Camus y el protestantismo

“Me encuentro en algo que es así como un peregrinaje; buscando algo que llene el vacío que siento, y que nadie más conoce.Ciertamente, el público y los lectores de mis novelas, aunque ven ese vacío, no encuentran las respuestas en lo que están leyendo. Estoy buscando algo que el mundo no me está dando”. Alberto Camus.

Si el sacerdote católico Octavio Fullart hubiera leído las prolongadas conversaciones entre Alberto Camus y el pastor metodista Howard Mumma en París, no habría escrito su obra LA MORAL ATEA DE ALBERTO CAMUS. Tampoco el gaditano Carlos Edmundo de Ory, favorecido en su día con una beca por la franquista Delegación Nacional de Prensa y Propaganda del Movimiento, con la que se trasladó a Francia, habría dado a la imprenta las pocas y maliciosas páginas de su librito CAMUS Y EL ATEÍSMO “IN EXTREMIS”.

Tales afirmaciones, que pretenden prejuzgar las creencias y los sentimientos de escritores que no acuden a misa diaria ni alaban a santos fabricados por el imaginero, es rebajarse al nivel de los embusteros que se han impuesto la triste misión de engañar a los demás.

¿Puede o debe ser llamado ateo un escritor como Camus quien, en su ensayo EL HOMBRE REBELDE se abraza a Cristo en este bellísimo párrafo, ya citado por mí en otro capítulo?: “El Nuevo Testamento puede ser considerado como una tentativa de responder a todos los caínes del mundo, suavizando la figura de Dios y suscitando un intercesor entre Él y el hombre. Cristo ha venido a resolver dos problemas principales, el mal y la muerte. Ni el mal ni la muerte son ya absolutamente imputables, puesto que Él está desgarrado y muere. La noche del Gólgota no tiene tanta importancia en la historia de los hombres sino porque en esas tinieblas la divinidad, abandonando ostensiblemente sus privilegios tradicionales, vivió hasta el fin, incluyendo la desesperación, la angustia, la muerte” (En Obras Completas de Alberto Camus, tomo III, página 54).

El pensamiento cristiano de Camus, con frecuencia oculto entre las frondas de plantas peregrinas, se revela aquí cercano al objeto de culto; Jesús es interpretado a partir del Dios creador como la fuerza originaria que empuja a los hombres hacia adelante, hacia la identidad con la muerte y la resurrección.

El año 2000 la Editorial Paraclete Press publicó un libro revelador sobre las concepciones religiosas de Alberto Camus. Fue escrito por el pastor metodista norteamericano Howard Mumma, doctor en Teología y conocedor de la filosofía contemporánea.

Mumma, pastor en el estado de Ohio, recibe una invitación para ejercer temporalmente en la llamada Iglesia Americana de París, instalada en el edificio neo-gótico en pleno Quai d´Orsay de la capital francesa. Para muchos extranjeros que vivían en París, esta iglesia era un áncora, un refugio, una huida del bullicio de la vida cotidiana e, incluso, un segundo hogar, explica Mumma. Los magníficos conciertos del órgano Casóvant atraían a los parisinos, añade el pastor.

Un domingo, cuando despedía a las personas que habían asistido al servicio, un hombre de complexión y estatura medias, vistiendo traje oscuro a pesar del clima caluroso que vivía París, se le acercó y le dijo:
-Reverendo, gracias, gracias por el oficio.
-¿Quién es usted?, inquirió el ministro.
-Soy Alberto Camus- respondió el visitante. He venido los cuatro últimos domingos y sólo hoy he conseguido sentarme. Estos domingos anteriores vine para oír tocar a Marcel Dupré (famoso organista), pero hoy he venido para escucharle a usted.

Quedaron para comer al día siguiente. Mumma pasó la tarde y parte de la noche pensando en la entrevista. ¿Qué podría tener en común un pastor protestante con el gran filósofo existencialista? Según cavilaba pensaba si Camus intentaría convertirlo a su punto de vista. La conversión de un líder cristiano al existencialismo sería un logro para el filósofo. Terminada la comida, Camus apretó sus manos sobre la mesa, se puso serio de pronto y confesó:
-Fui a la Iglesia Americana por dos razones. Primero para escuchar a Marcel Dupré, a quien ya he oído muchas veces en Notre Dame. Segundo, porque estoy buscando algo que no tengo, algo que no estoy seguro de poder siquiera definir.

A aquella primera entrevista siguieron otras. ¿Cuántas? No consta. Mumma afirma que no se reunieron de forma habitual. Fueron conversaciones irregulares y ocasionales, abarcando un período de varios años que no se especifica. Por lo que se deduce de las páginas escritas por el pastor, la última entrevista entre él y Camus tuvo lugar en el verano de 1959, meses antes de la muerte del filósofo, ocurrida el 4 de enero de 1960 en accidente de carretera, cuando el coche que conducía su amigo Gallimard se estrelló contra un árbol al pasar por Villeblin, en el recorrido de la Costa Azul a París, 755 kilómetros.

Camus pidió a Mumma que las conversaciones ente ambos se mantuvieran en la confidencialidad. Que no se guardase registro alguno de los encuentros. El pastor prometió respetar los deseos del filósofo. Pero cumplidos noventa y un año y con Camus muerto cuarenta años antes, Mumma decidió hacer públicos sus encuentros con Camus. Afortunadamente, después de las charlas el pastor protestante volvía a casa y tomaba gran cantidad de notas, que le sirvieron de guía para componer el libro ya citado.

La Editorial madrileña VOZ DE PAPEL publicó el 2005 una versión española con prólogo de Daniel Sada, Rector de la Universidad Francisco de Vitoria. En su opinión, a través del libro se va mostrando cómo el autor de EL EXTRANJERO se acerca al cristianismo y su mensaje de esperanza a través de la lectura de la Biblia.

Las reflexiones del pastor protestante están precedidas en el libro por una introducción de 52 páginas escritas por José Ángel Agejas Esteban, profesor del Departamento de Formación Humanística de la citada Universidad Francisco de Vitoria. Tras un esbozo biográfico del filósofo, Agejas escribe sobre una literatura atormentada, el camino hacia la justicia definitiva y la apertura doliente de la Gracia.

En este extraordinario testimonio del pastor protestante, libro clave e imprescindible para comprender en su totalidad el pensamiento de Alberto Camus, teólogo y filósofo sacan a luz temas del alma: Dios, la conciencia, el mal, el sufrimiento, la libertad, la eternidad, la Biblia, el cristianismo, la conversión y otros que enfrentan al hombre con su responsabilidad ante lo divino. En futuros capítulos iré desentrañando, analizando y comentando esos grandes temas que surgen de las conversaciones entre el teólogo Howard Mumma y el filósofo Alberto Camus.

P.D. Una observación: en la redacción de los citados artículos adopto el género novelesco. Prescindo totalmente de comillas. Los dos únicos personajes que intervienen en el libro, el pastor Mumma y el filósofo Camus, entraran en el texto a través de párrafos señalados por un guion o raya horizontal, que determina cuándo habla uno y cuando habla otro. La identificación de cada uno de ellos no ofrece dificultad alguna. El mismo procedimiento seguiré al citar a algún otro autor o a la Biblia.