En varios aspectos, Luisa Martínez Díaz —Luisa Martínez de Torres— transitó durante su infancia y juventud por iguales caminos que su hermana Esther. Nacida en Madrid, el 21 de diciembre de 1897, y trasladada a Cuba con su familia, llegó a convertirse en una importante escritora evangélica.[1]
Martínez representa, por su apasionado interés por las letras, el caso tal vez más destacado de entrega personal a la investigación y difusión de la obra femenina, labor a la que se dedicó, estableciendo contacto con antiguas líderes y misioneras, que la apoyaron en sus proyectos y estudios.
A semejanza de Esther, esta autora ejerció un importante liderazgo en la Unión Presbiteral de Damas,
[2] donde ocupó, entre otros puestos, el secretariado de la Convención Regional de Damas, la presidencia de la Unión Presbiteral (1944 y 1945), y la asesoría del trabajo de las mujeres de 1946 a 1949, a petición del Presbiterio de Cuba.
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De aquel esfuerzo, queda constancia en varios folletos y en artículos, casi todos publicados en Heraldo Cristiano, cuya “Sección de las Damas” redactó entre mediados de los años cuarenta y 1961. En esa revista, a través de la sección “Mujeres de la Biblia”, Luisa Martínez abordó figuras como Sara, Rebeca, Raquel, Sifra y Fúa, la hija de Faraón, Séfora, Ana, Esther y Abigail. La realidad es que Martínez veía en ellas —aun perteneciendo a una religión y contexto social concretos— un paradigma para las féminas de su época.
Pero,
simultáneamente, sus escritos se centraron en fortalecer la Unión Presbiteral de Damas, agrupación a la que dedicó sus mejores años. De ahí que promoviera, a través de sus textos, la lectura bíblica, las jornadas mundiales de oración y la cohesión de las sociedades locales de mujeres.
La década de 1940
fue testigo de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría. En este ambiente bélico, algunos de sus artículos exploraron el destino del individuo dentro de la familia o la comunidad, y se focalizaron en el equilibrio entre el crecimiento personal y la responsabilidad con el grupo. Por ejemplo “Paz” y “Cooperación”, escritos en 1945.
Además de su colaboración en Heraldo Cristiano, fue coautora del Temario. Abril 1949-1950 (1949) de la Unión Presbiteral de Damas, y se dedicó al rescate de la vida y obra de Miss Edith McClung Houston, misionera estadounidense fundadora de la Unión, en 1927. Un folleto en memoria suya fue publicado por Martínez en 1954, titulado
Edith McHouston (1873-1954).
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Un año más tarde, se edita en la Imprenta Heraldo Cristiano
un nuevo trabajo de Luisa Martínez, titulado Recordando nuestros primeros 25 años. Su estructura es bien simple: adopta el criterio cronológico, señalando dentro de los límites de cada año de la Unión, los principales sucesos históricos acaecidos. En este folleto, su autora utiliza fuentes documentales y periódicas, y se vale de su experiencia en la organización. Los datos aportados por Edelmira Cuesta, entonces historiadora de la Unión Presbiteral, enriquecieron notablemente su contenido.
Una de las cualidades de la obra de Martínez es su contribución al conocimiento del quehacer femenino evangélico, sobre el cual investigaciones futuras habrán de arrojar nueva luz y un apropiado enfoque.
Luisa Martínez de Torres marchó al exilio en octubre de 1960, de donde no regresó más a Cuba. Murió el 27 de enero de 1994 en Asheville, Carolina del Norte, los Estados Unidos.
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[1]Juan Orlando Torres Martínez: Entrevista concedida a la autora, Santa Clara, 14 de abril de 2007. Vía telefónica.
[2]Actualmente, Unión Nacional de Mujeres Presbiterianas de Cuba.
[3]Véase “Asambleas anuales. 60 años de trabajo”,
Heraldo Cristiano, t. 48, no. 3, La Habana, mayo-jun., 1987, pp. 16-17.
[4]Edith McHouston… cuenta con una breve introducción de Zoila G. de Pascual —a la sazón presidenta de la Unión Presbiteral—, en la que se refiere al “espíritu generoso, pasión misionera, gran capacidad de trabajo, simpatía y gracia insuperables y dulzura evangélica de Edith Houston, como todos la conocían.” ([Luisa Martínez de Torres]:
Edith McHouston (1873-1954), [Unión Presbiteral de Damas de la Iglesia Presbiteriana en Cuba], s.l., [1954], p. 1)
[5]Juan Orlando Torres Martínez,
op. cit.
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