bloque de mármol. Él se limitaba a "quitar el sobrante" y aislar la escultura.
Lo mismo vale para el fotoperiodista.
Las imágenes ya están a nuestro alrededor.
Sólo hay que estar al tanto para reconocerlas y "tomarlas").
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Próximo domingo: Las 5 Preguntas/4. “Cómo II (Técnica)”.
Las 5 Preguntas/1. “Qué”
Las 5 Preguntas/2. “Quién”
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